Con solo lapuesta me deje caer en mi cama, estaba agotada físicamente pero mi mente trabajaba a toda marcha, vaya noche de mierda la de hoy, el enfrentamiento con el poli, verlo con la rubia y la desilusión que viví con Álvaro. La conclusión de todos esto es que los hombres son un asco.
Una suave melodía proveniente de la habitación de Rodrigo me tranquilizó, la canción de the fray se colaba por las paredes envolviéndome, al parecer el troglodita tiene buen sentido musical.
Cerré los ojos esperando caer dormida pero mi cerebro tenía otro plan para mi y lo único que apareció en mi mente fue el cuerpo de mi vecino enfundado en su uniforme de poli. Dios mío, no entendía como esas cosas nos gustaba a las mujeres. Imaginar a Rodrigo en mi habitación usando sus esposas conmigo, mientras acariciaba mi cuerpo de forma lenta. Mi respiración se aceleró e instintivamente cerré mis piernas para frotarme un poco queria aumentar el calor y el placer, un suave gemido escapó de mis labios.
Mi fantasía seguía tomando poder, el policía comenzó a quitarse la ropa ese cuerpo fibroso y fuerte, desnudo solo para mí y yo no podía tocarle porque tenía las esposas puestas, el me quito la ropa dejándome en mis braguitas y con los pechos expuestos. El los veía con deseo y con descaro paso su lengua por los labios como un lobo dispuesto a devorar a su presa, mis pezones reaccionaron y se pusieron tan duros que me dolían.
La temperatura de mi cuarto aumento y yo con rapidez me quite las únicas prendas que tenía puestas, mis manos se deslizaron por todo mi cuerpo, imaginando que era Rodrigo.
—!por favor!— suplique.
El no espero más y se lanzó a mi besándome con fuerza y deseo.Si esto era como fantasía no quería ni pensar como sería tener en la vida real al policía, con razón a este hombre nunca le faltaba una mujer a su lado, traté de desechar ese pensamiento y seguí explorando mi cuerpo.
No supe en qué momento saque a mi mejor amigo ese que tantos orgasmo me ha regalado durante tanto tiempo. Mi piel ardía y mi entre pierna quemaba, cuando sentí las vibraciones comencé a introducirlo lento, imaginando que era Rodrigo que entraba en mi una y otra vez mientras me besaba. De mi boca ya no salían suaves gemidos, ya estaba gritando y pidiendo más. Cuando ya no pude más y el orgasmos está por llegar no pude evitar gritar el nombre del poli. Y fue tarde que me fijé que la habitación de al lado estaba en total silencio. Nunca había tenido un orgasmo tan potente como este, mi cuerpo y mente al fin se relajaron.
Respire profundo y me quedé un rato acostada. Doy gracias a la persona que inventó el vibrador y que mi mente tuviera tanta imaginación.
Me levanté con toda la pereza del mundo pero no podía dormir con ese cochinero, me volví a bañar rápido y cambie las sábanas de la cama.Cuando pensé que iba a tener acción está noche jamás pensé que iba a ser conmigo misma, y fue lo mejor de toda la noche y que mejor que conocerse y tocarse uno mismo, no me lamento, porque por algo pasan las cosas y ya se que con Álvaro ni los malos pensamientos, era un imbécil de campeonato.
Salí al balcón a tomar un poco de aire, todavía era temprano y mañana no trabajaba, así que podía relajarme un rato. Me coloque mi bata y mis calcetines gruesos, cuando salí me fijé que el balcón de al lado había una figura alta, grande y fuerte estaba mirando hacia la calle. No hice ningún sonido y me quedé mirándolo, una suave luz azul lo bañaba permitiendome verlo mejor, su espalda ancha y musculosa estaba desnuda tenía un hermoso tatuaje de un dragón que abarcaba gran parte de la espalda. Tragué grueso. El se percató de mi presencia y me miró con una sonrisa burlona.
— Así que tú y Álvaro— no sonó a pregunta
No respondí solo lo miraba de forma altanera con una ceja levantada. No quería decirle nada. Así que preferí mantenerme callada.
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Mi nueva vida
RomanceLos comienzos nunca son fáciles y menos al otro lado del mundo, donde no conoces a nadie. Pero eso no iba a detener a Ari una chica de 28 años con tantos sueños y con unas enormes ganas de comerse al mundo pero a veces parece que el mundo se la va a...