Un mundo donde existen los reyes, príncipes, princesas y vampiros, dónde para prosperar y obtener más poder se hacen pactos el más conveniente y popular es el matrimonio, por esta razón el príncipe Kakashi Hatake debe casarse con la princesa Rin Noh...
Kakashi luchaba por respirar, sus labios eran apresados por el azabache de una forma lujuriosa, sentía el sabor de su propia sangre, Obito se apartó y lo observó directamente a los ojos, aunque tratará de evitarlo se sentía hipnotizado por aquellos ojos carmesí y esos colmillos que sobresalían, los cuales luego se clavaron en su cuello, no pudo evitar gritar.
— Tu sangre es deliciosa... —Murmuró Obito ahora viendo los ojos llorosos del peliplata.
— ¡Si vas a matarme hazlo ya!
— ¿Y quién dice que quiero matarte? —Preguntó Obito sonriendo de lado.— Eres mi pareja Kakashi... Mi principe.
— ¿Vas a liberar a los demás? ¿Cumplirás tu parte del trato?
— El trato se fue la mierda desde que ese imbécil te hirió. —Respondió Obito molesto.— Y ya no hablemos del tema. —Soltó las manos de Kakashi pero aún así él no podía liberarse.— Te haré mío una y otra vez.
Las manos del azabache viajaron por todo el cuerpo del príncipe, le quitó todas las prendas para después besar cada centímetro de piel por más que trataba de contenerse el peliplata no podía evitar soltar aquéllos suspiros y disfrutar de la sensación aún después de sentir los colmillos clavarse en su piel, talves era masoquista pero la forma en que Obito lo hacía suyo lo hacía sentir en las nubes lo cuál era malo porque después iba a sentir lo duro de la caída.
— Eres muy lindo Kashi... —Susurró Obito para después mordisquear el lóbulo de su oreja, continuó con sus embestidas cada vez más rápidas.— Y eres mío, solo mío...
Kakashi araño la espalda del azabache llegando a su orgasmo, este soltó un gruñido llegando también a su clímax, llenando el interior del príncipe quien aún temblaba tratando de recuperar el aliento, Obito se colocó a su lado y lo tapó con una sábana.
— Si de verdad me amas, demuestramelo... —Susurró Kakashi antes de quedarse dormido.
Obito lo observó embelesado, al parecer el cuerpo de Kakashi aún no se reponía, acarició su mejilla y sonrió, ya lo tenía a su lado y nunca lo dejaría ir, él era el único con el que quería compartir su vida, la cual desde ahora era hermosa.
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Kakashi se despertó, estaba solo en la cama, se cubrió el rostro y resopló, ¿porque había cedido? Talves Obito tenía el poder de la hipnosis según las leyendas los vampiros contaban con esa habilidad, así que tal vez no estaba enamorado, aunque esas leyendas no eran del todo verdad, el azabache podría salir a la luz del sol, dio un suspiro y se levantó pero sintió un fuerte dolor en su parte baja, solo maldijo, luego la puerta se abrió.
— Buenos días. —Dijo Obito entrando a la habitación, llevaba una bandeja dorada donde iban algunas frutas, pan, jugo y huevos fritos.— Imagino que has de tener mucha hambre.
— Primero me daré un baño. —Respondió el peliplata, pero al intentar ponerse de pie sus piernas temblaron, con una gran rapidez Obito logró sujetarlo después de colocar la bandeja en la cómoda.— Puedo sólo...
