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Salimos rajando del boliche, alejándonos lo máximo posible para que nadie nos vea juntos, aunque el auto era polarizado así que no había tanto problema.
Llegamos a mi casa en dos pedos, por suerte quedaba todo cerca en el centro de la ciudad.
Nos bajamos rápido, y entramos en silencio a la planta baja de mi edificio. Claramente teníamos que venir a mi departamento, porque en la casa de el estaba su novia.
Subimos al ascensor y no termino de cerrar la puerta que ya lo tenia a Enzo encima mío comiéndome la boca.
Me apretaba tan fuerte contra su cuerpo que hasta por momentos se me iba el aire, entre el beso y sus brazos apretándome. Como pude subí mis manos a su nuca y lo apreté todavía mas contra mi.
El ruido del ascensor frenando y las puertas abriéndose nos devolvió a la realidad, y le agarre la mano guiándolo hasta mi departamento.
-Lindo depto morocha- dice Enzo entrando y observando todo mientras yo cerraba la puerta detrás de él.
-¿Te gusto?- le digo dejando mi cartera y mis cosas en un mueble.
-Vos me gustas- me dice acercándose rápido hasta donde estaba yo.
-Sisi, muy chamuyero vos- le digo alejandome y huyendo de el hacia la cocina- ¿Queres tomar algo?
-Nono, estoy bien por ahora- me dice siguiéndome.
Voy hacia la heladera para agarrar una botella de agua fría, mi organismo lo necesitaba después de tomarme todo el alcohol que había a mi alcance.
-Estabas linda hoy maldita- me susurra Enzo en el oído mientras me abraza por atrás.
-¿Sos así todo el tiempo o descansas en algún momento?- le digo riéndome.
-Para vos siempre así- me dice dándome vuelta para quedar frente a frente.
-Vas a tener que descansar un poco- le digo jodiendo.
-Si los halagos van para vos, me salen de adentro- dice y yo me rio.
-Veni acá- le digo y lo agarro desprevenido de la nuca para encajarle un beso.
