1.3 - Pool - TayNew

XIV

New caminaba de un lado a otro viendo la mesita de estudio. Esa cosa se estaba burlando de él, de su estupidez y sobre todo de su poca valentía. No, no estaba repasando -aunque Debería-, tampoco se trataba de su colección de fotografías. Su móvil se encontraba encima de la madera, burlándose, mofándose de su cobardía. Quería invitar a Tawan a pasar el tiempo en su casa ya que presentía que el joven fingía no estar decepcionado por perder en la competencia. Sus padres no se encontraban en casa por lo que no pasaría por la vergüenza de que sus padres interrogasen al moreno.

-Puedes hacerlo. No eres un niño pequeño que se esconderá de sus miedos. Una llamada y listo ¿Qué es lo peor que puede decir?

New trataba de darse ánimos, pero no podía obligarse a tomar el móvil y hacer la maldita llamada. Saltó en su lugar tratando de alejar sus nervios y cuando por fin decidió que debía ser valiente, alcanzó el aparato electrónico y marcó el número del moreno, esperó un segundo... y luego colgó.

-Mierda, no puedo hacer esto.

Se derritió hacia el suelo y se enfocó en girar sobre su miseria y la autocompasión. Su fiesta de lástima terminó cuando el tono de llamada comenzó a chillar desde la mesa, pánico. Nadie lo llamaba a menos que fuese Bew y este se había ido a un viaje escolar por lo que no estaría en línea ¿Sus padres? Lo dudaba. Su hermana no lo llamaría, esa mujer si quería algo se aparecería en su casa y exigiría lo que necesitase, porque así era Emma. Se movió lentamente y alcanzó el aparato que chillaba con desespero en un segundo intento de contactarse con él. Tawan. Lo sabía, mierda. No sabía que hacer por lo que decidió simplemente tomar la llamada y ver que ocurría en el proceso.

-Buenas tardes. - se golpeó mentalmente al contestar de esa manera ¿No podía ser más genial?
-Hola, tengo una llamada perdida tuya ¿Ocurre algo?
-No... No.
- ¿Seguro? Contestaste a la segunda llamada y simplemente me preocupé ¿Seguro estás bien?
Sonrió ante la honesta preocupación. - ¿Quieres que parpadee dos veces si estoy en peligro?
Una risa resonó en su oreja. - Solo que no puedo verte, así que preciso que narres la acción.
Y sus nervios se disiparon, todo su miedo anterior desapareció cómo si diez segundos atrás no estuviese pasando por una crisis existencial. - ¿Estás ocupado?
Se escuchó un poco de desorden del otro lado y luego regresó. - No mucho ¿Qué tienes en mente?
-Ver una película en casa, por ello te llamaba.
-Suena bien, pero con una condición.
- ¿Cuál?
-No me hagas escoger lo que sea que veremos.
-Eso no es justo.
-sí, si tú me invitas.
Sus mejillas se sonrojaron. - ¿Recuerdas donde vivo o te envío la dirección?
Un corto silencio. - Lo recuerdo, pero envíame la dirección para estar seguro.
-Sí, sí, lo recuerdas, es obvio.
La risa nerviosa de Tawan era adorable. - ¿Puedes esperar una hora? Estoy ayudando a mí madre a reparar el puesto de verduras, pero luego de ello estoy totalmente disponible.
-Claro, aun no hay nada listo, necesito prepararme.
- ¿Prepararte?
-Ya lo verás.
-Solo no exageres.
- ¿Yo? Nunca.
-Hasta pronto.

El jovencito terminó la llamada y se quedó de pie en el silencio de la habitación para luego comenzar a chillar y saltar como un niño pequeño que recibió el mejor regalo de navidad. Lo había hecho, sobrepasó su miedo como un campeón... bueno, sí, Tawan llamó de nuevo y él seguro no se hubiese atrevido de no ser por ello, pero al final una victoria era una victoria.

Tomó su billetera, una lista y llaves antes de salir de casa. Tenía que hacer unas compras rápidas y no quería olvidar nada. El supermercado quedaba a diez minutos a pie y con la emoción burbujeando en su interior llegó en la mitad de tiempo. Tomó una canasta y dudo un momento antes de cambiarla por una carretilla. No quería llenar la canasta y tener que volver. Le dijo a Tawan que no exageraría, pero eso era mucho pedir. Caminó por los pasillos del lugar tomándose su tiempo para analizar si algún artículo necesitaba ser comprado.