1.3 - Pool - TayNew

XVI

—Dame las llaves de tu auto. — Tay normalmente las hubiese pedido con amabilidad, pero en ese momento los modales habían saltado por la ventana.
— ¿Qué? — un bebido Kit preguntó con real confusión.
—Necesito tu auto, ahora.

Tay estaba seguro de que hablarle de esa manera a Kit sería una sentencia de muerte en cualquier momento, pero supo que la suerte estaba de su lado cuando la preocupación tomó las facciones del más bajito. El moreno ignoraba lo mucho que estaba temblando y que el terror de la situación estaba profundamente tatuado en su rostro.

—Llaves. — atinó a decir.
—Cálmate, cielo. — Kit lo tomó por los hombros—. ¿Qué ocurre?
—New está en el hospital.

Lo achispado de la mirada del mayor se apagó de inmediato. Sí, no había dicho el sobrenombre de New, pero todos en el equipo sabían sus nombres porque eran un par de idiotas nuevos en el medio. El ambiente cambió de inmediato al momento en el bajito lo tomó por la mano y lo arrastró hacia la oficina de Frank que se encontraba escribiendo en su computador, su mirada los encontró tras unos cristales, el cabello sobre su rostro y los anteojos le daba una belleza realmente admirable al hombre. La habitación no era tan elegante como la oficina principal, pero aún era un lugar que destilaba poder.

—Pete necesita un automóvil y no le puedo dar el mío.
Su ceja se elevó como preguntando en donde comenzaba a importarle.
—New está en el hospital y no pueden ver mi auto en ese lugar, no puedo llevarlo bebido y no puede tomar a mi bebé sin que quieran matarlo. Frank se retiró los lentes y pellizcó el puente de su nariz. - Llama a Drake.

El joven de cejas pobladas apareció más rápido de lo que todos habían calculado. Tay se sorprendía de como el hombre parecía estar en todo lugar a todo momento. Podía moverse sigilosamente y que nadie lo viese o llamar la atención con un silbido alto. Frank le arrojó un manojo de llaves antes de colocar los anteojos una vez más sobre el puente de la nariz.

—Drake, quiero que lleves a Pete al hospital. Kit está bebido y el chico no puede conducir en ese estado, está nervioso y no quiero que haya un accidente.
—Sí, señor.
—Váyanse. — todos asintieron listos para salir del lugar—. Y Pete.
Tay giró hacia su jefe. — Felicidades.
Asintió antes de salir corriendo tras Drake.

El viaje al hospital era largo y tortuoso, o al menos así era cómo lo sentía el chico sentado en el asiento del acompañante. Había llamado al primo de New y al chico, pero ambos no atendían a sus llamadas. Drake se detuvo lo suficientemente rápido para que un asustado Tay se arrojase sin quedar lesionado ante sus imprudentes acciones. Corrió al interior del hospital y la recepcionista la detuvo.

— ¿Qué paciente dice que viene a visitar?
—New Thinipoom.
Ella tecleó en el computador y negó con la cabeza. — Lo lamento, aquí no hay nadie con ese nombre.
— ¡Tay! — un chillido los interrumpió—. ¡Está conmigo!

Y corrió tras el jovencito hasta que se alejaron de la recepción. Bew abría cada una de las puertas que podía, recibiendo silencio o malas miradas de las personas que se encontraban en las habitaciones. Tay necesitaba algo con lo que trabajar ¿Dónde mierda estaba New? ¿Tuvo un accidente? No, si eso fuese de esa manera estaría en una habitación designada y no tendría que ser buscado en todo el lugar. Alcanzó el hombro del pequeño de cabello largo y lo detuvo.

—Basta. — colocó sus palmas sobre los hombros—. Deja de actuar como un loco y dime lo que ocurre o voy a abofetearte para regresarte a este plano astral.
Los ojos de Bew se encontraban llenos de miedo y lágrimas sin derramar. — Sus padres y Porshe no se encontraban en casa, nadie estaba a la mano por lo que New entró en pánico y la situación lo sobre pasó.
— ¿Qué situación?
—Emma entró en trabajo de parto, y su bebé estuvo muerto.
El hielo se filtró en sus venas congelando su interior instantáneamente. — ¿Muerto?
—Los doctores rescataron al bebé, pero Emma no ha despertado y New piensa que fue su culpa. Ambos luchan por su vida y no puedo encontrarlo, no puedo…