•CAPITULO 23• "Éxtasis"

727 42 2
                                    


SONG: EARNED IT – THE WEEKEND

"No existe nada en el mundo que me haga no desearte como lo hago"


BROOKE WILSON

Si me pidieran que describiera al hombre debajo de mí, usaría solo una palabra: perfección. Porque cada aspecto de él era perfecto, su personalidad, su cuerpo, todo en él era increíble y odiaba admitirlo, detestaba admitir que aquel chico perfecto me encantaba.

Mike permanecía mirándome atónito. Como si aquel cambio repentino de posiciones fuera algo no esperado. Incliné mi rostro más cerca del suyo, quería besarlo, mi boca anhelaba hacerlo casi como mis pulmones anhelaban oxígeno. Recorrí su mejilla con mi nariz y su torso con mis manos, su cuerpo era tan duro como parecía, y eso me estaba volviendo loca. Deslicé las uñas por su pecho, hasta llegar a su cintura, él contuvo la respiración.

—¿Ya se desvaneció esa valentía que parecías tener?

Aparté mis caderas y acaricié el borde de su ropa interior, podría haberlo jodido un tiempo más, tal como él lo hizo conmigo, pero estaba tan desesperada por tenerlo que debería posponer esa tortura y dejarla para la próxima vez.

Me deshice de su ropa interior y su erección quedó frente a mí.

—Esto no es justo— gruñó Mike cuando pasé el pulgar por la punta de su miembro

—¿Qué cosa?

Lo tenté envolviendo mi mano alrededor de su polla y moviéndome con total lentitud.

—Tú... Mierda...— jadeó sorprendido cuando apreté con fuerza

—¿Sí? — incliné mi cabeza y lamí apenas

Intentó impulsar sus caderas para adentrarse en mí, pero me aparté.

—Estabas diciéndome algo— le recordé

—¿Eh? — preguntó incapaz de formular palabras

Era tan satisfactorio verlo a mí merced. Su silencio me indicaba cuanto disfrutaba de aquello, pero quería joderlo. Aparté el rostro de su pelvis y moví mis labios hasta su muslo, lo mordí. Su desconcierto me fascinó, lo miré a los ojos desde mi posición y sonreí:

—Si no contestas mis preguntas, voy a parar Mickey.

Besé sus abdominales y cuando estaba por llegar a donde más me necesitaba, volví a detenerme.

—Eres una maldita— siseó con el rostro enrojecido

—Todavía no sabes lo maldita que puedo ser, así que responde, ¿Qué no es justo?

Suspiró

—Estoy completamente desnudo.

—Ajá— deslicé la lengua por el glande, su cuerpo se estremeció —¿Y entonces? — lo incité

—Y tú estás vestida.

—Creí que te gustaba que usara tu ropa.

—Sí. Pero en este momento me gustaría más verte sin ella.

—Lástima

Envolví mis labios alrededor de su polla, y la metí dentro de mi boca, disfrutando del desastre que provocaba en él y del placer que estaba generando en mí.

Lamí, chupé y saboreé cada centímetro de su anatomía, estaba extasiada. Él, en cambio, era una masa de gemidos y movimientos involuntarios. Perdí la cuenta de la cantidad de veces que dijo mi nombre y lo maldijo, me encantaba como se oía cada sonido que salía de su maldita boca y lo dejaba en claro con cada movimiento de la mía.

Error inevitable (2) [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora