•CAPITULO 3• "¿Seguro que tienes el poder?"

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SONG: POWER - LITTLE MIX

"Las apariencias engañan, el amor es escaso y el odio puede llegar a cegar por completo"


MICHAEL BROWN

Brooke estaba tan cerca de mí que podía sentir el aroma de vainilla mezclado con un deje de hierba que emanaba de su piel, y por alguna extraña razón no me generó rechazo, me hizo desear probarla, desearla a ella.

Ella sonrió al notar que nuestros labios se rozaban, nuestras respiración se mezclaban, un paso y podría...

Brooke soltó una risita.

—Joder Michael Brown.

Sonrió llevando sus manos hasta mi pecho

—El chico bonito y correcto del instituto— me analizó con la mirada —A solas con la adicta.

Chasqueó la lengua —¿No te enseñaron lo peligrosos que podemos ser los drogadictos? — preguntó, yo me mantenía estático.

—No entiendo a dónde quiere llegar rubita— confesé incapaz de apartar la vista de ella.

—A esto.— susurró en mi oído

Se acercó nuevamente y con un leve empujón me hizo tambalear en el borde la piscina, provocando que cayera vestido en ella.

La muy maldita me había tendido una puta trampa.

—Eso es lo que te ganas por creer que tienes a todas a tus pies Brown, no todas tenemos las bragas tan flojas— la escuché decir bajo el agua.

Salí a la superficie peinándome cabello y me permití detallarla por algunos segundos.

Llevaba puesta la chaqueta de cuero de siempre, y unos pantalones del mismo material que se le cernían perfectamente a cada una de sus curvas.

La muy perra tenía un cuerpo que volvía loco a los hombres, los hacía caer como moscas. Se consideraba superior a todos con esa faceta de mujer directa y sincera que pisoteaba al mundo sin reparo alguno.

Brooke Wilson era veneno puro, por eso tenía la fama que tenía.

—Curioso que precisamente lo digas tú— me asomé por el borde la piscina ladeando la cabeza —Que tuvo la polla de medio instituto dentro—

Ella sonrió poniendo los ojos en blanco.

—Por lo menos no finjo ser la niña perfecta de mami y papi.— dijo con sarcasmo

—¿Acaso les importaría eso? — sonreí —Hija de una adicta y un padre desinteresado, no creo que les importe mucho lo que haga su pequeña— respondí

Brooke Wilson, la misma que no dejaba jamás ver siquiera un atisbo de sus sentimientos, esa noche dejó un entrever un pequeño rastro de tristeza en sus ojos, pero inmediatamente cambió el semblante y volvió a ser la reina del hielo.

Había tocado una fibra sensible.

Lo sabía.

Sus padres siempre fueron un tema delicado para ella. Lo he sabido desde pequeño y aun así no había tenido reparo en usarlo en su contra.

—Tienes razón Brown, no todos nacemos en cunas de oro con la vida resuelta, algunos debemos ganarnos la vida— dijo finalmente yéndose

Excelente Michael, deberías dar clases de como tratar a las personas.

Error inevitable (2) [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora