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El curso de los días transcurrió con normalidad en ambos pueblos, asistiendo de vez en cuando a las misas que el Profeta hacía o haciendo cortas misiones que el mismo dictaba.

Sin embargo sí había algo diferente que sólo los más allegados de ________ podían notar: él se mostraba con un mueca más neutral, parecía que ese gesto amable y gentil se había borrado por completo de su rostro. Ni siquiera le veían reír o al menos sonreír como lo haría comúnmente con cualquier idiotez que dijera Noni, algún mal chiste que Focus hiciera que daba risa por lo malo que era. Nada.

Tampoco mostraba emoción al toparse con Biyín, Axo o Pol.

Y quien probablemente lo había notado más fue Juan, pues no veía la actitud nerviosa y tímida que mostraba el castaño cada vez que se acercaba demasiado a él. Con decir que ni la mirada le dirigía.
Llegó a pensar que tal vez hizo algo que al chico le molestó demasiado y por eso le ignoraba, sin embargo, por más que recapituló los últimos días no recuerda haberle hecho algo. De hecho, el último día que le vió fue en la tienda de empeños, pocos días antes de traer al verdadero Tanizen.

Por que el día en que hizo los conjuros le había invitado para sorprenderlo, para demostrarle que finalmente pudo devolver a una persona de otro universo. Después de todo, ________ ha sido de las pocas personas que ha creído en él desde que despertaron sus poderes, aún cuando todos los demás se burlaban.

Aquel día no llegó, y tampoco le dijo la razón cuando ya había aceptado ir.

"sé que serás el mejor puto hechicero de todos los tiempos, Juanito."

"no tienes que hacer bien todo a la primera, ten paciencia, confío en tí."

"no hagas caso a todo lo que ellos dicen, son unos completos gilipollas que no son capaces de ver de lo que eres realmente capaz."

Recuerda que eran muy unidos, ________ le apoyaba en todo, incluso pasaban tiempo juntos leyendo algunos de los libros mágicos que tenía en su antiguo santuario, al muchacho de ojos cafés le gustaba oírlo hablar por horas de algún nuevo descubrimiento.
Eso cambió desde la llegada de Rubius, no sabía si el oso era el culpable al haberle dicho algo o el menor no estaba de acuerdo con la relación que tenían. Aún con la menor comunicación que mantenían, el de camisa a cuadros siempre estuvo para él.

Y ahora, sentía que ya no había lazo que pudiese unirlos, ni siquiera como amigos.

Se sentía tan confundido, y triste. Sentía demasiado la ausencia del muchacho carismático y amable. Cree que todo empezó a decaer aún más desde la llegada a las tierras del Profeta. Intentó de mil y un maneras preguntárselo a los Dioses, ellos se nagaban a darle una respuesta.

Ni siquiera podía acercarse a él para tratar de arreglar lo que fuera que estuviera mal, siempre iba acompañado y cada vez que estaba cerca le dedicaba una mirada apática, fría. Hasta parecía que ese peculiar brillo había desaparecido.

¡¿Qué chingados había pasado?! ¿Qué hizo mal ésta vez?

De ser otra persona no podría importarle tanto, tampoco comprende porqué le duele tanto la indiferencia.

A pesar de todo continuó "con normalidad", no contaba con que era demasiado obvio y estaba claramente desanimado.

A pesar de todo continuó "con normalidad", no contaba con que era demasiado obvio y estaba claramente desanimado

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𝐏 𝐄 𝐓 𝐀 𝐋 𝐒 | 𝘤!𝘑𝘶𝘢𝘯𝘚𝘎𝘶𝘢𝘳𝘯𝘪𝘻𝘰「✔」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora