שמונה

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« A ti, la eterna dueña de mi corazón,

Quiero expresarte esta pena y tristeza que siento.

Aunque pareciera mi matrimonio como una ruptura,

Mi partida como una huida cobarde y

Esta carta cual vil ofensa a tus más sinceros sentimientos,

Aún siento esperanza de que usted, mi querida omega, sepa que jamás sería capaz de lastimarte

¡Antes la muerte! Y lo sabes bien.

No lo pareciera, cualquiera me vería, pensando que este príncipe Casanova

Finalmente se casa y no hay más que pensar.

Ni siquiera mi propia sangre, podría haber adivinado que su lujurioso y despreocupado hermano venía a Judá en un intento de pedir aprobación matrimonial a su poderoso y respetado emperador.

Nuestro matrimonio, de nosotros amada mía, tú y yo.

No quisiera repetir estos desastrosos eventos,

Voy a limitarme a mencionar que no puedo tener resentimientos contra mi hermano, pues hablándome sin su sagrada venda, enfrentándose a mi amargo desconcierto, me convence en la total sinceridad de sus palabras;

Sin embargo, nunca tendré la misma compasión con aquel extranjero que me escogió como si fuera un esclavo cualquiera.

Créeme que pague por tus lamentos,

Créeme que con cada lágrima derramada,

Sentí una furiosa impotencia,

Porque se supone que seríamos nosotros los que estaríamos sobre un altar.

Sé que enviarte esta carta, para cuando ya estés enterada de todo, no es lo mejor, pero no tenía otra opción,

Acomplejado de lo que me espera fuera,

El señor solo sabe cómo pasaron mis queridos omegas, ¡mis preciosos pero pobres hermanos! ¡El majestuoso ruiseñor y el dulce petirrojo!

Ahora yo comparto su mismo destino.

Thurd, mi amor, mi corazón sincero,

Estas horas las dedicaré a arrepentirme de cualquier error que pude haber cometido,

Al menos, hasta recibir tu respuesta,

Y saber que perdonas a este estúpido Alfa »

Siempre te mantendré en mis recuerdos. Atte: Raiden Levine.

—¡ES UN VILLANO!— exclama con ojos acuosos, como si esa carta no contuviera más que mentiras— nos engañó, te engaño, ¡HERMANA!— sus gritos alarman a quienes pasan para transportar las pertenencias de esas dos omegas, murmurando lo estresante que debía ser el cuidar una niña tan llorona—

—Geir, mi pequeña hermana, preciosa e inocente— susurra amorosa— ante cualquier otra cosa, Su Majestad tiene que servir al imperio— esa simpleza para responder, solo provoca más impotencia en quien es menor e inexperta en los asuntos románticos— ... y eso, pocos omegas son capaces de aceptar.

—El contraste entre un lazo pasajero ... o genuino— sigue creyendo que eso era injusto, ¿por qué el omega debía cargar todo lo malo, mientras ese "querido" Alfa goza sin preocupaciones todo lo bueno? ¿Acaso ese príncipe es realmente conciente del daño que provoca en su hermana? ¿De los días deprimentes, de las burlas escandalosas, de los rumores ponzoñosos?— ¡No quiero encontrarme a ningún Alfa!— exclama furiosa de repente, sintiendo la mirada extrañada de su hermana— yo n-no soy como tú, hermana Thurd, no tengo la voluntad de esperar a alguien que está con otro, aun si lo amara tanto, no quiero sentir tristeza— había creído en Raiden, en sus palabras fervientes y genuino interés de desposar a su hermana. Una farsa—

𝕬𝖒𝖇𝖎𝖈𝖎𝖔́𝖓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora