Aún me duelen los nudillos de golpear a ese hijo de puta. Daphne está sentada en la cama con la mirada perdida. Simplemente paré porque ella me lo pidió, sino podría haberlo matado con mis propias manos.
Estoy inquieto, intranquilo... No puedo estar sentado a su lado consolándola como tendría que ser porque soy un cobarde. Me niego a escuchar que salga de sus labios la verdad sobre ese hombre.
Su madre entra en la habitación con un vaso de algo caliente. Se lo da a Daphne, me mira con serenidad y después fija su atención en su hija regalándole una caricia.
Me parece muy fría para todo lo que ha pasado. Pero parecen acostumbradas, como si esto fuera normal en sus vidas, una rutina como levantarse y meterse al baño para tomar una ducha. Y me enfurece, me arde el pecho de rabia. Si por mi fuera habría gastado toda mi adrenalina con él. ¿Por qué me paró? Y de pronto pasa fugazmente algo enfermizo por mi cabeza. ¿Y si ella le quiere?
Sacudo la cabeza intentando apartar esa idea de mi pensamiento.— Jai, necesito hablar contigo. ¿Me escuchas?
Reacciono al escucha la voz de la madre de Daphne que parece que lleva intentando hablar conmigo un buen rato. Asiento y la sigo fuera de la habitación. Aunque no quiero dejar sola a Daph.
— No sé que hacías aquí, de hecho ni deberías estar aquí
Arrugo la frente y la miro desconcertado con mucha más rabia. Está haciendo de madre después de lo que pasó. No me lo puedo creer.
— Pero — continúa— no hay manera suficiente de agradecerte lo que hiciste por mi hija. Me alegro mucho de que estés con ella, pareces un buen chico y de verdad que esto no hay manera de pagartelo.
— No me de las gracias, es lo que tengo que hacer.— Contesto seco y cortante a su alegría.— Prefiero estar con Daphne ahora mismo, si me disculpa.Me importa poco y menos lo que me diga. Entro en la habitación de Daphne y cierro la puerta. Ella sigue en el mismo lugar en el que la dejé pero con el vaso entre sus pequeñas manos temblorosas.
Me obligo a sentarme a su lado, pero no sé que decir. Quiero saberlo todo, pero a la vez prefiero seguir especulando sobre todo esto porque piense lo que piense nadie me lo confirma y casi que lo prefiero.— Gra-gracias, Jai.
La miro sorprendido de lo dulzificada que tiene la voz. Solo con verla se nota que se han caído las capas y capas de seguridad que tiene. Es Daphne, la Daphne que me falta por conocer.
— No me las des.
— Jai, ¿puedes... Abrazarme?
No me mira, pero esa pregunta suena a súplica.
No contesto, simplemente la meto en mis brazos con cuidado, no quiero que se me rompa. No quiero verla llorar por esto.
— Mi reina...En cuanto pronuncio esas palabras es como haber acercado una aguja a un globo de agua. Empieza a llorar sin control sobre mi pecho, no soporto verla de esta manera. No quiero verla así nunca más. Es la primera vez y espero que también sea la última. Yo me encargaré de ello.
Pero mientras tanto me limito a ser su apoyo.Después de un par de minutos la tengo sentada sobre mí mientras que en el portátil he puesto ese programa que tanto le gusta para intentar que olvide por un par de horas.
La abrazo mientras apoya su cabeza en mi pecho y mira el portátil sin decir nada.— Yo también tengo cosas que contarte.
— Tranquila mi amor. Tenemos todo el tiempo del mundo, esperaré a que quieras hablar de ello.
— Jai, ¿y si después de contártelo ya no te gusto? ¿y si te doy asco? No soportaría que te fueras de mí lado.
Empieza a llorar de nuevo y le levanto la cabeza para que me mire.
— Escuchame bien, lo nuestro está por encima de eso y de todo. Yo te quiero de verdad Daphne, y parece que no me crees. Te amo, nunca quise a nadie como te quiero a ti. Nada de lo que me digas me va a provocar otro tipo de sentimientos hacia a ti.
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SOBER.
SonstigesLos dos estamos destrozados, los dos tenemos un secreto, los dos compartimos un dolor. Le necesito cerca o todo empeorará. La necesito a mi lado o mi mundo se tambaleará. [ACABADA] Lucy León.