𝐌𝐄𝐓𝐀𝐍𝐎𝐈𝐀: El proceso de transformación que cambia la forma de pensar, sentir, de ser o de vivir de alguien.
Las grandes multitudes desaparecieron
en un instante sin explicación alguna,
dejando en su lugar a un desolado
...
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SIXTH SONG: MURDER MISTERY
Seis días habían pasado desde que se separó del grupo para ir en busca de "la playa", aquel lugar que contenía las respuestas a sus preguntas, según la extraña voz del walkie-talkie. La comida que había tomado del centro comercial se acabó al tercer día de su viaje, obligándola a ingerir cualquier cosa que se encontrase en el camino. Pasó el día en busca de alimento, pero no encontró nada, ya que la mayoría de las tiendas habían sido saqueadas o la comida disponible estaba en mal estado. Por alguna razón que desconocía el tiempo avanzaba de forma diferente, la flora crecía con más rapidez de lo normal en las calles y edificios, agrietando suelo y paredes para crecer con facilidad, y la comida en la mayoría de lugares estaba podrida, como si hubieran pasado más de un mes en ese estado.
Observó el cielo y estiró su mano en dirección al sol, calculando que quedaban alrededor de 4 horas antes que oscurezca. Maldijo mentalmente ante esto, ya que sus días de visado terminan al comienzo del día siguiente, viéndose sin más remedio que jugar.
- ¿Acaso es una playa fantasma? -pensó mientras observaba sus alrededores. Frunció el ceño de la frustración, a pesar de pasarse días enteros buscando, no encontró nada. Preguntó y observó a las distintas personas que se encontraba de vez en cuando en las entradas de los juegos, pero no consiguió ningun tipo de información útil.
Limpió una gota de sudor que bajaba por su mentón, resoplando de mala gana. Odiaba el calor. Odiaba que las cosas no salgan como esperaba. Odiaba volver a jugar. Odiaba todo de ese lugar. Deseaba con todas sus fuerzas volver a la normalidad, pero ni siquiera sabía si eso era posible.
A la lejanía divisó un kiosco que no había revisado, así que se dirigió a él. Entró a la decimoquinta tienda del día, esperando esta vez encontrar alimento. Rebuscó en todas las estanterías disponibles, sorprendiendosé cuando encontró lo que buscaba. Eran dos paquetes de galletas de vainilla, odiaba aquel sabor, pero después de estar casi 48 horas sin comer las veía como lo más delicioso del mundo. Se paseó por todo el lugar en busca de alguna otra cosa que pueda servirle, encontrándose con una lata de refresco en buen estado. Satisfecha, se dirigió a la salida mientras masticaba una de las galletitas, cuando de reojo vió un paquete de cigarrillos. Los ignoró y siguió caminando, pero la abstinencia fue más fuerte que ella.
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Pasó la tarde descansando, preparándose para el próximo juego. No sabía lo que le esperaría esta vez, por lo que nuevamente la ansiedad la carcomía. Pidió con todas sus fuerzas que no sea un juego de picas, dudaba que pueda aguantar con su estado físico actual, estaba débil por todo lo caminado durante la última semana.
Esperaba impaciente a que algún edificio de su alrededor se encendiera, cegandola levemente por el desacostumbramiento de la iluminación artificial. Sus piernas dolían demasiado como para caminar más de lo necesario, por lo que siguió en la misma posición acurrucada esperando a que los juegos comiencen.
