Capítulo II: Compras.

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Tragando saliva y con una mirada de cansancio, la universitaria miró al lugar de combate. Generalmente estaría feliz de estar allí, recorrer tiendas y quizás comprar más de una cosa, el edificio en sí era la representación del consumismo.

— ¿Podrías soltarme? —Laia intentó mover su brazo, aunque fuera un resultado inútil.

Elías alzó la mirada levemente y sin soltar a Laia, su expresión cambió rápidamente a una de sorpresa.

— ¿Eh? ¿Y si me pierdo?

— ¡¿Acaso eres un niño?!

Bajando la cabeza y tratando de evitar responder a ello, el otrora chico soltó a su compañera y se quedó a su lado mirando sus pies con una expresión de vergüenza.

—Aunque sí está lleno...

—Es sábado.

De manera cortante, Laia respondió y comenzó a caminar, siendo inmediatamente seguida por la responsable de que esté metida en ese lugar.

—Si hay algo que te interese... —antes de que la muchacha terminará de hablar, el "chico" se detuvo frente a una tienda de ropa femenina, miró con atención la vitrina y tragó saliva

— ¿Estás bien?

Elías se giró para ver a Laia y con la voz temblorosa señaló al maniquí.

— ¿Todas son tan caras?

Laia soltó una risa.

—No, esta es de marca.

❓️❗️❌️❓️❗️❌️❓️❗️❌️

Elías miró hacia un lado y eventualmente a otro, también había comenzado a deambular mientras tomaba una que otra cosa y luego la devolvía.

—No me gusta nada ....

Finalmente, él llegó a esa conclusión, quizás la ropa no era fea, pero el hecho de pensar que él debía usarla hacía que inmediatamente se arrepintiera.

—Laia se fue... Era de esperarse, seguro está viendo ropa para ella....

Y por un momento más, continúo pensando lo mismo mientras veía cómo su exnovia se acercaba a él con una sonrisa de orgullo mientras sujetaba una buena cantidad de ropa.

—Intenta con esto.

Elías sorprendido y antes de poder decir nada recibió la pequeña pila de ropa y miró cómo Laia se sonrojaba y añadía

—Creo que se te vería bien....

El "chico "murmuró con una leve sonrisa.

—No hicimos esto antes.

— ¿Eh?

—Ir de compras... —Por un segundo Elías se calló y negó con la cabeza—. Acompañarnos a escoger ropa

Recuperando la confianza Laia sonrió y con un poco de burla en su tono, agregó:

—Siempre te quedabas en un asiento por allí. Ve a probártelos —Laia señaló hacia una esquina donde estaban las pequeñas cabinas con cortinas.

Elías tomó aire y finalmente fue.

—Qué agotador... —Soltando un suspiro, y mirando la cortina del probador, Laia se fijó en su celular para ver la hora, ya habían pasado solo 10 minutos, pero considerando que era solo el primer conjunto, ya había sido demasiado

— ¡¿Por qué tardas tanto?!

Sin ningún escrúpulo, Laia abrió la cortina.

Elías sufrió un sobresalto y con sus manos intentó bajar la ropa mientras se sonrojaba.

Lía tiene un secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora