Capítulo XV : Laia

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Acomodando su mochila, cerrando el cerrojo de la puerta, y dejando caer sus hombros con cansancio caminando hacia la escalera, esta se detuvo dos pisos más abajo y miró hacia el pasillo en dirección al departamento de aquel chico...

Laia miró a su teléfono y abrió la App de mensajería para quedarse viendo el nombre de Elías.

Con una expresión amarga, comenzó a caminar lentamente hacia el apartamento de su ex-novio, esta se detuvo allí y levantó la mano para tocar, finalmente al estar a unos pocos milímetros se detuvo y con su otra mano tomó su muñeca y la dirigió a su pecho.

"¿No querías esto?"

"¿Separarte de él "?

Resignada, Laia comenzó a caminar hacia la universidad, con un nudo en el pecho y los pensamientos confusos, a excepción de uno.

"Ella quería que lo dejaras..."

❓️❗️❌️❓️❗️❌️❓️❗️❌️

El profesor guardó silencio y de dirijo hacia su escritorio para comenzar a guardar sus cosas

— Recuerden leer el texto complementario para la próxima semana.

Muchos de los universitarios ya se estaban marchando cuando el maestro realizó aquel recordatorio.

Soltando un suspiro y mirando con su teléfono a la vez que guardaba sus cosas al finalizar la clase.

— ¡Laia! — Una voz femenina se escuchó por detrás, mientras una chica se puso a un lado de Laia con una sonrisa de oreja a oreja.

A juzgar por su apariencia, debería ser estudiante de cuarto año, unos veinte dos años.

Cabello largo, color castaño con visos rubios, y ojos color miel.

— ¿Es cierto que terminaste con Elías?

— ¿Eh?

Laia miró confundía a la chica delante quien de manera franca y de cercanía familiar la increpó.

Guardando silencio por un segundo, y tratando pensar de manera rápida.

— ¿De donde sacaste eso, Cami?

— Nunca están juntos ahora.

No había ningún error en nada de ello, más bien que no estén juntos también van acompañado de un hecho fantasioso, sin embargo, si se estaban distanciando.

Aunque de cierta manera, la expresión de felicidad de la muchacha le causaba irritación.

— Algo así.

— ¡Lo sabía! Terminaron — chocando las palmas y dando media vuelta, Cami se iba a retirar, sin embargo paró y miró sobre su hombro.

— ¿No te molesta que vaya por él?

Laia se levantó y con voz débil, dejó salir un :

—... No...

— Gracias

Con ello, y dispuesta a irse, la chica sintió como le tomaban el hombro junto con una sensación de escalofríos.

— ¡No puedes!

Con un tono seco y una mirada amenazadora, qué por el color de los ojos gris solo la hacían parecer vacía.

Laia se marchó rápidamente hasta salir del edificio y dar un profundo suspiro al notar que ya no había nadie conocido alrededor.

Se agacho apoyada contra la pared y cerraba los ojos a la vez que sus hombros empezaban a temblar.

"No lo entiendo"

Lía tiene un secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora