Capitulo 10 La tumba de los padres de Claudia

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Dos días después de aquella agresión que Claudia sufrió contra bárbara y de conocer a cristina de la peor manera e inesperada, Claudia y Alejandro siguieron saliendo al cine, al jardín y al parque de diversiones. Sin embargo cristina ya no volvió a la casa por obvias razones, no quería ver a Claudia y ni siquiera quería discutir con su hermano y con sus padres, quienes todavía estaban enfadados con ella.

Tampoco no supieron nada de bárbara, desde que agredió a Claudia no apareció por ningún lado y ni siquiera amigos cercanos a ella saben en dónde está, Alejandro decidió olvidarse del asunto de bárbara y estar con Claudia.

A pesar de que Claudia ya no se sentía muy triste, su curiosidad del porque no podía sentir dolor fue creciendo hasta que se aventuró en los libros de la sala para encontrar una respuesta, todos los libros eran más que novelas románticas y aventuras, parecía que no encontraría algo que la informaría hasta que encontró un libro que hablaba de enfermedades raras.

La chica leyó cuidadosamente para encontrar algo que informara sobre su caso, cada página que pasaba se desesperaba más por encontrar algo que explicara sobre su caso, siguió y siguió hasta que lo encontró, no decía mucho sobre el tema, solo decía que fue descubierto hace veintisiete años y que la enfermedad no tiene cura. Cuando supo lo de esto, se sintió muy extraña sobre su caso y creyó que al contarle a Alejandro la creería una anormal.

Después de haber encontrado aunque sea una respuesta a su pregunta de su padecimiento y de haberle contado a Alejandro, el chico se quedó sorprendido por eso, no podía creer que existiera tal enfermedad, sobre todo que la joven la tenga.

Claudia lo miro y le pregunto si la cree como una anormal por esa enfermedad que tiene, Alejandro la miro y le dijo que no pensara en eso, que no se dejara llevar por las malas ideas y que la quiere así como es. Claudia solamente sonrió y los dos se abrazan mientras Alejandro le decía que la ama.

En la tarde Claudia se encontraba en el cuarto secándose después de tomar una ducha. La chica se veía muy contenta y se la estaba pasando de maravilla su nueva vida. En eso Alejandro entro al cuarto sin saber que la chica estaba medio desnuda y se disculpa con ella.

Claudia cubre sus bubis con la toalla y deja escapar una risita, viendo como Alejandro entraba al cuarto tapándose los ojos y caminando sin ver a donde iba. Cuando choco con la chica, Claudia soltó sin querer la toalla, dejando ver su cuerpo. 

Los dos se quedaron viendo con nerviosismo y sorpresivamente. Alejandro le dijo que cada día se pone más hermosa y Claudia le sonríe mientras pone su mano en la mejilla del chico.

Alejandro le sonríe y Claudia le dice que lo ama, Alejandro le dijo lo mismo y ambos chicos se besan, se abrazan y en un momento inesperado, fueron interrumpidos por Federica, esta les toco la puerta y les dijo que se bajaran para comer. 

Los jóvenes se sueltan y Claudia se agacho y agarro la toalla para taparse y Alejandro se acomoda su camiseta mientras le responde nerviosamente que en un rato bajan.

Federica les contesta, diciendo que sí y se va del lugar. Claudia y Alejandro se miran con una sonrisa burlona y sueltan una risita. En eso Alejandro le dice que pasara al baño y Claudia solo asiente y procede a vestirse.

Antes que cayera la noche, los novios se encontraban acostados en el sillón abrazados, mirando el techo y platicando de sus cosas, Alejandro empezó por contarle chistes pero sus chiste todavía no eran tan buenos y aun así la chica se reía de ellas. Los dos suspiraron y se besaron. Paso un buen rato de silencio y tranquilidad hasta que Jorge entra a la sala.

Este tiene entre sus manos una carta, que proviene de las oficinas del panteón alemán, en la carta decía que es para Claudia y este se la da. Cuando agarro la carta, lo abrió y comenzó a leer.

–buenas tardes jovencita Claudia Sofía García, le queremos compartir algo si usted lo quiere, nos enteramos de lo que paso con usted y de sus tíos y cuando oímos los nombres de tus padres, recordé de inmediato que los tengo registrados. Desgraciadamente murieron hace cuatro años y Alicia y Antonio, pagaron los gastos para el entierro de tus padres.

El punto es que si quieres verlos, puedes visitar a tus padres por primera vez después de tanto tiempo sin saber de ellos, la esperamos para abrirle las puertas y puedas visitarlos. Te damos nuestro pésame y que tenga una bonita noche.

En aquel momento, después de leer aquella carta, sus ojitos se llenaron de lágrimas recorriendo sus mejillas y manteniendo la vista arriba, con mucha tristeza y saber que ya encontró a sus padres, pero no como se lo imaginaba.

A la mañana siguiente, Claudia, Alejandro y sus padres fueron al panteón alemán vestidos de negro y Claudia sostenía entre sus manos un ramo de flores. En el camino se quedaba viendo con una carita tan triste las calles, sentía mucha tristeza al saber todo aquello de su pasado, ahora vera la tumba de sus padres por primera vez después de doce años y no dejaba de pensar en aquella pesadilla que tuvo días antes con Alejandro.

Al llegar al lugar, Claudia se acercó a la reja y miro a un hombre vestido de pantalones gris fuerte con una camisa blanca y una corbata negra. El hombre no se dio cuenta de la presencia de la joven hasta que escucho a Alejandro aclarar la garganta. El hombre ve por un momento a los jóvenes con extrañes y se les acerca para preguntarles si iban a visitar a un pariente difunto.

La joven le dijo que venía a ver la tumba de sus padres y de inmediato el hombre reconoció a la chica al oír aquellas palabras.

–claro jovencita, la estábamos esperando, pueden entrar.

Después de accederles la entrada e indicarles donde estaban, Claudia, Alejandro y sus padres caminaron en busca de las tumbas de enrique y Susana. Claudia miraba las lapidas con profundo terror, a pesar de que era temprano y el panteón estaba iluminado por las nubes grises que cubrían el sol, se le hizo muy terrorífico, pero aguanto el miedo y presto atención a su camino.

Después de dos minutos de observar cada lapida, por fin encontraron las dos tumbas de los padres de la chica. Esta se acercó lentamente a las tumbas con la intención de hincarse en frente de estas y poner un ramo de flores cada uno. Antes de hacerlo, Claudia miro con profunda tristeza a las lapidas que en ellas estaban escritos los nombres de sus padres.

Enrique García Martínez

13 de mayo de 1899 - 2 de marzo de 1955

Susana García Sánchez

28 de julio de 1901 - 2 de marzo de 1955

La expresión de Claudia era triste, beso sus dedos y lo paso con suavidad la lápida de su padre, luego hizo lo mismo con la de su madre, a pesar de que ya no los pudo ver por un largo tiempo, sus recuerdos de cuando era una niñita, la hacían feliz por un momento. Pero eso duro poquito y empezó a llorar levemente al enfocarse nuevamente en las lapidas. 

Antes de levantarse, saco la fotografía de ella estando con sus padres cuando era una niña, los trozos de fotografía los había guardado y saco una nueva con esos trozos. Al sacarla del bolsillo, lo dejo en la lápida de su madre y luego les dijo con una voz triste y poco calmada que entristeció a Alejandro y a sus padres.

–mama... papa... no saben lo mucho que los extraño, desde que estuve viviendo con mis tíos, siempre me pregunte si de verdad me odiaban, ahora sé que no fue así como me lo hicieron creer durante doce años, solamente recuerdo algo lindo de ustedes cuando era una niña... y era cuando jugábamos al escondite, (Claudia sonríe) ojala estuvieran vivos, para poder abrazarlos... los amo...

Alejandro, Federica y Jorge no pudieron evitar soltar una lágrima por las palabras de Claudia. Alejandro pone su mano en el hombro derecho de la joven con la intención de calmarla. Claudia lo siente y toma su mano con suavidad. Enseguida Claudia se seca los ojos con un pañuelo y se levanta. Mirando por última vez las tumbas de sus padres mientras abrazaba a Alejandro con profunda tristeza. 

Claudia La novia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora