Claudia La novia.

Capitulo 8 La mentira

Los días pasaron y los jóvenes enamorados siguieron saliendo a cualquier parte de la ciudad, llego la navidad, el año nuevo y el cumpleaños de Claudia que cumpliría veinte años un 1 de febrero y esta se la pasaría de maravilla con los Vargas, en especial con Alejandro que hasta le confeso al muchacho, que es el mejor cumpleaños que pudo haber tenido en su vida.

Tres meses después Alejandro tuvo que dejar de ver a su amada para ayudar a su padre a dar una arreglada a la fábrica de zapatos debido a que las paredes se estaban echando a perder por falta de mantenimiento y lo mantuvo muy ocupado, en los ratos libres del joven de veinticuatro años solía hablar con su novia por teléfono para saber cómo esta y de lo que está haciendo.

Antes de finalizar cada llamada Jorge y Federica siempre mandaban un saludo de su parte a Claudia. Esta se ponía tan contenta que les agradecía y en una llamada les dijo que los extraña mucho.

En casa la joven se la pasaba leyendo un libro de romance que Federica le presto, en su cuarto como de costumbre mientras que sus tíos se la pasaban fuera de la casa, a diferencia de antes de conocer a Alejandro. Alicia y Antonio ya no la molestaban mucho debido a que la chica de veinte años ya estaba teniendo un cambio mental.

Alicia sintió el gran cambio de la chica. A pesar de que la odiaba, comenzaría asentir el cariño como tía y con el pasar del tiempo se fue encariñando con la joven, a tal grado de hasta quedarse un rato con ella solo para hablar.

Todo parecía estar muy bien, todo bajo control hasta que los celos de Antonio fueron tan fuertes que se le ocurrió romper la tranquilidad de la joven que Había encontrado.

Antes de irse a dormir, Claudia se encontraba sentada frente del escritorio, viendo una fotografía de ella con Alejandro, abrazándose con mucho cariño. Claudia esbozo una sonrisa y en seguida agarra un bolígrafo de uno de los cajones del escritorio, esta voltea la fotografía y en la parte blanca empieza a escribir.

-me siento muy feliz de estar con Alejandro, es el hombre indicado con quien quiero estar a su lado para siempre. Nunca olvidare aquel día que lo vi por primera vez en mi ventana, tampoco olvidare que él me haya sacado una sonrisa al saludarme cuando todavía estaba en la profunda tristeza.

Estos cinco meses que he estado saliendo con él, me ha llenado de felicidad, Espero que este amor sea verdadero y que tarde o temprano pueda liberarme de mis tíos, para irme con él y estar juntos para siempre. Ojala ya pueda desocuparse para volver a salir y pasear a cualquier parte, no lo he olvidado, he soñado a Alejandro una y otra vez y eso es hermosos. Te amo Alejandro, atentamente: Claudia Sofía García.

Después de escribir eso, Claudia pone la fotografía en su álbum de fotos donde la única fotografía que tiene es la de ella junto con Alejandro. Esto le sonaba un poco gracioso de que tenga solo una fotografía pero la realidad es que Alicia nunca le enseñaba ninguna fotografía donde estaba Claudia de pequeña.

Claudia le preguntaba por qué no tenía una foto de ella cuando estaba chiquita pero Alicia no le contestaba o simplemente le decía que se habían perdido. La joven no le creyó en nada y cree que Alicia puede que las tenga en alguna parte de la casa. Claudia no siguió insistiendo por eso y puso solamente su fotografía.

Al guardarla la joven suspira profundamente, se levanta, apaga la luz y se acuesta en su cama para dormir y descansar. Desgraciadamente su tranquilidad se vería interrumpida por alguien.

Esa misma noche en la madrugada, Claudia dormía tranquilamente en su cama sin que nadie la interrumpiera, un viento recorrió en su bello rostro y luego pasa recorriendo la cobija, alzándola por un momento.

La chica empezó a tener una expresión de confusión al escuchar extrañas voces que la incitaban a matar, a hacer daño a sus tíos para que paguen por lo que le hicieron.