Atthaphan Phunsawat, frente a la mirada pública, e incluso frente a otros patinadores, era alguien presuntuoso, llamativo y demasiado energético.
A pesar de siempre estar frente a los reflectores, ostentando su corona, muy pocos sabían que era un Om...
Al final, ambos decidieron encontrarse en la pista; off mentiría, si no admitiera que dudó al entrar al recinto, que sostuvo la competencia hace casi una hora, el cual estaba desolado, aun con algunos trabajadores dispersos.
Gun estaba de espaldas, no dejando ver su rostro al Alfa, observando la pista; girándose al escuchar los pasos lentos y calculados del otro. Al voltear, el excéntrico patinador dejó que el Alfa viera todo en su postura, en sus ojos, en la más ínfima expresión de su rostro; que también es vulnerable, a pesar de su descarada actitud.
-Se te escapó el bronce offie- gun no volteó, permaneció parado en el mismo lugar que el Alfa lo vió -. Todavía necesitas practicar ese salto; practiquemos ahora.
Off solo asintió, y tomo la mano de gun, dejando que éste le guiara al hielo; el rasgar de la superficie bajo ellos, el susurro del rose de sus manos al separarse es lo que inunda el lugar, es lo que les llena en ese momento, estremeciéndoles.
-Sacrificas un poco tu secuencia de pasos al poner todo en tus saltos- Comenta off, después de lograr un espléndido salto. Acercándose al canadiense, pasa sus fuertes manos por la cintura de este, como si le invitase a bailar sobre el hielo.
Las manos de jumpol eran firmes, sintiéndose con inmenso aplomo al tocarle.
-Hay cosas que tienes que hacer para estar en la cima- gun se detiene, parando el movimiento de ambos, se alza para besar al Alfa, que corresponde tan sutil como el otro, susurrándole entre labios aquello que era parte de él, que dejó de ser un secreto para el Alfa.
-Tu eres Atthaphan Phunsawat- Es lo único que agrega, en un susurro cerca del cuello del otro, al quitar la escaza distancia que los separaba.
Un paso, dos, un par de manos unidas; palabras dedicadas solo a esa persona frente a ellos, interrumpidas por un beso, docenas más después. Off llevó al otro a su habitación, sin pensar mucho en los pormenores de cómo llegaron ahí.
La piel morena se vuelve tersa bajo el tacto; los suspiros remplazan las palabras, ya no son necesarias. Las manos del Alfa sostienen el rostro de gun entre ellas, de forma tan delicada que parecieran temer hacer daño; los ojos del pelinegro dudan, luchando contra la parte más demandante del instinto.
-Suelo tomar demasiadas precauciones. - Las manos del Omega pasaron por el cuello del otro, abrazándole contra su cuerpo-. ¿No deberías estar esforzándote? El ganador del oro te ha elegido a ti; nada menos que attp está contigo.
Off parpadea un par de veces, riendo ante lo confiado que puede ser gun, hasta en esas situaciones. Sus manos recorren el cuerpo trabajado, por duras rutinas que al Alfa le cuesta creer el canadiense soportó toda su carrera, admirándole aún más. El Omega jadea ante las manos que lo exploran, se retuerce sobrecogido por las sensaciones que percibe por primera vez.
Sus piernas, se enredan en la fuerte cadera del Alfa, recibiéndolo, aceptando algo de lo que no tenía dudas; deja que su naturaleza se haga presente, que sus emociones se combinen con ella, declarando todo aquello que no sabe poner en palabras.
El Alfa gruñe, marcando un ritmo suave en el cuerpo bajo suyo, aun controlando sus más bajos impulsos; besa el cuello del Omega, de manera tierna, cuidadosa, pidiendo permiso de una decisión que los unirá a ambos, más allá de algo físico.
Acompañado de un gemido agudo, entre dolor y algo indeterminado; off clava sus dientes en la piel morena de gun, quien solo le sonríe, mostrándole cuan consciente del lazo que se formaba entre ellos era.
El rozar de las sabanas era lo único que se mezclaba con la serenidad de la noche, adormilando al Omega, que dejo que off recargara su barbilla sobre su hombro, sintiendo estremecer a gun ante la sensación de su aliento tibio sobre la marca en su cuello.
-¿Y qué les dirás a tus padres? ¿Saben que estas aquí? - off se tensó un poco al pensar en mike-. Según escuche, tu familia es muy religiosa, me sorprende que no te sientas culpable.
-De hecho, así es; aunque no planeo hacer esto con nadie más- Bromeó, dejando que sus parpados le pesasen-. Pero creo que se molestaran un poco, supongo que tendré que presentártelos o algo así. Así que tú también tienes que pensar en un buen discurso.
Off no iba a reclamar más, no cuando sabía que después de la cena de mañana ambos seguirían su camino un tiempo, viéndose ocasionalmente, alejados por cientos de kilómetros en ocasiones.
-Esto no cambia mucho- menciona Jumpol, sonriendo, grabándose la dulce esencia del hombre en sus brazos.-. Seguimos siendo contrincantes.
-Tendrás que dar lo mejor entonces offie, así podrás ganar la plata; porque yo ganare el oro- gun se acomodó mejor, disponiéndose a dormir-. Quien sabe, tal vez piense en permitirte vivir conmigo si ganas el oro.
Así hablaron del futuro, de lo que harían cuando se retiraran, del día en que gun, quizá ya satisfecho con sus victorias dijera la verdad; de tener una familia, de tantas cosas que quedaron en medias frases al caer dormidos.
Aspiraciones de planes para después, de las más nobles palabras de afecto.
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