12: Antes de la fiesta

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Sus palabras decididas,llenas de odió y deseos de venganza...sus palabras que ante otros eran simples amenazas vacías...para mí eran palabras llenas de veneno puro.

—¿Chihiro...que piensas? — Alistair me tomo de la mano sacándome de mis pensamientos.
     
«Mi derrota es mi eterna condena» esos oscuros pensamientos, recordándome que,nunca logré acabar con los vampiros,aunque todo el mundo confío en mi,esa confianza terminó muriendo conmigo.

—No es nada — respondí perdida en mi soledad.

—No hables como si no lo supiera,te pasa algo — se detuvo llevándome a un lugar más tranquilo,su mirada era de tristeza pura —¿Por favor,dime qué te pasa?

—La verdad que nada,no me pasa nada — volví a la tranquilidad de mi ser,centrando mi atención en lo que verdaderamente importa.

Mis sentimientos nunca importaron y tampoco importaran ahora,estoy presenciando lo que odió,volverá a pasar y la humanidad está vez no volverá a luchar.

Ya nadie recuerda nada,para que darle importancia a lo que siento,de cualquier manera nunca le dí importancia a mis sentimientos.

Aparte su preocupación y seguimos nuestro viaje por la ciudad,hablando de cosas alzar,riendo y discutiendo.

Acabamos y volví a casa,la mansión estaba animada con trabajadores por todas partes,todo se centralizaba en el gran salón de baile.

«¿Desde cuándo ha estado eso ahí?» entre girando por todas la direcciones,todo estaba tan bien decorado que se parecía a un palacio y no a una mansión.

—¡¿Habrá una fiesta?! — caí en cuenta que es lo más probable y por la sorpresa lo grité sin querer.

No tengo una buenas experiencias con las fiestas,en especial con la última,que terminó con la caída del castillo.

—Chihi...¿Emocionada? — Astra me abrazo por detrás colocando su cabeza sobre mi hombro sin que me diera cuenta.

—Se podría decir... — murmure acariciando el suave cabello de uno de los príncipes dorados.

Antes que pudiera seguir Astra me hizo comer chocolate,estaba tan bueno.

—¿Es cierto,por qué están haciendo una fiesta? — pregunté sin entender todavía que pasaba.

—Es por así decirlo una celebración para anunciar a los hijos de la gente rica — hablo sin pena llevándome a una habitación.

Llena de vestidos,hechos especialmente para mí eran tantos que no podía decidir pero me encontré con vestido negro con toques dorados.

—¿Te gusta ese? — pregunto levantando una ceja con interés.

—Pense que te gustaría algo más rosa — admitió rendido.

—Me gusta, quiero ese — hable como si pensaba en ir pero de verdad la idea de una fiesta me aterra.

Tenía un plan,a último momento fingir un gran dolor de barriga y listo,tendría la noche para mi solita sin ser molestada por nadie.

Decidí saludar a Koichi,entre en su oficina sin preguntar ni saludar,cómo dueña de la casa que soy.

—¿Que tenemos aquí? — sorprendida observé todo con descaro,llevo 12 años viviendo aquí y ni me había tomado el tiempo de revisar ni la mitad de la mansión.

—Una biblioteca — respondió Koichi ofreciendo un lugar a su lado,acepte solo por curiosidad para saber que estaba leyendo.

Pero su curiosidad por los tiempos antiguos era más grande que nunca. No quiero preguntar porque ya me se todo eso, ¿Cómo no saberlo cuando viviste la historia en carne y hueso?

—¿No tienes que practicar con la espada? — cuestiono Koichi.

—El instructor ya me tiene miedo — salí de la oficina y me dirigí a la cocina.

Entre como perro por su casa,me encontré con el tío Marc,este sonrió y me abrazo.

—Pequeña princesa — Marc sonrió —y como princesa tienes que tener una corona sobre tu cabeza.

—De plata — dije lista para ir a la tienda para comparar la corona.

Después de un viaje de como 20 minutos llegamos a la tienda más ostentosa y cara. Ni me creía las increíbles y grandes cosas que podían hacer los ricos.

—Esta es una de las tiendas de tu futuro marido — Marc acarició mi cabeza,desordenado mi cabello.

«¡¿Marido?!¡¿Acaso tengo que casarme?!» ese shock no me dejó tranquila,fue más...como algo que no me esperaba...mejor dicho...una espina clavada en el costado.

—No quiero casarme — murmure incapaz de asimilar eso,el amor no es una de mis metas,no lo fue,no lo es,y nunca lo será.

—Que mal,pero algún día tendrás que casarte — en forma de burla dijo eso y me puso una corona en la cabeza.

—Lo dice el soltero,llevas algo más de 500 años de vida y ni una novia — con sarcasmo me quite la corona y la dejé en un lado —nunca me lo imaginé pero que mi tío Marc,uno de los millonarios más hermosos y codiciados por las mujeres...

—Eso es lo que dicen...ja...pero si supieras que la verdad no me interesan ninguna de esas muñecas — me puso otra corona en la cabeza está vez de piedras de esmeralda.

—¿Mujeres que parecen irreales? — cuestione —¿Por qué no mejor buscar a una pobre y hacerla tu esposa?¿Por qué no hacer como hizo mi padre?

—Hay diferencias, Koichi por fortuna es menos conocido que yo,el es la sombra que mueve los hilos... — su bello y perfecto rostro se llenó de frustración —ese niño me superó el todo,obtuvo todo lo que siempre he querido sin esfuerzo.

—¿Y? — cuestione molesta,su comentario me recordaba a mi propio hermano que fue consumido por la codicia —¿Acaso eso te arruinó la vida?

Marc evito mi mirada molesto por haberle contado la frustración de su vida a una niña. Pero la verdad,por algun motivo entendía el origen de su frustración.

«¿Será por qué una vez estuve tan frustrada que fui cegada por la venganza?» cerré los ojos,no recuerdo cuando mi hermano y yo nos llevamos bien,todo era tan caótico.

Pero aleje esa estupidez.

—Niña,te quedas con esta — y me puso una corona sobre la cabeza terminando la conversación.

¿Cómo Marc y Koichi se llevan tan bien,aunque hay una brecha tan grande entre ellos?

De cazadora de vampiros a una vampiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora