De cazadora de vampiros a una vampiro

24: Subaru (Parte 3)

La noche cayó y no podía dormir.

Baje a buscar un vaso de agua, mi rutina del sueño se había alterado bastante últimamente, odiaba eso ya que me recordaba a mi vida pasada.

En serio... ¿Cómo era capaz de no dormir por días?

Suspire y me senté en una silla adormilada, mi cabeza dio vueltas por el sueño.

Era contradictorio, tenía muchísimo sueño pero cuando intentaba dormir no podía, eso me harta, y me estresa, bastante.

Escuché unos pasos acercarse lentamente a mi, era uno de los gemelos pero por la oscuridad no pude distinguir cuál era exactamente.

—¿Qué haces a esta hora? — cuestionó el gemelo con calma, incluso por su voz no los pude distinguir, son tan malditamente similares físicamente.

—No puedo dormir — respondí bostezando, a pesar de querer dormir desesperadamente hay algo que no me deja.

«Quizás sea mi intuición» pensé, en mi vida pasada me pasaba lo mismo cuando estaba en misiones o en guardia, simplemente no podía dormir hasta que no saliera el sol.

Lo sé, en ese tiempo mis hábitos del sueño eran una mierda, pero han pasado más de 1,600 años desde aquello. No han cambiado.

20 minutos después.

Estaba encerrada en mi habitación admirando mi arma maldita, estaba como si nada hubiera pasado, como si el tiempo no existiera para esa arma.

Era tan hermosa como el primer día que la conseguí...

...

Entré a mi habitación y me quedé pensando en el comportamiento de Chihiro y Astra, me miré al espejo a pesar de ser de noche.

No tenía energía para nada, así que intenté dormir, fracasando miserablemente.

Me levanté de la cama ligeramente irritado y me puse un abrigo para dar un paseo nocturno por el patio de la mansión.

Algunas luciérnagas, grillos, y oscuridad, en cierto sentido era relajante pero las noticias decían que era peligroso salir de noche ya que ese tipo de vampiros.

¿Qué pasaría si nos volvemos igual a ellos?

—Que pregunta tan estúpida... Subaru — suspire dándome golpecitos en las mejillas.

Cerré los ojos y de un momento a otro, me despiste solamente un segundo y ya había un vampiro cuyos ojos rojos ya estaban fijos en mi, no podía observar bien por la oscuridad pero no parecía ser de esos vampiros locos que parecen en la televisión.

—¿Q-Quién eres? — pregunté de manera algo tonta e ingenua, a veces a pesar de ser considerado inteligente en ocasiones soy realmente lento y estúpido.

Debí de haber corrido en ese momento.

Una sombra con brillantes ojos rojos se movió a una gran velocidad en la oscuridad, y se abalanzó sobre mi, no tuve tiempo a reaccionar, y lo último que recuerdo antes de caer en la oscuridad fue...

Como sus dientes se clavaban en mi cuello.