Ángel de la oscuridad | Wenclair AU

Capítulo 05. Esa parte de ella

Para su sorpresa, las recurrentes pesadillas ese día no habían llegado, en su lugar había tenido el mejor descanso desde hace mucho, agradecida por eso, poco a poco fue abriendo sus ojos, recordando los acontecimientos de la noche anterior, desde la broma de Ajax y sus amigos, hasta el extraño ángel que la había visitado.

Enid se sentía muy confundida, incluso pensó que todo había sido solo un sueño, era imposible que un ángel de la muerte se le apareciera y más, tratando de evitando su muerte, se oía ridículo, estaba tan sumida en sus pensamientos que le tomo algo de tiempo darse cuenta de que al lado de su almohada una mano con las uñas pintadas de colores la saludaba animadamente.

Rápidamente agarro la almohada y se la aventó, para después saltar de su cama atemorizada, no sabia como esa mano había llegado ahí, y lo peor de todo es que parecía tener vida propia a pesar de ser solo una extremidad.

Después de un momento la mano se quitó la almohada de encima y se retiró indignada por el acto. Enid a pesar de la confusión y el miedo que sentía, no pudo evitar sentirse mal por haberle arrojado la almohada.

De pronto sin previo aviso detrás de ella la misma voz de la noche anterior se hizo presente.

-Horrendos días. -Dijo acercándose a Enid. -Parece que has despertado y que has conocido a dedos, aunque no tenias porque aventarle la almohada, es bastante sensible con esas cosas. -Termino con un leve toque de reproche en su voz.

-Lo sé, creo que le debo una disculpa por eso, por cierto, buenos días para ti también. -Dijo Enid con un toque de ironía y burla en su voz. -Espera un momento ¿Qué es todo esto?, ¿Qué era eso? ¡¿Quién eres tú?! -Alcanzo a decir agitadamente, teniendo en cuenta que la visita de un ángel de la muerte no significaba nada bueno. -¿Viniste para llevarme al mundo de los muertos? -Pregunto ella mirando al suelo con temor en su voz y lágrimas volviendo a formarse en sus ojos.

-De hecho, estas en lo correcto, mi deber aquí es llevarte al reino de la oscuridad y de las tinieblas, aunque eso es lo que hubiera pasado si ese cuchillo hubiera atravesado tu cuello. -Limpio las nuevas lagrimas que empezaban a empapar las mejillas de Enid.

La rubia se ruborizo avergonzada al recordar lo que pensaba hacer la noche anterior y al sentir la mano en su mejilla. Ya más calmada se atrevió a alzar la cabeza para ver mejor a la persona frente a ella, se ruborizo aún más al ver las hermosas facciones de la contraria, no sabía que un ángel de la muerte podía ser tan protector.

-Mi nombre es Wednesday Addams, un placer Enid. -Dijo presentándose y haciendo una leve reverencia ante la rubia.

-¿Cómo sabes mi nombre? -Contesto Enid sorprendida por la acción. -Y ¿Por qué me detuviste si tu deber era llevarme? -Dijo aún más ansiosa.

-Vaya, al parecer te gusta hacer bastantes preguntas, desafortunadamente, a mi no me gusta contestarlas.

-Lo siento, es que estoy bastante confundida y-y yo.... -La rubia no podía articular bien las palabras.

-Ven, vamos a sentarnos en tu asquerosa cama de color rosa llena de peluches e intentare explicarte. -Dijo Wednesday con una mueca en su cara.

Enid se sintió bastante ofendida por el comentario, pero aun así la siguió para sentarse junto a ella.

-Explicar todo esto será más difícil de lo que pensé. -Dijo Wednesday con un toque de irritación en su voz, la paciencia no era lo suyo y Enid se empezó a dar cuenta de ello, viéndola con una leve sonrisa. -Como bien dije mi deber era llevarte, sin embargo, los planes cambiaron un poco, se podría decir que al ser un ángel de la muerte tengo el conocimiento de todas las personas que llegan a este mundo, y tu no eres la excepción, es por eso que conozco tu nombre y de que manada vienes, podría decirse que conozco toda tu vida. -Un leve nerviosismo se notaba en su voz. -Sin embargo, estoy aquí porque no me pareció justo que llegaras a la conclusión de que no eres importante en este mundo, te obligaron a carecer de libertad y eso no fue tu culpa, simplemente sobrevivías en lugar de vivir. -Se podía notar el enojo en su voz.

-¿Los ángeles de la muerte tienen la posibilidad de otorgar vida también? -Pregunto Enid inocentemente y con un tono vacilante, sin todavía poder creer que ese ser le estuviera diciendo todo eso. En su manada le habían enseñado que, cuando llegara el momento un ángel de la muerte los visitaría, los habían descrito como seres temibles, sin sentimientos y a los que solo les importaba hacer su trabajo sin importar que, sin embargo, el ángel que estaba frente a ella era todo lo contrario, bueno casi, porque Enid si la encontraba un poco temible, pero contrario a lo que le habían dicho, ella estaba ahí para ayudarla y no para llevársela. Al darse cuenta de esto un extraño sentimiento la invadió, no sabía cómo explicarlo, pero la hacía sentirse renovada y muy feliz.

-No, no la tenemos. -Wednesday dijo en un tono sombrío que causo escalofríos en Enid. -Y tampoco deberíamos, pero estoy haciendo una excepción solo por ti, me ocupare de los problemas después. -Finalizo restándole importancia a la situación.

-Ahora lo que importa es que te prepares, las clases empezaran pronto, y no seria bueno que llegaras tarde, por mi parte iré a darles una visita a los chicos de ayer. -Un tono fúnebre salió de su boca.

-¡Espera, espera! ¿Qué piensas hacerles? -El miedo se podía oír en la voz de la loba.

-Para cualquiera que se atreva a hacerte daño su destino no será otro más que la muerte. -Dijo Wednesday con simpleza, como si fuera cosa de todos los días.

-¡No puedo permitir que hagas eso!, ¡¿y si te llevan a la cárcel por asesinato?! -Soltó Enid en un intento desesperado de hacer que cambiara de opinión.

-Enid, soy un ángel de la muerte, es imposible que hagan eso. -Wednesday la miraba como si acabara de soltar la mayor estupidez que había escuchado en su vida.

-Bueno si tiene sentido, pero, aun así, lo estas llevando muy al extremo. -Alcanzo a decir la rubia con vergüenza inundando su voz y sus mejillas.

-Está bien -Dijo a regañadientes y con cansancio en su voz. -Simplemente les daré una pequeña lección como advertencia de que no deben meterse contigo, ¿sabes Enid?, si cualquier otra persona me lo hubiera pedido, probablemente habría terminado con un cuchillo en su abdomen, sin embargo, parece que hay partes de mí que solo existen cuando estoy contigo. -Finalizo con algo que parecía una sonrisa en su rostro.

A Enid la embriagaba un manto de felicidad, tenía la cara sonrojada y con ello una hermosa sonrisa se asomaba en su rostro, Wednesday pensó que no estaría mal tener que soportar la tortura de estar más tiempo en el mundo de los vivos si podía ver esa sonrisa todos los días. Y con ese último pensamiento en mente las dos se pusieron en marcha respectivamente.

...

Por un lado, en los pasillos de la academia se podía ver a una sonriente Enid, que parecía haber ganado la lotería, caminaba dando saltos y brillaba tanto que ni siquiera el sol le era competencia, a partir de ahora nada ni nadie iba a quitarle ese brillo que tan solo le pertenecía a ella, ya que estaba empezando a creer que había encontrado ese algo que le daba sentido a su realidad y al parecer ese algo tenía nombre y apellido, no podía esperar a contarle a Yoko todo lo sucedido y por supuesto, publicarlo en su blog personal.

...

Por otro lado, en el baño del dormitorio de los hombres, se encontraban Ajax, Tyler y su grupo de amigos en las duchas convertidos en piedra, y como si eso no fuera suficiente toda su ropa había desaparecido, el rumor se expandió rápidamente por toda la academia y las risas hacia Ajax no faltaron, ya que todos pensaban que al cabeza hueca se le había olvidado que era una gorgona, las noticias no tardaron en llegar a los oídos de Enid, que simplemente se rio al saber la verdadera razón de aquello, empezaba a descubrir que a Wednesday le encantaba romper las reglas, y a decir verdad, le gustaba esa parte de ella.