I'm Yer Dad

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Lunes 17 de Abril

- Debes ser más serio con esto Jungsu, esto definirá tu futuro en esa empresa. -

Dijo con tono burlón, mirando la interminable lista que reposaba en su mano.

- No es importante para mi futuro, simplemente no quiere hacerlo usted. -

Rodó los ojos con molestia, adentrándose a la oscura y húmeda habitación.

- Suena a que acabas de encontrarte con el viejito. -

El rubio pudo sentir unas manos ajenas tomándolo por la cintura, mientras los labios de Junhan susurraban sobre su nuca.

- ¿Tuviste un mal día?

Dejó caer su cabeza en el hombro contrario, dejando su cuello al descubierto.

- ¿Tú que crees? -

Junhan sonrió sobre su cuello, sin darle demasiada importancia a la puerta aún abierta que se encontraba detrás de ellos.

- ¿Viste la caja hoy? -

Sus cejas se unieron en el centro de su frente, y sus labios formaron un puchero ante la pregunta del peli naranja.

- ¿Cómo no verla? -

Dijo alejándose del menor, revolviendo su cabello con algo de frustración.

- Dijiste que la pondrías en otro lugar, pero continúas dejándola donde mismo, es solo cuestión de tiempo para que Jooyeon la abra por su cuenta. -

Jungsu suspiró con pesadez, dejando la lista en la misma mesa repleta de polvo de siempre.

- ¿No te da curiosidad saber que haría si la abre? -

El tono de Junhan era curioso, era el mismo que había utilizado la primera vez que se habían encontrado en ese mismo lugar.

- No hagas que me arrepienta de aceptarlas. -

Comentó el rubio desviando la mirada, sabiendo que Junhan estaba imaginando algo que él jamás podría.

- ¿Qué debería hacer? Si todo el día estás detrás del director... -

Las manos del contrario lo obligaron a girarse, haciendo que sus ojos se encontraran por primera vez desde que había entrado, no podía ver más de lo que la luz del pasillo le permitía, pero era suficiente para hacerlo sentir agitado.

- ¿Cómo podría dártelo yo mismo? -

Terminó el más delgado, cerrando la puerta a sus espaldas y tomando una de las manos de Jungsu con delicadeza solo para llevarla hasta la cintura ajena.

- Podrías solo dejar que yo los compre. -

Su voz salía entre cortada, sintiendo la humedad de la habitación surgiendo efecto en su agitado cuerpo. Su mano libre tomó la camisa del contrario, desabotonándola con torpeza, mientras las manos de Junhan se encargaban de tomar su cuello con fuerza.

- Eres muy poco divertido. -

Y probablemente tenía razón, porque estaba tan acostumbrado a su rutinaria vida que el delgado chico frente a él parecía un completo desquiciado, creando simples juegos que lograban confundirlo, y arrastrándolo a situaciones en las que jamás se habría imaginado.

- Puede ser... -

Las manos del menor bajaron hasta el primer botón de su camisa, mientras sus labios se acercaban a su cuello, haciendo que Jungsu se sintiera frustrado.

- ¿Acaso no te gusta recibir regalos de mi parte? -

El contrario lo empujó levemente, recorriendo un corto pero tortuoso camino hasta la única mesa decente de la habitación.

- Deja de jugar, Junhan. -

El nombrado sonrió sobre su piel. sintiendo las manos del rubio buscar su rostro con desesperación.

- Me gusta jugar. -

Las manos de Jungsu tomaron el rostro del contrario, obligándolo a subir hasta que pudo ver el brillo de sus ojos.

- A mi no. -

Y sin poder evitarlo más unió sus labios con brusquedad, dejando que las manos contrarias buscaran por su cuerpo entre la oscuridad de la habitación.

No solían encender la luz, y aunque Jungsu adoraba ver las facciones ajenas bajo la parpadeante luz blanca, sabía que para Junhan era más cómodo cuando se comunicaban de otras maneras, y él no podía negarle nada, porque al final del día le encantaba cuando el contrario tomaba el control de su vida.

- Jungsu... -

La voz ajena era entrecortada, siendo interrumpida por los labios del rubio con frecuencia. El mayor no pudo decir demasiado, se limitó a dejar salir un quejido que le indicaba al contrario que estaba escuchando.

- Te gustan... -

Los labios de Junhan se curvaron contra los suyos, y su pantalón se sintió flojo de un segundo a otro.

- Mis regalos, ¿Cierto? -

Las manos de Jungsu bajaron con rapidez, sosteniendo el delgado cuerpo de Junhan cerca del propio con fuerza.

- Claro que me gustan. -

Junhan se alejó levemente, el mayor no pudo verlo, pero pudo sentir sus labios sobre los propios, no lo suficiente como para besarlo, pero si como para notar su sonrisa.

- Mi parte favorita es cuando los usamos... -

Tomó los labios del peli naranja, usando sus dientes para apresar su labio inferior de vez en cuando.

El contrario se separó con la respiración agitada, su mano se encontraba perdida en algún lugar del cuerpo de Jungsu, por lo que alejó ambas manos del cuerpo del rubio y sin esperar demasiado se giró en su lugar, abriendo su pantalón con rapidez y apoyando ambas manos sobre la mesa frente a él.

Su vida no solía ser la más interesante, mucho menos la más divertida, pero había algo en el chico frente a él que lo hacía sentir como si estuviese en peligro, algo que lo hacía pensar en abandonar todo lo que conocía para seguirlo a un nuevo mundo, uno que habían creado juntos.

- Jungsu, hagámoslo. -


Call me daddy

Eleutheria |  JungsuxJunhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora