Categoría: ternura
Nunca me han gustado mis cumpleaños, soy hija única y mis padres trabajaban todo el tiempo así que nunca he podido pasar al menos uno solo con ellos dosCuando era pequeña todos los días después de la escuela quedaba en cuidado de mis abuelos, cosa que me encantaba, eran los únicos seres que me hacían olvidar todo lo demás
Cada año se esforzaban mucho para hacerme pasar un día realmente especial, mi abuelo me cantaba siempre la misma canción, la cual amaba y también jugaba conmigo mientras que mi abuela cocinaba mi comida favorita y me contaba historias graciosas de su pasado
Hace una semana me acabo de enterar que ambos fallecieron en un accidente de auto, estoy completamente destrozada, no he salido de la casa en ningún momento, tuve que mentir en la universidad para poder faltar porque de verdad no tengo ánimos de nada
Y sí, efectivamente hoy era mi cumpleaños, una razón nueva para odiar este día aún más
Escucho vibrar a mi teléfono y aún con un poco de sueño despierto y veo de que trata, era un mensaje de Erling, mi novio
-- Buenos días hermosa, feliz cumpleaños, yo sé que no es tu día favorito, pero tengo varias sorpresas preparadas para ti, te veré pronto nena, te amo con todo mi corazón 🫀❤️
Ahora mismo él está de viaje con su club, volverá dentro de dos días más, cosa que sé que le duele, desde que le conocí siempre ha estado ahí para apoyarme y está vez la distancia nos ha jugado una mala pasada justo en probablemente la época más horrible de mi vida
El día me pasa con lentitud, me encontraba haciendo algunos trabajos en la computadora cuando de pronto escucho que tocan el timbre, confundida voy a ver de qué trata y en cuanto abrí la puerta no podía creerlo, ahí estaba él con un ramo de lindas flores de colores tapando su rostro
— Sorpresa! — dice al instante, pasa a dejar las flores sobre la mesa, voltea hacia mi y extiende sus brazos, como niña pequeña corro feliz y salto, dejando que mis manos rodeen su cuello y mis piernas su cintura
Sin dejarle decir otra palabra le lleno el rostro de pequeños besitos haciendo que sonría y cierre sus ojos tiernamente dejándose recibir todos estos
— No sabes cuánto quería que ésto sucediera, gracias gracias gracias — digo escondiendo mi cabeza en su cuello
— Sabes que no iba a dejarte aquí sola, es un día especial y te haré sentir especial, ahora ven conmigo que ésto apenas comienza — aún sobre sus brazos me lleva cargando al cuarto, lentamente me deja sobre la cama y comienza a buscar en el armario una chaqueta para salir
— Puedo preguntar a dónde iremos?
— Si te digo se arruinaría la sorpresa así que lo siento señorita — dice mientras me pasa mi chamarra favorita, él me la regaló en navidad, era amarilla con un pequeño bordado de abejitas
Salimos del departamento tomados de la mano, subimos al auto y pusimos marcha. Después de unos minutos cantando y bailando algunas canciones de nuestra playlist de pareja, sentí como se estacionó al fin
— Atención pasajeros hemos llegado, por favor bajar ordenadamente, la señorita de amarillo puede esperar un poco a qué yo me la coma a besos primero y luego ya pueda ayudarle a bajar y a quitar la cosa que le puse para que no abriera los ojos — imita la voz de un piloto haciéndome reír, de pronto escucho como baja, abre mi puerta y luego me toma del rostro para depositar un largo beso en mis labios
— Señor piloto espero que ésto de tapar mis ojos con una venda no sea por cuestiones sexuales porque a mí me encanta verle cuando lo hacemos
— No te preocupes mi vida, aún no llegamos a esa parte, aunque también prepárate porque ha pasado mucho tiempo y estoy bastante ansioso de tenerte sobre mi — me susurra al oído y deposita otro beso en mis labios
Después con cuidado me ayuda a bajar del auto y a dirigirme al lugar misterioso, cerca de mi oído cuenta hasta tres y él mismo se encarga de quitar la bufanda de mi cara
Al abrir los ojos de nuevo pude ver la cosa más linda del planeta, organizó un pequeño picnic sólo para los dos, había mantas, almohadas, mis snacks y comida favorita y un par de cajas de regalo misteriosas, además todo el lugar estaba siendo iluminado por pequeñas lucecitas amarillas
— Erl ésto es hermoso, ni siquiera sé que decirte, me encanta demasiado, muchísimas gracias — me acerco hacia donde él ya estaba sentado y me subo a su regazo, rodeo su cuello con mis brazos y le beso, después simplemente me quedo pegada a su cuerpo y le abrazo
— Las personas especiales requieren recompensas especiales, tú más que nadie mereces pasar un día bonito después de tanto que haz sufrido
Después comenzamos a comer, hablamos mucho sobre estos últimos días y por último limpiamos un poco para acostarnos y admirar las estrellas en silencio, una de nuestras actividades favoritas juntos
— Antes de que lo olvide, te tengo dos regalos que te van a encantar, toma — se levanta y me acerca las dos cajitas de regalo que habían ahí
— De verdad que no era necesario cariño, haz hecho suficiente ya, esté cumpleaños ha sido muy lindo gracias a ti — le digo pero aún así con su mirada me empuja para abrir ambos obsequios
Abro ambas cajas al mismo tiempo en petición suya y mis ojos soltaron a llorar en cuanto ví que era, sacó ambos peluches e inmediatamente los abrazo con fuerza
— Como pudiste darte cuenta ambos peluches fueron confeccionados con una prenda de ropa de tus abuelos, quería que pudieras sentirlos cerca y abrazarlos cuando los extrañes mucho — al decirme ésto me envuelve en un tierno abrazo
— Eres un ángel, gracias por cuidarme tanto — habló como puedo, aún no podía creer el regalo tan más lindo de su parte
— Sólo que hay una cosita extra, aprieta sus manitas — me dice y lo hago, al instante del peluche de mi abuelo comienza a sonar con su voz un audio de la canción que me cantaba cada cumpleaños y del de mi abuela una de sus historias graciosas, cosa que me paraliza por completo
Lo que tuvo que hacer para conseguir esos audios, esté hombre me iba a matar de amor algún día
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One Shots - Erling Haaland
Fiksi PenggemarPequeñas historias cortas de todo tipo con el bello astro noruego 🤍