All of Us Are Dead | [OC x Lee Su-Hyeok]

Capítulo 4

La única vez que Yeong habló con ese hombre fue en una noche. Tenía sed, así que fue por agua, rompiendo la promesa que le había hecho a su hermana mayor. Quitó el seguro de su puerta, y tratando de no hacer ruido para que ella no se despertara, caminó hacia la cocina.

Lo encontró allí, iluminado por la luz de la refrigeradora. Se asustó, quiso dar marcha atrás, pero ese hombre se percató de él. Y esa sonrisa apareció en sus labios. Lo llamó por su nombre, hizo una seña para que acercara, tarareando una canción.

No lo hizo, solo se quedó inmóvil, Yeong deseaba que ese hombre fuera solo una terrible pesadilla, pero no. No lo era. Lo escuchó hablar. Comenzó por la madre de su hermana, insultó a esa mujer todo lo que puedo, tenía rencor, pues lo había abandonado, y lo peor de todo, le había dejado a una niña idéntica a ella. 

Siguió con _______. Palabras denigrantes y humillantes fueron dichas, con un tono seguro, como si todo lo que dijera, solo era una verdad que nadie quería aceptar. Solo era basura, sin nada de especial, ella era basura que vivía a costa de su dinero. ¿Por qué seguía gastando en una persona tan inútil? Nunca hacía nada, y si lo hacía, era un desastre por completo. Era la peor escoria que había conocido, y que llevaba su sangre.

Lo miró a él, y nombró a otra mujer, su madre, la segunda esposa de ese señor, aunque nunca se casaron. Lo escuchó quejarse, ni siquiera lo había intentado. Solo apareció un día y lo dejó teniendo solo un año. Era una maldita como la madre de _______.

Finalmente, habló de él. El pequeño niño cobarde que también era su hijo. Escuchó cada una de sus palabras, Yeong tenía bastante miedo para siquiera moverse, su cuerpo temblaba cada vez que ese hombre lo miraba, cada vez que lo hacía sentir como escoria inservible.

Esa noche, luego de vomitar, lo entendió. No debía desobedecer a su hermana, no debía.

Le preguntó que hacer, pues un hombre estaba creando problemas en la puerta principal de su escuela. Escuchó sus consejos, pero cuando cortó la llamada, aquel hombre se había ido. Su alivio no duro mucho, su sonrisa se borró, y los gritos desgarradores comenzaron a aparecer. Haciéndolo experimentar lo que sintió esa noche, que no podrá olvidar.

Personas con heridas y mal aspecto entraron a su escuela de una forma violenta. La desesperación de los demás niños y las pocas profesoras se hicieron notar. No hubo orden, todos corrían de un lado a otro sin saber qué hacer, más personas entraban y atacaban sin piedad a cualquiera que les cruzara por su camino.

Yeong solo fue en busca de su celular, debía llamar a su hermana, debía pedir ayuda. Se encerró en la pequeña sala donde todos los niños de su clase guardaban las mochilas y sus zapatos. Cerrando la puerta con llave, y comenzando llorar cuando los gritos se volvían más fuertes.

Cubrió sus oídos, en un intento desesperado para que todo eso cesara, pero por más que quería apagar esas súplicas por ayuda, no puedo, escuchó todo. Y solo lloró, lloró mientras se abrazaba a sí mismo, la sangre, los golpes, todo había quedado en su cabeza. 

Sus uñas se incrustaron en sus brazos, no lo soportaba, quería que no poder escuchar, quería que esos sonidos desagradables acabaran, que lo dejaran en paz. Luego de unos minutos, el sonido ceso, ahora solo se escuchaban chasquidos.

Lo primero que hizo fue llamarla, una y otra vez, sin importarle cuantas veces el buzón de voz fuera quien lo recibiera. Escuchar su voz, la voz de _______ pre grabada, pidiendo dejar un mensaje, había logrado calmarlo.

Subió a un mueble, mirando por una ventana alta como estaba el exterior. Y solo le horrorizó más. Nunca había visto tanta sangre, nunca vio como los ojos de una persona dejan de brillar cuando la vida se les va.