Capítulo 7

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Ese día había decido faltar a clases, no había nadie en casa, como siempre. Pero algo era distinto. Yeong estaba enfermo, uno de sus compañeros lo había contagiado en la escuela, y ahora, su hermano pasaba por los síntomas de lo que quiere creer que es una gripe.

Se pondría al día con el instituto luego, ahora lo único que ocupaba su mente era que ese rostro de dolor desaparezca. Desde que la madre de Yeong lo abandonó allí, el menor no había enfermado hasta ahora, así que ______ estaba ansiosa, nunca había tenido que pasar por eso situación.

Se mantiene a su lado todo el día, excepto algunas horas, donde debe hacer una sopa como almuerzo para él. Realmente, no sabía lo que hacía, tampoco conocía a algún doctor, o alguien que podría ayudarle, así que se las arreglo con experiencias de internet.

Fue eso, el estrés al ver que Yeon no mejoraba, ese sentimiento cansando por permanecer toda la noche despierta monitoreándolo que la obligó a dormir. Grave error, pues cuando se levantó por quejidos de su hermano menor, traga duramente.

Yeong estaba ardiendo en fiebre, no había mejorado. Escucha sus susurros diciendo que le duele mucho, y el nerviosismo llega a ella, no sabía qué hacer, a quién llamar. La desesperación es tal que comienza a golpear su cabeza con desespero, ella no se movía, y los golpes que se daba a sí misma era una alerta, debía moverse.

Cubrió a su hermano con una gran manta, y ella se colocó lo primero que encontró, no le importó que estuviera en pantuflas. Salió del departamento, sin cerrar la puerta, llevaría a Yeong al hospital, alguien allí debía ser más capacitada que ella, alguien allí podría ayudarlo.

Sus acciones son torpes, pero su voz trata de decirle a los quejidos de su hermano que todo estará bien, el dolor desaparecerá. Cuando llega al hospital pidiendo ayuda, enfermeras se acercan arrebatándole a Yeong.

Y cuando cree que volverá a sus brazos luego de un chequeo y medicamento, solo lo colocan en una camilla y entran a urgencias, dejándola fuera, en aquella sala vacía. Hunde sus uñas en sus brazos, nadie salía para decirle nada, ¿qué se supone que debe hacer? Solo se había llevado a Yeong y ella estaba allí.

Cree que es su culpa, si tan solo no se hubiera quedado dormida, tal vez, y solo tal vez, pudiera haber evitado todo eso. Prende su celular, era de madrugada, si lo llamaba, ¿él contestaría? No lo sabe, solo quiere hablar con alguien, desahogarse.

Pasando su dedo por aquella pantalla rota, marca su número, mordiendo sus uñas cada vez que suena el timbre. Son solo unos segundos más, y logra escuchar su voz a través el celular. Ella no puede hablar, lo escucha a él, preguntando por qué había faltado un par de días, preguntando si se encontraba bien. 

Ella le dice la verdad, no está bien, necesita ayuda. Y cuando le dice donde se encuentra en ese momento, la llamada termina. ¿Por qué había cortado? ¿Acaso sus problemas lo estaban sofocando? Se resigna a volver a llamar, apaga su celular y mira el suelo. Es la única allí.

Sus pies se mueven impacientes por largos minutos. Nadie le decía que estaba ocurriendo y sentía que iba a morir a ese paso. Son pasos rápidos los que llaman su atención, y cuando voltea a ver quien había entrado a esa sala de espera, sus ojos se expanden mientras tiemblan.

Su-Hyeok estaba allí, con una respiración agitada y una bolsa entre sus manos. ______ se levanta de su asiento, lo ve acercarse con rapidez, abrazándola, escucha su voz diciendo que se mantuviera tranquila, Yeong estaba en buenas manos, y que todo pasaría, debían de ser pacientes.

Son esas palabras que generan que sus ojos liberaran las lágrimas que mantuvo prisioneras todo el trayecto de ida. Llora mientras se aferra a la espalda del azabache, y este solo la consuela con palabras dulce, reiterando que nada de lo ocurrido era su culpa.

All of Us Are Dead | [OC x Lee Su-Hyeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora