Sentidos

Capítulo 8

—¿Que tanto te arreglas alfa tonta?—Me pregunto Tsutey, el alfa mas gruñon de toda la tribu, y mi mejor amigo.

—Necesito verme bien—Chille mientras buscaba alguna prenda que me hiciera ver mas bonita—¿Sera que le debo llevar algo?—El otro chico nego con su cabeza, seguramente burlandose de mi actitudes.

Creo que a esto era lo que se llamaba tener una cita.

—Pues si esta igual de embobado que tu, seguro le gustaras hasta con las hojas de los arboles—dijo siendo algo obvio, sentándose cerca de mi entregandome una flor—Se le nota desde lejos que tambien le gustas.

Podia usar esto de regalo, guardandolo en mi pequeño bolso de viajes, el cual estaba amarrado a mi cintura.

—Aun asi debo estar presentable, veré su cuerpo humano Tsutey —Grite caminando por todo el espacio, registrando cada canasta que habia, buscando lo mas hermoso que pudiera encontrar—¿Sera igual de guapo que su versión Navi?—pregunte al aire.

Sinceramente si es mas pequeño de lo que ya es, me causaria una ternnura que seria digna de retratar.

—No se, seguro es alguien feo, como los monos—Ese comentario hizo que le tirara una jarra, haciendome poner una cara de enojada—Ey solo estoy dando mi opinión, Navi tonta.

—Pues no me interesa—dije algo molesta—Si tanto vas a comentar acerca mi omega de esa forma estupida, mejor vete de aqui—No sabia porque me habia alterado tanto, pero eso hizo que a Tsutey le sacar una sonrisa.

—Te ayudare en lo que sea, porque eres tu—Dijo riendose mientras de acercaba—te hare guardia para que salgas con tu amorcito—Empezo a burlarse de mi.

—¡Ya basta!—Grite sonrojada—Pero gracias Tsutey—Golpee su brazo, haciendo que este se sobara en el lugar del impacto—Te debo una.

—Me debes millones, ahora vete antes de que me atrepienta, niña estupida—Le sonreí de vuelta ante tal comentario, sin duda apesar de ser tan testarudo e idiota, era una gran persona.

Subi rápidamente a la coba del hometree, encontrandome con el lugar donde estaban los ikrans, encontrando a muchos de ellos pero no a seze.

Empece a llamarla, aparenciendo frente a mi, la mas majestuosa de todos ellos, una azulada bestia voladora.

Mi hermosa seze.

—¿Como estas hermosa?—La sobe con cuidado, dandole cariños por todo su ser, entregandole un aperitivo por su paciencia—Iremos a ver a un hermoso omega en las montañas—Empece a acomodar su montura—Quizas nos quedemos hasta muy tarde preciosa.

Ante lo dicho me monte en ella para asi emprender vuelo al lugar donde me esperaba mi hermoso chico.

Mi niño.