Queensland, Australia.
Presente Día.Tyler y Dante bajaron del jet en cuanto las puertas fueron abiertas, era la una de la tarde y había mucho sol. El chofer los sacó del aeropuerto en una camioneta negra que los estaba esperando. Cuando Dante estuvo en el cómodo interior, echó su cabeza hacia atrás para descansarla.
Estaba estresado, pero no tenía ciencia del porqué lo estaba. El vehículo se incorporó en una de las carreteras para salir de la ciudad y miró a Tyler de reojo. Lo admiraba tanto, siempre lucía fresco, aunque tuviera miles de problemas en su cabeza. Era una persona centrada y realmente, era un modelo que lo que él quería ser.
Unos kilómetros después de ingresar a la avenida, se desviaron por una angosta brecha que se escondía entre la maleza. Miles de metros adelante había tres desviaciones, hacia la derecha, hacia la izquierda y recto. El chofer giró a la izquierda y condujo veinte kilómetros más.
Una de las cosas más importantes, para Dante, era que sus bases estuvieran lo más alejadas posibles de la concentración de personas. Debía ser cuidadoso en cuanto a sus movimientos, porque, aunque tenía el gobierno a su mando, había muchas personas ajenas a este que querían acabar con él.
Después de varias horas de que bajaron del avión, ingresaron por unas amplias y altas puertas de metal.
Delante de él había una casa, una mucho más pequeña que la de Barcelona. Estacionaron el vehículo frente a la puerta y ambos chicos bajaron de ahí.
Estaban agotados, no habían dormido bien en dos días. Desde que habían bajado a preparar la mezcla del Polvo de Hadas y no lo harían hasta que regresaran a España probablemente.
Ingresaron en la casa y al verlos los hombres que estaban deambulando por los pasillos se detuvieron ante su paso. Uno de ellos se acercó, saludó de mano a ambos chicos y dio la orden de que los presentes se retiraran.
—Señores, es bueno tenerlos de visita —Dijo el hombre animoso. Dante solo le dio una media sonrisa y asintió.
—Sería mejor si la razones por las que estoy aquí fueran otras —El chico asintió y miró a Tyler. Este solamente lo miraba sin expresión.
Brown siempre había sido el más centrado, el más serio y con quién era menos posible bromear. Pero sin duda, era mucho más compasivo y razonable que Anson.
—Ve a decirle a Morgan que estamos aquí —Él asintió y se retiró para hacer lo que le habían ordenado.
Tyler caminó hasta sentarse en uno de los sillones y Dante lo siguió por detrás. Se sentó mientras desabotonaba el botón de su saco.
El chico que recientemente se había retirado subió las escaleras y caminó hasta una de las habitaciones. Tocó la puerta y después de insistir unos instantes, un chico joven la abrió.
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PROFANO ©
RomanceDos hombres. Dos corazones totalmente diferentes. Dos formas de pensar únicas. Y un mismo destino, uno oscuro y profano. Uno de ellos ganó un alto puesto en la cadena de liderazgo. Mientras el otro, ganó un peón al que manipular, pero... ¿Y si este...