Adonis
Era misteriosa, sabía que ocultaba algo, o mejor dicho, mucho, y que no se dejaba ver fácilmente. Me iba a costar crear cualquier tipo de relación con ella, pero no me importaba correr el riesgo de perder por ayudarla.Su mirada, por mucho que intentase disimularlo, gritaba: ¡necesito ayuda, por favor, que alguien me diga cómo salir de esta porque yo no tengo ni idea! Y ¿por qué lo sabía? Porque viví esa melancolía, esa frustración, ese miedo a perderte, a no saber por dónde tirar. Es más, creo que en ese entonces seguía ahí, en medio de la nada. Por eso estaba en ese pueblo perdido de andalucía y por eso me jodía tanto verla así de mal, de decaída y triste.
Sabia que necesitaba un empujón, y en ese momento creí que era el indicado para eso, que sería su salvavidas, que la ayudaría como si fuese jesucristo. Por eso la esperé en el acantilado en el que nos encontramos el primer día, donde compartimos un par de sonrisas que no parecían fingidas. La sentí ser ella misma, aunque fuese por unos segundos, mientras me regalaba su sonrisa.
Me gustaba su compañía. No necesitaba hablar para rellenar silencios incómodos. Ni tenía que inventar conversaciones absurdas con las que perder el tiempo. Solo me dejaba llevar.
Esa y muchas razones más me dieron fuerza para seguir allí un par de horas después de que anocheciese, porque tenia la esperanza de que vendría, a pesar de que nunca la encontré de noche. Sin embargo, me equivoqué. Se me rompió un poco el corazón de la ilusión. Quise arreglarlo pasando por su calle, por si la veía, aunque eso significase tomar el camino más largo para ir a casa de mi abuela. Mi orgullo no me permitió hacerlo cuando llegué al desvío de las dos calles, por lo que terminé yendo por el recorrido de siempre.
El día siguiente fue igual. Layla no apareció, ni en el acantilado, ni en la playa, ni en el pueblo, ni en su calle, por la cual terminé pasando bastante decepcionado.
¿Por qué huía de mí? ¿Tan mal tío le parecía desde primera vista que no quería conocerme ni un poquito? ¿Tendría razón Yaiza con todo lo que me dijo?
Fue una larga semana de espera, con la ilusión cada vez más ausente. Poco a poco, según pasaban los días, se me quitaron las ganas de saber de ella. No era del todo cierto porque seguía preguntándome si estaría bien, pero dejé de buscarla. Entre mi orgullo y el miedo por descubrir si le caía mal o le parecía mal tío, acabé con las ganas de conocerla. Seguro que eso era lo mejor para todos, yo incluido.
Mis amigos me estaban esperando en Madrid para ensayar, y Yaiza parecía desesperada por rencontrarse conmigo, a pesar de que dejamos claro que solo seríamos amigos, así que no tardaría mucho en volver. Porque estaba dejando de lado mi vida por estar allí, esperando algo que no iba a llegar: una señal, una palabra, una aparición sorpresa.
El último día que aún la esperaba, se me rompió el corazón en unos cuantos pedazos. Y los hice añicos con mis propias manos haciéndome recordar lo niñato, inmaduro, irresponsable e insensible que era, tal y como mi ex me decía.
En un principio esperé porque me esperaba otra cosa. Quizás porque idealicé todo demasiado y no hay nada peor que crear sueños y esperar que se hagan realidad. Quizás porque los actos de Layla no dependían de mí y en ese entonces no lo entendí. Quizás porque sentía que estaba fallando la promesa que había hecho.Una semana y tres días después, mi abuela me encargó que fuese a comprar un par de cosas al supermercado. Hacia un calor horroroso, eran las cinco de la tarde en pleno agosto, ni si quiera recuerdo por qué acepté. Pero no me arrepentí cuando me crucé con los ojos de Layla como por arte de magia, saltando chispas dentro de mí.
Una sonrisa débil se dibujó en mi rostro. Mi orgullo se enfadó inmediatamente cuando me vio hacer eso, pero le callé de un golpe antes de que hiciese nada extraño. Ella pareció sorprendida, con las cejas elevadas, formando un arco perfecto y los labios completamente inexpresivos.
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100.000 pulsaciones
Romance¿Qué se hace cuando deseas algo con fuerzas, pero el miedo te asfixia? Es la pregunta que Layla, una chica normal y corriente, empieza a replantearse cuando en su camino se cruza un chico bastante interesante, prepotente, puede que un poco chulo, au...