Las fotos de Mauro y duki tomados de la mano, besandose o simplemente mirándose eran abrumadoras, pero lo que era aún peor era que las amenazas no paraban, cada vez llegaban más cartas diciéndome lo lindo que era Lit durmiendo y fácil que sería matarlo en ese momento.— S: tengo una idea —dijo y lo mire con los ojos llorosos— pero no te va a gustar
— E: no tengo muchas opciones Joaquín —dije agotado— ¿que se te ocurrió?
— S: obligarlo a venir con nosotros —dijo— la palabra sería secuestro pero suena horrible y nosotros queremos hacer algo bueno
— E: no voy a secuestrar a mi novio —dije molesto— no, bajo ninguna circunstancia
La remodelación de la mansión ya casi estaba terminada, Joaquín se encargaba de ella ya que yo no tenía cabeza para eso en este momento.
— Rusher: lo tengo vigilado de cerca, no creo que le haga nada —dijo— lo trata bien
— E: dejenme solo porfavor —dije— gracias
Salieron de mi habitación y me tire a la cama, la almohada de Mauro estaba intacta, con el olor de su shampoo de frutos rojos y su perfume.
[...]
Lit killah.
Extrañaba muchísimo a Matías, me costaba horrores dormir sin él, aunque durmiera con Mauro no era lo mismo, con Ignacio me sentía protegido y cuidado todo el tiempo.
— D: ¿como esta mi bombón? —preguntó— ¿y esa carita?
— L: nada —susurre—
— D: hoy vas a conocer a mi hermano —dije— va a estar toda mi familia
Siguió hablando de su estúpida cena familiar, yo solo podía pensar en Ignacio, no quería conocer a nadie, solo volver a donde era feliz.