Me miraba en el espejo acomodandome la ropa, Matías se acercó y me abrazó por atrás, sonreí mordiendome el labio y lo mire por él espejo.— E: me encanta como te queda este vestido —susurró— sos una obra de arte
— L: te amo —dije, me dio vuelta despacio y me dio un piquito—
Me iba a llevar a comer afuera, luego de estarle rogando por días, no me asustaban las amenazas de muerte y ya me aburría acá adentro.
Tenía la pistola que me mando a comprar en la cintura, era blanca con brillos fucsias y siempre tube buena puntería. Mi vestido era todo brilloso y plateado, con medias de red negras y unas botas altas del mismo color.
De golpe la luz se cortó y comenzaron a escucharse disparos y puteadas.— E: escondete —vió que iban a negarme a lo que me callo— ahora Mauro
No me quedo más remedio que hacerlo, termine en un ropero, Matías agarro su arma y salió de la habitación.
[...]
Ecko.
Baje lentamente la escalera y vi a c.r.o de espaldas, dispare y me escondí atrás de la pared.
— D: ¡ahi está! —grito— ¡vayan ahora!
Rápidamente se armó un tiroteo en mi cocina, quedé atrás de una mesada con Joaquín y Julieta. Ella había matado a otro que había tratado de atarla al poste de una lámpara. Los hombres de duki fueron disminuyendo, hasta que por lo que vi quedaron Tiago, khea y el mismo duki.
— E: ¡que poca puntería! —grité riéndome—
— Tiago: ¡vamos a ver si te reís tanto cuando tu propio perrito traiga a tu novio! —gritó—
— S: esta hablando de Thomas —susurró—
No iba a permitirlo.