Sentí todo mi mundo caerse, Tiago apuñaló a Mauro y él se la devolvió, ahora Mauro estaba en peligro en un hospital rodeado de gente peligrosa, lastimado y seguramente asustado, agarré mi pistola y decidí que iría a buscarlo, cueste lo que cueste. Estaba por salir por la puerta cuando Joaquín entró con Mauro a upa por la puerta del garje.— E: ¿qué mierda pasó? —pregunté sacándole a mi novio de los brazos—
Estaba inconsciente y tenía el labio lastimado.
— Rusher: me tenias podrido y lo solucione —dijo— del Hospital salió solo con las manos ensangrentadas, evidentemente puede pelear apuñalado
— E: ¿que carajo hiciste pedazo de pelotudo? —pregunté enojado— ¡te voy a matar imbécil!
— S: calmate —dijo— ibas a ir vos solo a cagarte a tiros con quince monos
— Rusher: lo encerras en la habitación con el Código de Seguridad y listo —dijo y lo mire confundido—
— S: si hice algunos cambios en los planos —susurró— esta acomodada y decorada para que Mauro pueda estar muy cómodo y más que nada escondido, duki debe estar buscándolo
— Rusher: le dimos un sedante, no paraba de patear y pegar, casi los dispara —dijo— en cuanto se despierte va a querer pelear
— E: la re concha de la lora —susurró— vos tomatela, no te quiero volver a ver, agarra tus cosas y tomatela
Joaquín me guió hacía esa habitación y me sorprendí al verla, era preciosa, a Mauro le encantaria, las paredes Rosas, un vestidor lleno de ropa que el amaría y un baño privado con jacuzzi.
— S: créeme que ninguno de los dos lo hizo con mala intención —dijo— es insoportable, esta loco y es el ser más caprichoso del mundo pero se hace querer
— E: quiero que saques a Thomas y llames a las chicas —dije recostando a Mauro en la cama— me preocupa que se le abran los puntos.
— S: enseguida —dijo— la contraseña es tu cumpleaños
Apenas se fue me largue a llorar abrazando a Mauro, acosté la cabeza en su pecho y llore pidiéndole perdón.
— E: perdón amor —susurre— se fue todo a la mierda, no quería que terminaramos así, sos lo más importante de mi vida
Le di un beso en la frente y me quedé agarrandolo de la mano hasta que Julieta, Nicole, María y Mateo llegaron.