𝓒𝓱𝓪𝓹𝓽𝓮𝓻 𝓼𝓮𝓿𝓮𝓷

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De alguna manera había pasado toda la semana ignorando a Yibo, en el autobús, en clase, hasta había cambiado de compañero para química. Pero nunca dejó de doler.

Era viernes por la tarde, estaba recostado en el sofá de la sala, estaba solo. Verdaderamente solo.
Mamá y papá salieron con mi hermana para hacerle estudios, sospechaban de que tenga alguna enfermedad. Mi único acompañante era el ruido de la lluvia y una novela, Romeo y Julieta.

Me costaba leerla, me sentía un completo idiota comprándome con Romeo o Julieta, ambos habían hecho todo por amor. ¿Por qué me costaba tanto hacer lo mismo?

Iba a lanzar el libro por los aires, sin embargo, el timbre me detuvo, suspiré, y fui a abrir la puerta con pasos pesados y cansados.

La abrí. Estaba empapado, ¿cómo había llegado el hasta mi casa?

—Hola...

Había silencio y mi cabeza daba muchas vueltas, solo sabía que había dejado de doler. Saber que estaba ahí, jugándose por mí me hizo acordar a la novela ¿yo estaba dispuesto a dar todo por amor?

—¿Quieres pasar? —Era arriesgado.

—¿No están Tus padres? Yo solo vine a hablar Zhan...No quiero problemas—se veía tan cansado.

—Ellos no están...no estarán por un par de horas, yo también creo que deberíamos hablar...

Así ambos terminamos de entrar a la casa, el ambiente era pesado, estábamos ambos sentados en el sofá, no nos mirábamos, yo no podía despegar mi vista del libro.

—Quiero que...Que aclaremos las cosas—empezó a hablar él— Yo estoy dispuesto a... a arriesgarme, pero si tu no estás dispuesto, no creo poder hacer todo yo...

—Yibo—me costaba respirar, me costaba pensar, el dolor había vuelto ¿¡cómo iba a hacer para que dejara de doler!? Me giré para mirarlo, él también me miraba a mí, mis ojos picaban— No quiero seguir fingiendo —solté en un hilo de voz

No dijo nada y me besó... se sentía cálido, era algo que ambos habíamos anhelado.
Giré por completo mi cuerpo quedando frente a él, sobre él.

Tenía sus manos en mi cintura, que se movían al compás de nuestros movimientos, mientras que yo jugaba con su cabello mojado, nos separamos un momento, iba a volver a atacar, pero me detuvo.

—Alto ahí fiera—Rió, era una risa llena de vida, una risa que tanto esperaba poder volver a escuchar. Espero volver a escuchar—Quiero que vayamos a un lugar.

—Llueve a Cántaros ¿Quieres que salgamos afuera?

—Exacto, Además, Papá no me presta el coche todos los días

—¿Conduces?

—Desde el año pasado Zhan—Me guiño un ojo. Me baje de su Regazo, y agarre un abrigo.

—Vamos entonces—Me detuve y me acordé de mis padres —espérame un segundo, puedes ir saliendo si quieres —Caminé a la cocina, tenía que dejar una nota a mis papás "Mamá, Papá, salí a la casa de un compañero para hacer un proyecto de química, es muy largo, no sé cuánto tiempo nos puede tomar, los quiero"

Salí de casa y caminé, Casi corriendo, hasta el auto por el cual Yibo asomaba la cabeza.

Él manejaba, y solo el ruido de la lluvia nos acompañaba, y aunque el cielo estaba triste, yo estaba feliz.
Viajamos durante horas, vimos el atardecer, salimos de nuestra ciudad y entramos a otra, su nombre era desconocido para mí. Ya era de noche.

—Llegamos—Estacionamos frente a lo que parecía ser un bar.

—¿Me trajiste a un bar? ¿Tan lejos? Yibo, hay varios cerca de nuestras casas...

—Si, hay varios, pero ninguno en el que podamos ser libres.

Me tomó de la mano y prácticamente me arrastró corriendo adentro, y ahí entendí.
Había hombres bailando entre sí, y un par de chicas besándose apenas entramos.
Era un bar gay.

Reforcé el agarre entre nosotros con más seguridad. El corazón me latía más rápido, caminamos hasta una barra y nos sentamos en unas banquetas.

Tomamos bebidas, Alcohólicas, Pagadas por Yibo, él era mayor de edad, prácticamente legal.
Hablamos durante un rato, nos conocimos, y esa noche descubrí varias cosas sobre él:
No tiene mascotas, pero le gustaría tener una perrita.
No tiene hermanos.
Repitió tercer año por problemas internos en su familia que lo llevaron a abandonar un año de colegiatura.
Le gusta pintar y dibujar.
Le gustaría convertirse en diseñador de interiores.
Le gusta leer de vez en cuando.

—¿Quieres bailar? —preguntó de repente.

—Seguro.

Salimos de la barra y entramos en la pista de baile, Bailábamos uno frente al otro y su sonrisa no se borraba de su cara, la mía no se podía ocultar.
Amaba ese sentimiento, libertad, no tener miedo de a quién voy a encontrar, simplemente ser yo.

Nuestros cuerpos se acercaban cada vez más, hasta que llegamos a intercambiar respiraciones, y terminar en un beso, Crucé mis manos sobre sus hombros y las tenía sobre mi cintura.

Y al momento de abrir mis ojos y separarnos veo a dos personas mirándonos con los ojos abiertos de par en par.

—Yibo...—Lo llamé y él se dio la vuelta sin despegar sus manos de mí.

Los cuatro estábamos igual de sorprendidos.

—¿Haoxuan?

—¿Zhan?

—¿JiYang?

—¿Yibo?

Terminaron de acercarse y Yibo soltó su agarre sobre mí, dando una vuelta para quedar detrás de mí, me abrazó por detrás y casi se me sale el corazón del pecho.

—Así que por eso no volviste a casa el viernes pasado...—la cara de Ji al terminar de asimilar las cosas era graciosa.

—Si...ustedes no se quedan atrás eh... ¿Vinieron juntos?

—Si—respondió Haoxuan que no despegaba su vista de Yibo Sonriendo— te mentiría si no te dijera que ya lo sabía Amigo—se dirigió a él.

—¿Qué? ¿Es obvio? —Escuche el desconcierto en su voz.

—No. No para todos, para tu mejor amigo, Si, para alguien que te vio lavar un suéter a mano diez mil veces si es obvio.

—¿¡Lo lavaste a mano!? —Giré mi cabeza para poder verlo y él asintió con la cabeza, me Giré por completo y quedé frente a frente con él—Eres Tan jodidamente tierno—Dije entre besos

—Bueno...Creo que nosotros los dejamos solos, es bueno saber que no estamos pasando por esto solos —JiYang comentó.

—Lo mismo digo yo — Yibo se separó de mí para responder—¡Adiós! Pasen una linda noche.

Nos miramos durante unos segundos a los ojos.

—Yi— Lucía desconcertado—Oh ¿No te gusta? Puedo buscar otr—

—No...Está perfecto, me encanta Zhan.

—Ah Mejor — Reí nervioso —Creo que es hora de que volvamos, mis padres se van a preocupar.

—Como el príncipe quiera.

Salimos del bar con una sonrisa imborrable de nuestros rostros.

Había dejado de llover. El viaje de vuelta a casa había sido tranquilo, me había dado mucho para pensar. Me quedé con las palabras que Yibo había dicho la semana pasada "No quiero ser el plato de segunda mesa de nadie" ¿seguiría sintiéndose así? ¿Debería preguntarle? No, eso podría desatar una discusión y no es el mejor momento, necesitaba darle respuestas.

—Am...—solté un suspiro pesado antes de Hablar—Voy a terminar con Ziyi—Lo miré —No mereces ser el plato de segunda mesa de nadie—Me miró de vuelta y sonrió posando su mano libre sobre la mía. Estaba bien.

Estábamos bien

1957 - ʏɪᴢʜᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora