Primera parte. Capítulo I. Untouchable.

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"Primer día del ciclo escolar". Eso fue lo primero que pensé cuando la maldita alarma del celular sonó a las cinco de la mañana. Me levanté con ese característico entusiasmo que se levanta cualquier persona que cae en cuenta que sus vacaciones se han esfumado. Me dirigí directamente al baño para cepillar mis dientes y tomar una ducha. Mientras las gotas de agua recorrían mi cuerpo recordé el sueño de la noche anterior, —otra vez era ella— me susurré hacia mí misma. En cuanto terminé mi ducha, la llamé por su nombre y me di cuenta que no hubo respuesta. La casa se encontraba en un profundo silencio, volví a llamarla y no me contestó —no debe estar en casa...— era algo normal últimamente, despertar en las mañanas y encontrar la casa desierta, —seguro está con Hayley— me repetía cada que me encontraba con mi propia soledad. Me vestí y pasé frente a la entrada de su habitación, la puerta se encontraba ligeramente abierta, bastó un suave empujón para poder ver el cuarto en su esplendor. La cama se encontraba tendida y su ropa guardada, señales claras de que ni siquiera había dormido en la casa la noche anterior. Al oler el aroma de su perfume el cual se quedaba impregnado en su habitación no pude evitar suspirar y pensar que ya me encontraba varios días soñando con ella, soñando con su rostro, soñando con sus ojos, soñando con sus labios, con sus labios chocando con los míos...

NoeNoe: Es tu primer día de clases, ¡despierta!

El mensaje de Noe me hizo sacudir la cabeza y reaccionar, salí de prisa de la habitación de Freen y relamí mis labios mientras cerraba la puerta.

Becccca: Realmente extrañaré tenerte cerca en la escuela.

Iba a iniciar mi primer año en el que Noe no estaría en el mismo instituto que el mío, llevábamos años cursando en las mismas escuelas, desde pequeñas fuimos muy unidas, ella vivía cruzando la calle e íbamos a la misma escuela, sólo que ella era un año mayor que yo. En un principio el señor Chankimha la invitó para que jugara con Freen, pero Noe terminó volviéndose más cercana a mí que a ella. Después de todo, Freen tenía a Pie. En fin, ya se había graduado y ahora cursaba la universidad, sin mí...

NoeNoe: Sabes que estaré aquí para lo que me necesites.

¿Para lo que necesite? Necesito que estés aquí ahora mismo, no está Freen y mi cabeza cada vez se volvía más un desastre. Escribí el mensaje mencionando lo que sentía y cómo me sentía, pero sabía que no tendría ningún sentido, después de todo ella no podría venir y aún si pudiera, no permitiría que pasara, ¿cómo malgastaría un día de su universidad por mí?

Bastaba una pieza de pan dulce y algo de leche para conseguir las fuerzas suficientes para asistir a clases, después de todo, ¿quién me iba a decir algo respecto a eso? ¿Freen? Ni siquiera se encontraba en casa ni durmió ahí. No tenía derecho a venir y fingir ser la hermana que ahora mismo no necesito.

Cuando el Señor Chankimha escogió la casa donde vivimos siempre le repetía lo mismo a los otros señores de traje: "esta casa está tan cerca de las escuelas que Becky podría irse caminando sin temor alguno". Por más que lograra intentarlo, no podría olvidar esa frase cada que me preparaba para ir a la escuela. Me coloqué mis audífonos antes de salir de casa preguntándome si Freen estaría en su oficina o aún con Hayley. Me había hecho inmune a la vergüenza de ir por la calle  con los audífonos a todo volumen mientras cantaba y movía mis brazos y cabeza con alguno de los pasos de baile de la canción que me encontraba escuchando.

"Quiero que no le subas tanto el volumen a tus audífonos cuando camines por la calle, por favor. Mi padre regresaría de la tumba a matarme si te pasara algo..."

Estúpida Freen. Incluso cuando voy rumbo a la escuela la recordaba. Estúpidos recuerdos y estúpidos regaños. No toleraba sus regaños, no toleraba su voz, ni sus ojos, ni sus labios... en mis sueños, ella me...

Eras túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora