Primera parte. Capítulo XI. Tell me why.

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Sentí los labios de Freen chocar contra los míos y quedarse plantados ahí. Mis ojos se mantuvieron abiertos mirando de un lado a otro pensando si lo sucedido realmente estaba pasando o estaba soñando de nuevo. Al cabo de pocos segundos terminé por tomar del cuello a la contraria para pegarla a mi rostro. Como un acto reflejo, tras mi movimiento, Freen se separó de mis labios y, por ende, de mi rostro con la vista baja notándose totalmente avergonzada.

—Lo-Lo siento, yo no...— le negué con la cabeza y una marcada sonrisa en mi rostro antes de que, sin dejarla hablar, la tomara de su hermoso rostro y uniera nuestros labios una vez más. En cuanto lo hice pensé que Freen se volvería a alejar y rechazaría mi beso, pero me vi sorprendida cuando ella misma fue la que se acercó más a mí rostro y sentí como su diestra peinaba mi cabellera enredando sus dedos entre mis mechones. Nuestro acercamiento era tal que lograba sentir lo largo de su brazo por un costado de mie cuerpo, se encontraba apoyándose sobre el respaldo de mi silla.

En cuanto cesó mi beso, dejó su frente recargada suavemente sobre la mía. Me animé a abrir los ojos para admirar su rostro, el cual mantenía los ojos cerrados y notaba por su boca entreabierta que su respiración se encontraba acelerada. Con el dorso de mis dedos acaricié suavemente su mejilla que se encontraba con un marcado tono rojizo —Freen...

Freen tragó saliva y se separó de mí. Sin decir palabra alguna se giró y se metió a la casa donde, al abrir la puerta, me percaté que habían vuelto a poner la música a todo volumen y se encontraban cantando casi a gritos.

Me quedé atónita, ¿qué mierda había pasado? Y, peor aún, ¿quién demonios se creía esa mujer para dejarme ahí sola? ¡Estoy en silla de ruedas! Qué poca atención y respeto... me besa y se larga. ¡Sinvergüenza!

Me salí de mi lugar y avancé hacia dentro de la casa unos minutos después de quedarme como estúpida pensando en qué pasaba por la mente de Freen. Al darme cuenta de que simplemente no la entendía ni la iba a entender decidí unirme a las demás.

—¡Becca! Ya iba a ir por ti— dijo Noe con una sonrisa en su rostro y su mano haciéndome señas para que me acercara a donde estaban. Miré a un costado y observé a Freen en la barra bebiendo algo con Hayley a un lado. Suspiré enojada. ¿Cómo pudo besarme y luego irse sin remordimientos con su novia?

Tomé el control y coloqué una canción. Estaba lista para cantar, de cualquier modo, era mi fiesta.

"Me arriesgué, me atreví,
seguramente pensabas
que era a prueba de balas,
pero no lo soy.

Me diste un golpe, me defendí,
desde el suelo puedo ver
veo quién eres."

Si esto se iba a joder, que sea aquí y ahora.

Me moví de tal manera que tuviera a la vista a Freen y notaba que ella tenía completamente la vista clavada en mí, ni siquiera miraba su vaso o a su novia en ningún instante.

"Estoy cansada de tu actitud.
Siento como si no te conociera.
Dices que me amas
y luego me haces sentir menos."

Intentaba no verla cada que pronunciaba alguna palabra mientras cantaba, pero mi subconsciente me engañaba y me encontraba viéndola en cada verso sin planearlo. Aunque al darme cuenta de que la miraba, aprovechaba ese momento para girar mi vista y ver a su novia quien igualmente me miraba a mí y a Freen con una notoria sonrisa en el rostro. ¿Acaso sabía lo que acababa de pasar?

"Y te necesito como un latido del corazón,
pero sabes que tienes un mal carácter
que me hace correr
para cubrirme cuando estás cerca."

Eras túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora