•𝙹𝚞𝚎𝚐𝚘 𝚍𝚎 𝚗𝚒ñ𝚘𝚜• (sᴏɴᴀᴍʏ)

XIX

Algo extrañada, Amy sonrió
-Sonic, por favor, no es necesario que pienses mucho en lo que vas a decir... En cierta parte me gusta mucho tu impulsividad- Finalizó, dejándome algo atónito y dándome valor para expresar lo que tenía que decir.

-Bien, solo quiero que me respondas algo... Si seguías sintiendo algo por mí, ¿por qué comenzaste a hablar con Shadow hasta el punto de decirle a uno de nuestros fanáticos que no sentías nada por mí y hacer parecer que tu interés amoroso es Shadow?- Solté sin titubear, causando que Amy alejara inmediatamente la mano de mi espalda, sorprendida.

-Eh... Es algo extenso... Lo que pasa es que, después de mandarte diversas cartas y no obtener respuesta, comencé a escribirle a Shadow con la intención de encontrar una respuesta sobre tu poco interés... Parece ser que él terminó entendiendo otra cosa, ¿por qué los hombres son tan... Rápidos con estas cosas?- Contestó, dejándome sonrojado.

-Yo suelo ser bastante rápido con ESAS cosas, cof- Pensé, para después regresar a mi compostura.

-Entiendo, así que... ¿Todo fue convenientemente coincidencia...?- Pregunté, mientras el aire golpeaba mis púas con violencia.

-Podría decirse que sí- Respondió con una sonrisa, haciendo que los dos comenzáramos a reír como idiotas.

Volteé al interior de la casa, para terminar viendo a Tails asomándose por la puerta con el pulgar arriba, tratando de decirme "¡eso es, campeón!".

Semanas después nos volvimos a reunir todos en la casa de Cream, Amy llegó unas horas antes que Tails y yo. Llevaba un nuevo collar brillante que realmente le quedaba perfecto. Al entrar y tomar asiento junto con los demás, los comentarios no se hicieron esperar.

-¡Querida! Pero qué hermoso collar, se ve como si tuviera miles de diamantes incrustados, tal como me gustan...- Susurra Rouge mientras observaba el colgante de Amy con deseo, la eriza solo se sintió halagada.

-Eh... Muchas gracias, Rouge- Contestó Amy con nervios, para después seguir escuchando los comentarios positivos de los demás. Hasta que finalmente la pregunta del millón llegó.

-Realmente te va bien, pero... Bueno, ¿dónde lo conseguiste?- Preguntó Blaze mientras tomaba delicadamente el collar entre sus manos.

-Ah, fue un regalo.- Contesta Amy con una sonrisa convincente.

-¿Ah sí? ¿Quién fue el detallista que te lo compró?- Pregunta Rouge con un brillo en sus ojos, imaginando quién había sido.

-Fue Sonic- Al responder eso, a todos se les cayó la mandíbula hasta el suelo.

-¿¡SONIC?!- Gritaron al unísono atónitos, mientras yo iba abriendo la puerta de entrada para ingresar a la casa, obvio sin saber qué pasaba.

-Eh... ¿Hice algo mal?- Mencioné mientras me acercaba al sitio donde todos estaban reunidos, con un gesto de nerviosismo y la mano en mi nuca.