Capítulo 2

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Apenas entró al dormitorio, ahora a oscuras, fue directo a darse un largo y reconfortante baño. Él mismo se quitó las botas, luego las medias, continuó con los pantalones, sonrió al pensar que pronto ése sería el trabajo de su nuevo esclavo.

Entrando a la ducha, su miembro duro como una piedra de solo pensar en el culo tan fino que tenía en la habitación contigua. Negándose a darse placer a sí mismo seduchó y salió aun secándose los mechones de cabello negro que le tapaban las orejas.

Antes de salir a cazar la siguiente noche, iría a divertirse un rato con su adquisición. Cuando tuviera más tiempo, le enseñaría cuáles eran sus deberes, por el momento con una buena cogida bastaría. De seguro el niño estaría caliente y dispuesto a ser la funda de su espada.

Dirigiéndose a su propia cama, levantó las sábanas y se acostó desnudo, una daga bajo la cabecera como única compañía. El día estaba invadiendo los dominios de la noche, era la hora de retirarse a reponer fuerzas. Estaba por dejarse llevar por el sueño reparador cuando escuchó cómo alguien estaba a punto de tirar la puerta de entrada de su dormitorio. No había duda acerca de quién se trataba, la pregunta era por qué.

Tomo una bata, que estaba sobre una de las sillas, pasándola por sus hombros laató con una gasa a la altura de la cintura. ¿De qué cosa se había enterado su padre?

Mientras caminaba hasta la puerta, hizo un recuento mental, había estado en una o dos situaciones no muy honrosas, pero nada que no estuviera obligado a hacer si quería seguir con la cabeza en su sitio

—¡Buenos días, padre! —Saludó mientras prácticamente era empujado a un lado por el hombre cinco centímetros más alto que él y un poco más fornido. Vestido totalmente de negro, traje hecho a la medida y el cabello negro largo atado en una coleta a la altura de la nuca, era un guerrero bajo el disfraz de caballero. A simple vistano pasaba de un hombre de treinta años. Ignorando a su hijo entró al dormitorio sin detenerse hasta quedar justo en medio de la estancia

—¿Qué te trae a estas horas de la madrugada a mi dormitorio? —Se quejó Jaehyun preparándose mentalmente para una buena discusión, el ceño fruncido del padre dejaba en claro que no estaba para nada complacido. Después de observar a su hijo como si lo viera por primera vez, habló conteniendo el enojo lo mejor que pudo

—Hijo, si no fuera por que amaba a tu madre, te diría que eres el más grande hijo de puta.

—¿Y eso? —Se encogió Jaehyun como si le hubieran golpeado en la boca del estómago.

Sin darle mucho trámite el padre fue directo al punto:

—Hay un chico que no puede tener más de veinte años, el que estuvo llorando hasta dormirse en la habitación de al lado. Y si eso no fuera como para preocuparse, cuando pregunté me dijeron que tú lo trajiste aquí contra su voluntad... ¡Maldita sea! —Siseó Johnny al ver cómo su hijo se cruzaba de brazos en actitud condescendiente —¡El chico es humano!

—Lo traje para complacerte —Se encogió de hombros el vampiro más joven restándole importancia a la situación —Dijiste que debía buscar a alguien con quién pasar más de una noche. El chico me gusta y lo tomaré como esclavo.

—¡No puedes! —Sentenció su padre —Recuerda al muchacho que tomaste hacecien años. Terminaste aplastando su corazón y luego lo regresaste a su casa como si setratara de un caballo cojo... Y solo estuvo contigo un mes

—Pero lo envié con una familia tan rica como el soberano de un pequeño reino.

—Ese no es el punto —Se quejó el padre—Tienes que sentar cabeza. La vida, por muy larga que sea, no es cosa de salir de cacería, beber, y coger cualquier cosa con un agujero

Slave | JaeYong #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora