Capítulo 10

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Un gruñido antinatural escapó del pecho de Jaehyun, el nosferatus que vivía dentro de él estaba probando a su pareja de vida y muerte, aquello era un placer que pocos podían disfrutar. Taeyong dejó salir un grito que lo hizo peligrar de quedarse sin voz, justo cuando pensaba que su sexo soltaría su carga, el miserable vampiro sacó los filosos colmillos, pasando luego la lengua por la herida, cerrándola de inmediato.

—¿Sigues pensando que soy un hablador? —Comentó después de darle una última lamida a la piel temblorosa —Veamos cuánto puedo retardar ese orgasmo que tanto deseas.

—No quiero jugar —Logró balbucear Taeyong —Métemela y terminemos con esto.

Unos besos de mariposa recorrieron el cuello bajando hasta el plexo solar del rubio.

—¿Y piensas que te la voy a dejar tan fácil? —Retó el vampiro —Creo que es hora de que sepas lo que implica ser mi pareja.

Taeyong puso todo su empeño en enviarlo a la mierda, de verdad que lo intentó, pero la mordida rodeando su pezón lo hizo gritar nuevamente. El sentir como gotas de su sangre eran succionados por esa boca insaciable lo tenían justo en el borde.

—¡Por favor! —Suplicó sin ninguna vergüenza —¡Ya no puedo!

El juego era un arma de doble filo, Jaehyun estaba tan duro que podría clavar clavos con su pene, sus sensibles colmillos le proporcionaban tanto placer como el que le daba a su joven pareja. Cuando sintió que el orgasmo de Taeyong estaba por explotar, sacó sus colmillos, pero esta vez no sanó la herida con su saliva, la marca sería permanente si dejaba que sanara al ritmo natural del humano.

—Eres mío —Gruñó mientras sentía como el travieso rubio friccionaba su culo contra su chorreante dureza —Es hora de dejarse de juegos.

Lo siguiente que supo Taeyong es que su amante lo sacaba de su regazo y le empujaba de espaldas al colchón.

—Si soy tuyo —Jadeó al sentirse a merced del hombre más alto —Tómame.

—Eso es exactamente lo que haré —Los ojos negros del vampiro brillaban de un modo antinatural —Solo ante mí estarás así de desnudo y necesitado.

Taeyong quiso enviarlo al infierno sin pasaje de regreso, lástima que estar desnudo con las piernas abiertas no era un momento especialmente digno como para expresar protestas. En silencio, como la presa que se sabe perdida, el rubio cerró los ojos tratando de encontrarse a sí mismo en ese cúmulo de sensaciones.

—Mírame —Ordenó el vampiro —Quiero que veas lo que te voy a hacer... Una vez un vampiro egipcio me contó algo que acostumbraba a hacer con su pareja —Su sonrisa rayaba en lo siniestro —Creo que te gustará.

Con la obediencia de la que ni él mismo sabía era capaz, abrió los ojos a la orden de su compañero, una fuerza más allá de sí mismo así lo exigía.

—¿Qué haces? —Preguntó temeroso de ver esos grandes colmillos tan cerca de sus genitales.

—Confía en mí —Pidió más que exigió el vampiro —Deja tu placer en mis manos.

Taeyong asintió con un leve movimiento de cabeza, hipnotizado por la vehemencia de sus ojos negros que le miraban pidiendo un silencioso permiso. La lengua rosada probó la erección del menor, solo esa falange tocaba la piel de Taeyong, las manos estaban a cada lado de sus caderas dándole una sensación de seguridad algo engañosa.

—Eres delicioso —Susurró el mayor arrancándole un gemido al chico al introducir la dura erección en su boca, los colmillos rosando la delicada piel causando escalofríos en todo el cuerpo del torturado.

Slave | JaeYong #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora