Carta 4 💌

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                               -Italia, 21 de febrero del 1923

Querida Darían:

Cuando te mostré todo de mí, te mostré un chico sin filtros, sin máscaras, sin nada... Encontrastes en mí a alguien con tantos miedo del mundo que creo yo no hubo ningún miedo el cual no tuviera...

Me encontraste aterrado, tembloroso... Un ser humano tan lastimado y suplicando su final... Que por un momento pensé que te aterraria la idea de estar con alguien así, pero al contrario, prometiste sanar mis heridas.

Sufrí tantos abusos que sentía miedo al demostrar mis sentimientos al principio pero tenía más miedo al abandono... Tenía tanto miedo al perderte que tu demostrándome que era lo suficientemente fuerte e importante en tu vida de a pocos ese miedo a que me abandonaras se fue desvaneciendo.

Luego tocó mi turno de conocerte más de lo que ya te conocía, me contaste tus miedo, tus defectos, tus inseguridades y di lo mejor de mí para poder sanar tus heridas, ser esa persona en quien tu consideres tu pequeño hogar, que tus problemas se desvanecieron al hablarnos o al perdernos en esas miradas de amor...

Pero...

Te fallé.

Creí que te conocía lo suficiente como para decir que no tenías ninguna máscara conmigo pero... No fui lo suficiente para poder arrancar una de esas máscaras, creí que estábamos hablando con la verdad que creí cada una de tus palabras, cariño...

Y por gran parte creo que es culpa mía, porque no preste más atención a tus acciones, no te cuide más, te inundaste en tus problemas mientras aparentabas estar bien, me sanaste y yo no pude hacerlo... Que cuando me enteré de ello si me destrozó, porque prometí cuidarte y te había fallado...

Mi pequeña... Lo siento.

Falle a la persona que consideraba mi vida entera.

Amor mío, sé que eh Sido un completo idiota al no haberme dado cuenta de esos detalles pero, te juro que yo siempre eh estado allí contigo por si me necesitabas, nunca deje de soltar tu mano aunque varias veces me lo pedías... Tenía la esperanza de que todo eso fuera una horrible pesadilla.

Nuestra relación de apenas 8 meses... Llegó a su fin en mayo del 1922, sabía cómo iba a reaccionar y aún así me arriesgue a seguir amándote, suplicaba porque volvieras aunque me habías dicho que me alejara porque ya había alguien más en tu corazón... Te juro que nunca logré creerte del todo, no podía creer que todo ese amor que sentías por mí se desvaneciera en cuestión de días... No podía creerlo.

Mi corazón dolía, el alma ya no la sentía, no me sentí vivo, respirar me dolía, caí en depresión y la ansiedad empeoró, suplicaba que volvieras a mí pero... No tuve el valor de decirte lo que me ocurría, no podía consolar el sueño, me tenían medicado, estaba muriendo...

En algunas oportunidades me animaba a arriesgarme a decirte lo que sentía... Pero tenía tanto pavor, porque en cada una de esas ocasiones me rechazaste sin temor alguno... Me destrozó ver eso... Y no lo niego, por un momento te llegue a culpar de muchas cosas pero más me culpaba a mí porque este sentimiento me estaba matando por dentro... Pase 6 meses así... Hasta que me di cuenta de que ya no podía más y di una última oportunidad a esta relación... O eso me lo imaginé yo.

A mi Darían © [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora