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"De nuestros miedos nacen nuestros corajes, y en nuestras dudas viven nuestras certezas"
Eduardo Galeano

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No podías creer lo que estabas por hacer, pero en el momento que se te ocurrió este plan te pareció una gran idea.

Ese no estaría siendo el caso ahora.

- ¿Podrías no acostarte en mi cama? - le pides con molestia al pelinaranja, quien te sonríe torcido.

- ¿Por qué? - pregunta, dejándose caer para ahora quedar completamente recostado, su remera toda cubierta de sudor ahora sobre tu hermosa y limpia colcha blanca.

- ¡Minho! - chillas, yendo hacia donde está el pelinaranja y agarrandolo desde los tobillos, tironeando - estas todo transpirado, sos un asco - te quejas, pegando grandes tirones para sacarlo de tu cama, pero no logras moverlo ni medio centímetro.

Cuando levantas la mirada notas que esto se debe a que el mayor se está agarrando del cabezal de cama.

- Eres... - gruñes, conteniendo el insulto en tu garganta, y el pelinaranja te sonríe.

- Hermoso, lo sé - responde, guiñándote un ojo - ahora, ¿A que debo el honor de que me hayas vuelto a llamar después de...? ¿Cuánto? ¿Seis meses? - pregunta y piensas "ocho meses, idiota", mas no le das tu respuesta.

Contienes las ganas de golpearlo hasta borrar su estúpida sonrisa arrogante, y en su lugar sueltas sus tobillos, para ahora sentarte en tu cama, al lado suyo, el mayor haciendo lo mismo para quedar sentado a tu lado, con sus manos seguramente sucias apoyadas en tu preciada colcha, reclinado hacia atrás.

Ahora ibas a tener que cambiar las sabanas, y llevar tu colcha a un lavadero, de nuevo.

Estúpido Lee Minho.

- Bien - dices luego de soltar un gran suspiro, no podías seguir perdiendo el tiempo - sabes que siempre fuimos grandes amigos, eres la persona más divertida que conozco-

- Pensé que ese era Seungmin- te interrumpe Minho, y sientes como una vena en tu frente presiona y palpita.

De todos modos tomas aire, te relames los labios, fuerzas una sonrisa y asientes con la cabeza.

- Si, pero sabes que te siento como mi soulmate-

- Creí que ese era Jeongin - volvió a interrumpir el mayor, por lo que tienes que morderte la lengua para no decir el insulto que acababas de pensar - Pobre Innie, si se entera que lo cambiaste llorara - dice con falsa tristeza.

Ah... querías matarlo.

"El plan Hyunjin, el plan" te repites mentalmente.

- Desde que nos conocemos me haces sentir como un niño, como si estuviéramos en el jardín de infantes, haciendo solo pequeñas travesuras-

- Pensé que así te hacía sentir Jisung - interrumpe nuevamente, y gritas, poniéndote de pie y despeinando tus cabellos.

Minho tenía el don de sacarte de quicio.

- PODRIAS SOLO CALLARTE UN SEGUNDO - le gritas, mirándolo con las cejas fruncidas.

El mayor encoge los hombros.

- Sería más fácil si dejaras de dar vueltas- responde, recostándose en tu cama, usando sus brazos como almohadas para apoyar su cabeza.

Miras el reloj en tu muñeca, y sabes que no te queda demasiado tiempo. Así que ibas a tener que confiar en que conocías al mayor lo suficiente como para saber cómo podría reaccionar.

- Bien, vayamos al grano, desvístete - dices bajando el pantalón deportivo del mayor, quien lo vuelve a subir.

- ¿Qué te pasa? - pregunta con los ojos abiertos.

Pones los ojos en blanco y te subes encima suyo, en ahorcajadas, levantando la remera musculosa para poder quitársela.

- ¡Hyunjin! ¿Qué haces? ¡Para! - se queja Minho, volviendo a colocar cada prenda que intentabas quitar en su lugar.

- Minho, solo quítate la ropa- dices con molestia, quitándote tu camisa y dejándola caer en alguna parte del piso, volviendo a llevar tus manos a los pantalones del mayor, quien agarra tus muñecas para interrumpir la acción.

Lo miras y él te devuelve la mirada, aunque se veía más que nada confundido.

- Hyunnie, cariño, llegue - escuchas y cuando miras por sobre tu hombro ves a tu madre en la puerta de tu habitación.

Sus ojos abiertos a más no poder, sus manos tapando su boca, y lo siguiente que sabes es que esta gritando tu nombre.

Miras a Minho, quien está en estado de shock, y sonríes de lado. Al menos el idiota hizo lo que esperabas.

Te pones de pie y haces una reverencia hacia tu madre, antes de que el mayor salga de aquel estado de trance.

- Omma... qué vergüenza- dices fingiendo timidez, mirando a tus pies con falso arrepentimiento en tu voz - no quería que se enterara así, pero no queda de otra - te pones recto y miras a tu madre a los ojos, conteniendo las ganas de reírte- Omma, soy gay, Minho es mi novio, y quiero que sepas que lo amo con todo mi corazón - sueltas la bomba y sonríes.

Y quizás deberías contar esta historia desde el comienzo para que se entienda.

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Novio Falso - HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora