Novio Falso - HyunHo

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Te habías quedado dormido, y si no fuera porque Khami se había subido a tu cama y había lamido la cara, seguro aun estarías deambulando en un sueño.

Cuando viste la hora en el celular, casi te da un infarto. Estabas llegando tarde a la universidad, y ese día tenías que entregar un proyecto, así que solo te lavaste la cara mientras te cepillabas los dientes, pasaste una crema y protector solar en tiempo récord.

Te vestiste con un jean suelto gris y una camisa color pastel cualquiera. Agarraste tu mochila, metiste tu celular en el bolsillo y mientras bajabas las escaleras de a dos, escuchaste a tu madre reír.

Ibas a saludarla antes de salir, pero cuando estabas llegando a la cocina la escuchas decir:

- ... Si, si, si, Hyunnie está disponible - dice con orgullo - así que no te preocupes, solo debemos juntarlos - chillo con emoción.

- ¡Ayy sí! Estoy tan emocionada, si nuestros hijos se casan seríamos familia - dice la voz del otro lado del teléfono.

Tu madre estaba teniendo una videollamada.

- Tenemos que comprometerlos, podemos encerrarlos y solo permitirles salir cuando firmen los papeles de matrimonio... Dios... imagínate lo hermosos que serían nuestros nietos si mi Hyunjin y tu Yuna se casan - chilla aún más agudo tu madre, y no tienes que verla para saber que estaba saltando.

"¿Cómo dices que dijo?" Piensas, no dando crédito a lo que tus oídos escuchaban.

¿Tu madre tenía pensado comprometerte? ¿Querías obligarte?

Pero si apenas habías cumplido 21 años. ¿Acaso está loca?

- Esta tarde cuando vuelva de la universidad le diré que nos vamos de vacaciones a la quinta familiar, tenemos unos días para planear bien todo - dijo tu madre, y sentiste tu ojo derecho palpitar.

Sí. Definitivamente estaba loca.

¿En qué siglo vivían que tu madre quería casarte?

Los padres normales te mandan a citas a ciegas al menos, no te obligan a firmar papeles.

Te fuiste sin hacer ruido, por el momento lo mejor era que no supiera que la habías oído, pero... pero sentías como tu sangre hervía.

Estabas furioso.

No querías ser obligado a casarte. Mierda, ¿quién mierda querría eso?

No podías creer que tu madre te quisiera hacer algo así. Ella sabía cuánto querías ser vos quien eligiera a la persona con quien ibas a compartir toda tu vida. Ella sabía que eras ferviente creyente del amor.

No te ibas a casar con la primer chica que conocieras, por más linda que fuera.

Querías estar con una chica que te haga sentir que no había nadie más. Que eras lo más importante.

Querías un amor de película, lleno de momentos dulces y detalles románticos, por más estúpido que sonara.

Querías elegir una persona que hiciera tu corazón latir con solo mirarla, que tu cuerpo temblará con una simple caricia, y que te hiciera sentir las famosas mariposas en el estómago.

Querías algo así, no podías mucho más. Y tu madre quería quitarte eso.

Pateaste una lata que estaba en el piso y comenzaste a gritar, importándote nada que te miraran.

Estabas tan furioso, pero debías calmarte y pensar.

Debías hacer algo, algo que no sólo te salvara de la estúpida e hilarante idea de tu madre, sino que hiciera que la olvidara por completo.