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Te cuesta calmar tu respiración. Desde que habías entrado que no podías dejar de darle vuelta al asunto de no poder respirar con normalidad.

Mientras estaban sentados, aun si no estaban haciendo nada en particular desde que habías llegado, aun así no podías dejar de sentirte ansioso, nervioso.

Minho se había puesto una remera sin mangas, gracias a Dios, y luego de estar cada uno en su celular, el mayor se había puesto de pie y ahora estaba en la cocina, preparando algo para que comieran a pesar de que ya eran pasadas las once de la noche.

Los gatos de Minho al ver que aún había un intruso habían vuelto a su habitación - literal el pelinaranja la había decorado como una gran sala de juegos solo habitable para ellos-.

Mientras esperaban que la comida se terminara de hacer, estaban sentados en el sofá, el televisor prendido en ningún canal en particular, solo haciendo ruido.

- Esto es incómodo - dices al fin, luego de largar un largo suspiro, Minho respondiendo con una pequeña carcajada.

- ¿Qué cosa? - pregunta, sentándose de costado, apoyando su brazo en el respaldo del sofá y su cabeza sobre los mismos, mirándote.

- Todo, toda la situación - admites, sintiendo como los ojos de Minho te quemaban la cien, pero tu mirada estaba clavada en tus manos que descansaban sobre tus piernas.

- Dije que te alimentaria - susurro, y aunque no lo estuvieras viendo sabías que estaba sonriendo - así que lo estoy cumpliendo.

Miras el sillón, su estampado color gris, y los recuerdos vienen a tu mente.

¿Cuantas personas habían estado en este mismo sillón?

Tu mandíbula se tensa, y de repente sientes que te olvidaste, de nuevo, de cómo respirar.

- Hyunjin - susurra Minho, pero no lo miras.

Solo aprietas tus manos, formando un puño en cada una, y te obligas a normalizar tu respiración, sin lograrlo, nuevamente.

Esto te resultaba tan frustrante.

Sientes los dedos del mayor sobre tu barbilla, y te gira en su dirección.

No habías opuesto resistencia, y ni siquiera sabes el por qué.

Cuando sus ojos se cruzan, no sabes qué imagen le estabas ofreciendo, pero realmente esperas que no sea lo que sientes, porque estás asustado, dolido, aterrado, pero por sobre todas las cosas, confundido.

Minho te sonríe, pequeño, labios unidos. Acorta la distancia, y te besa, terminando de hundirte en un pozo profundo del cual ya no estás seguro que sepas como salir.

O siquiera quieras salir.

Es un beso suave, su lengua entra en tu boca y la inspecciona con delicadeza, mientras la mano que sostenía tu mentón está ahora sobre tu nuca.

Y en ningún momento quisiste cerrar tus ojos. Te hipnotizaba ver sus ojos cerrados, sentir su cálida lengua contra la tuya, sus dedos acariciando tu nuca, el aroma de su colonia.

Su colonia te podría volver loco.

Minho abrió sus ojos, conectando sus miradas, quito su lengua de tu boca, mordió tu labio inferior, tironeando del mismo hasta robarte un pequeño jadeo, y terminó con un beso en tus labios, presionando sobre los tuyos, antes de alejarse, volviendo a apoyar su cabeza sobre su brazo en el sofá, en la misma posición que estaba antes de iniciar el beso.

- ¿Mejor? - pregunta en un tono de voz bajo, y entonces eres consciente de ya no estás tan ansioso, pero en su lugar ahora te sientes levemente necesitado.

Novio Falso - HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora