Las Flores

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Al llegar a casa mamá ya me esperaba en la sala, estaba tan pálida como una momia y me miraba y pude notar que sus ojos estaban muy hinchados como si hubiera llorado por horas eso e dio mucha inquietud y decidí acercare donde estaba ella, me senté y trague saliva.

- ¿Qué pasa mamá? ¿Está todo bien?

-No Adara, no lo está, en absoluto- la noto nerviosa, como si se tratarse de algo verdaderamente cerio, la sigo viendo y no quito mis ojos de su mirada tan apagada. 

- ¿Qué paso? Sabes que puedes contar conmigo- Al ver como esta su rostro, tan perturbado como si acabase de ver una catástrofe frente a ella me preocupo cada vez más imaginándome ya lo peor. 

- Tu padre sufrió un accidente de carro esta mañana, lo lamento mucho, Adara- Su voz salió entre cortada y al decir esas palabras empezó a llorar nuevamente, yo la miraba desconcertada con aquella noticia, no lo podía creer.

- Papá...el, no, eso es imposible ¡¿cómo sucedió, como ocurrió algo tan nefasto como ello mamá?! -Mis emociones se empezaban a descontrolar tanto que me jalaba del pelo por tanta desesperación, mi madre se acerca a mí y me abraza, estoy a punto de colapsar ya.

-En un accidente de carro, tu padre iba...Ebrio y choco- Me separo de ella de golpe, una fura dentro de mí se desata y finalmente colapso. 

- Es tu culpa... ¡Es tu culpa mamá!

- ¿Qué estupidez estas diciendo Adara? Soy tu madre y tienes que respetarme, tú sabes que he amado a tu padre, pero sabes perfectamente bien por qué lo hice, todo esto lo he hecho para cuidarte, porque te quiero cariño. 

- ¡Te odio, te odio, te aborrezco! -Mi mamá me tomo del mi brazo muy fuerte que sentía como me quedaba sin circular la sangre, mi sangre hervía de rabia, mi enojo estaba muy elevado al igual que mi tristeza, estaba enojada, al mismo tiempo, quite su mano de mi brazo tan fuerte que mi mamá choca contra el suelo.

- ¡¿Qué rayos te pasa Adara?! ¡Soy tu madre!

- Por tu culpa papá murió, si no te hubieras separado de papá todo seguiría como era antes, genial, me separaste de mi padre ¡De mi padre! ¿Sabes el dolor que me le causaste a él y a mí? Por lo menos ¿Sabes que paso él? Todo esto es tu culpa. - Sin más me fui de la sala furiosa, subí furiosa las gradas y corrí hasta mi habitación, cerré la puerta con brusquedad y me apoye de una pared y poco a poco me fui deslizando en esta hasta caer al suelo, mi padre avía fallecido y eso significaba que jamás volvería a verlo, quería secar mis lágrimas, pero eso causaba que salieran más, era inevitable.

Esperará que Sebastián estuviese ahí, pero nada, solo estaba yo y mi soledad, por primera vez necesitaba que alguien me abrazara, que me consolara y que me diera de su amor, quería desapareceré que la tierra me tragase, pero nada, solo me quedo soñar.

Estaba en un campo lleno de flores de todos colores, como en las películas de fantasías, empecé a correr sin rumbo alguno y a lo lejos vi una silueta, era mi padre, corrí con más fuerza, pero no me di cuenta y caí hacia un abismo, se sentía eterno y no podía ver nada solamente esperaba el momento en donde caería. Cerré los ojos y esperé, los abrí de golpe y observe que ahora estaba en la banca a lo que parecía ser un parque, ese parque yo lo recordaba me levante y seguí caminando, pero al salir del parque pude notar un carro que había chocado, un carro que se me hacía familiar. Avía sangre por todas partes al igual que el vidrio del carro, al acercarme pude ver un hombre totalmente destrozado, pegué un grito, era mi padre. Desperté agitada, estaba empapada de sudor y aún seguía en el suelo, me levante con dificultad porque mis rodias estaban temblando me dirigí a la ventana y me percate que aún era de madrugada, pero estaba seguirá de que si trataba de dormir no podría.

No podía dejar de pensar lo que había soñado, había sido tan real como si yo hubiera estado ahí. Decidí distraer mi mente y salir al jardín, me puse una chaqueta y salí de casa, el frió era fuerte y lloviznaba un poco me dirigí a la colina que estaba enfrente para agarrar unas cuantas flores, para la memoria de mi padre. Al llegar estaba con mucha fatiga me senté y cerré mis ojos y lo último que pude notar fue que el sol el cual ya estaba saliendo. 

El fantasma que me amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora