Mamá salió del cuarto y cuando cerró la puerta Sebastián salió rápidamente del closet, su cara estaba empapada en sudor. Me miraba confundido y se acercó a paso lento, mi corazón palpitaba rápidamente como si estuviese corriendo o algo por el estilo. Mis mejillas ardían como fuego y sentía hervir la sangre. Para mí era normal estar a si cuando Sebastián me acompañaba, y puedo decir que me hacía muy feliz estar a su lado. Por primera vez sentía que mi vida estaba mejorando, ya no me sentía más sola y nunca más lo quería estar, quería dejar atrás el pasado, que muriera por esa llama que estaba en mi cuerpo.
Cuando Sebastián y yo estuvimos cara a cara este tomo mis frágiles y temblorosas manos y beso mis nudillos, mi corazón palpitaba más rápido aun y sentía como una gota de sudor recorría mi frente. Este vio mi rostro y acerco el suyo hasta hacer que nuestros labios chocaran, mis ojos cerraron lentamente, una de sus manos acariciaba dulcemente mis mejillas, su piel era tan cálida y suave. Luego su mano bajo a mi pecho y lo acaricio, fue desabotonando mi blusa, su mano rozaba mi fría piel y sentía un cosquilleo, apreté mis ojos con fuerza y mis manos se posaron en su espalda. Sus labios se posaron en mi cuello lo que causo que diera un ligero grito, mis manos apretaron su camisa, pero este no paro de besar mi cuello. Sus manos se posaron en mi espalda y se inclinó lo que causo que los dos cayéramos a la cama, mis ojos se abrieron de golpe y pude notar que yo ya no llevaba mi blusa, me sonrojé aún más cuando vi que Sebastián ya no llevaba puesta su camisa. Mi cuerpo empezó a temblar, Sebastián se encontraba en cima mío ¿Qué? ¿Cómo? Estaba realmente nerviosa, tenía miedo de lo que sucedería, mi cuerpo estaba frío, pero mi corazón decía que lo quería ¿Realmente esa era yo? Su cara empezó a bajar hasta llegar a mi pecho, seguido esto me empezó a besar, mis manos estaban temblando y decidí actuar, lo empujé y este callo de la cama lo cual hizo un fuerte ruido que se hizo eco y a si como vino se fue.
- ¿Qué te pasa Sebastián? ¡Eres un idiota!
-Dime algo que no sepa Adara.
- Eres tan patético, Sebastián. ¿Qué quieres?
-Te quiero a ti Adara, quiero que estemos juntos para siempre y que nos escapemos de esta cruel realidad. Escapemos juntos.
- ¿Qué? ¿A qué se refería a escapar juntos? Era tan confuso sentía como mi cabeza daba vueltas mis manos la sostenían para no caer, Sebastián era tan complicado de entender y yo aún seguía estando con él, por el amor que le tenía. Sus hermosos ojos de cristal me seguían observando y sus cálidas manos tomaron las mías, tenía que dar una respuesta ahora mismo.
Mi corazón latía con fuerza y rápidamente, sentía gotas de sudor caer de mi frente, la sangre hervía y esa llama de mi interior estaba más fuerte que nunca, tenía miedo de lo que pudiera pasar, pero ya era tarde, ya lo había decidido.
-Sebastián yo-aclare mi garganta- yo quiero escapar contigo hasta el fin del mundo, juntos, porque te amo.
-Yo también te amo, eres ese tesoro que siempre había querido encontrar ya hora que lo tengo, no lo quiero perder nunca más. Quiero estar contigo hasta el final, juntos siempre. Adara yo te quiero siempre cerca de mí, no quiero estar solo nunca más y menos perderte, tengo miedo a perderte. Te admiro, te admirare siempre por todo, todo de ti. Adara ¿Quieres ser mi tesoro?
- ¿Esto es como un nuevo inicio para los dos?
-Si, un inicio donde empezaremos juntos, solos tú y yo, los dos contra el mundo.
-Entonces, iniciemos nuestro mundo juntos, solos tú y yo.
Ahora era un nuevo inicio para mí, un inicio donde solo seriamos Sebastián y yo, tenía un poco de ello, pero amaba a Sebastián y aria todo para estar a su lado en este mundo lleno de oscuridad y dolor, él era el único que me comprendía y me amaba, el único que nunca me mintió. Mi corazón seguía latiendo su nombre y ese fuego ardía por su amor. Amarlo era complicado e incluso confuso, pero poco a poco iba completando cada parte de su ser y podía ya atenderlo, aunque este no lo quisiera, yo lo amaría hasta el fin del mundo, hasta el fin de mi existencia en este planeta tan oscuro.
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El fantasma que me amo
Roman d'amourSer valiente significa no esconder lo que uno siente. Adara lo hizo a pesar de las adversidades que la separaban de su amor no correspondido. Ella acaba de llegar a su nuevo hogar en donde no es realmente feliz, donde desde el primer día empezara...