Estar sola en el suelo y con solo la luz de la luna me hizo pensar todo, sobre el tiempo que llevaba en la tierra.
Quería dejar de pensar en Sebastián y en lo que me había dicho. A sí que decidí pensar un poco sobre mi pasado, mi infancia. Me adentré a mis pensamientos y elegí uno, el que para mí era el más hermoso de todos.
Era una tarde de lluvia, solo yo estaba en mi casa ya que mis padres se habían ido, yo leía en mi cuarto con el sonido de la lluvia. Estaba realmente aburrida pero mis pensamientos se detuvieron cuando escuche que alguien me llamaba, era una voz que no conocía, era de un chico. Al abrir un chico de trece años estaba parado frente a mí con una sonrisa muy cálida. Su nombre era Bastián, él y yo empezamos a tomar una nueva rutina todos los días, esperaba a que fuese de noche y este aparecía en mi cuarto para por fin charlar. Al pasar el tiempo le fui tomando mucho cariño y confianza. Incluso me enamore de este. No sabía cómo decirle todos mis sentimientos ya que para mí era la única persona con quien podía confiar y entregar mis sentimientos, pero una noche le dije todo, absolutamente todo.
- ¿En conclusión tú me amas Adara?
-No solo te amo, te adoro, adoro todo de ti incluso tus defectos los cuales tú no tienes Bastián.
-Yo igual siento eso por ti Adara. Pero tengo miedo a que esto no funcione y que te lastime.
-Tú y yo contra el mundo Bastián.......
-Los dos juntos contra la sociedad....
Esa fue la última noche en que Bastián llego a visitarme, la última noche juntos donde los dos nos aviamos entregado nuestro amor mutuo sin miedo, pero ya nunca más supe de este. Lo seguía esperando todas las noches y aun así no aparecía y se podía decir que aún no extrañaba y me hacía falta, este me amaba y yo, en lo más profundo de mi ser aun sentía una chispa por él.
-Ja, que patética soy. ¿Cómo pude creer que Bastián volvería después de decirle todo aquello?
-Valla, así que no solo Sebastián está en tu corazón ¿No crees que es algo irónico? Esa voz se me hizo familiar, era de una chica. Mierda, ¿Porque tenía que ser Ana?
- ¿Me explicaras Adara? ¿O es que ya no te importa Sebastián?
- No es de tu incumbencia eso, no te metas donde no te llaman.
-No, a mi me importa mucho eso. Habla de una maldita vez Adara o Sebastián sabrá todo.
-Dile, ya no importa nada de ese imbécil. Si quieres es todo tuyo. No podía creer lo que había dicho ¿Ya no me importaba Sebastián?
-Valla, me sorprendes. Gracias por dejarme a Sebastián para mí. No sé cuándo ni cómo, pero Ana salto de la ventana y al ver esta ya no estaba, había desaparecido.
Me sentía aún más patética, dejar ir a Sebastián y por lo que le había dicho a Ana ¿Ahora qué? No, no me quedaría de brazos cruzados, no dejaría que a Sebastián lo pasara lo mismo que a Bastián. No quería perderlo igual. No me importaba que estuviese lloviendo de igual manera lo iría a buscar. Me puse mi chaqueta, botas y un paraguas y salí de casa. El clima avía cambiado drástica mente, ahora el viento era muy fuerte y arrasador y la lluvia estaba fuerte.
El viento me trataba de parar y me hacía para atrás, pero yo era más fuerte y seguí mi búsqueda. Llegue al bosque, pero antes de entrar a este escuche un grito desgarrador de una chica, sentí un cosquilleo en todo el cuerpo. De pies a cabeza. El cabello se me erizo y el miedo aumento cuando escuche un segundo grito, este provenía del bosque. Dude un largo tiempo si entrar o no, pero quizás aquella chica necesitaba ayuda a sí que deje mi paraguas y entre corriendo al bosque.
Las ramas me pegaban y mis brazos protegían mi cara, no podía ver mucho el camino, tanto así que tropecé por una raíz. Al caer me fue casi imposible levantarme ya que me había atorado en ella, jale mucho para soltarme, pero cada vez me dolía más. Saqué mi pie del zapato y seguí corriendo. El tiempo empeoraba y las lluvias aumentaba. Mi corazón latía a mil por hora y mi respiración fallaba. Antes de llegar al corazón del bosque escuche otro grito de aquella chica, pero este resonó por todo hasta hacerse eco, lo escuche muy cerca y supuse que fue el corazón del bosque.
Al llegar al centro de este saque una pequeña linterna y empecé a buscarla, la lluvia empezó a calmarse y el cielo a despejarse y la luz de la luna ilumino al bosque. Vi que en el césped había algo derramado, era sangre. Tape mi boca con ambas manos y deje caer la linterna, mis ojos no podían creer lo que estaban observando. Empecé a retrocedí más, pero choqué con una piedra y caí. Aún estaba en shock por lo que mis ojos veían.
Una chica de unos veinte años estaba en un gran charco de sangre, esta estaba completamente desnuda y con mascas de mordidas en todo el cuerpo.
Escuche como si alguien se acercara a mi corriendo, trate de levantarme, pero ya era demasiando tarde. Este me tomo del cabello y me tiro contra el suelo, sentí mi frente muy húmeda, pero ya no pude hacer nada. Escuche un crujido y un dolor inmenso en mi pecho, algo lo había atravesado, fue tanto el dolor que mis ojos no pudieron más y se cerraron.
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El fantasma que me amo
RomantikSer valiente significa no esconder lo que uno siente. Adara lo hizo a pesar de las adversidades que la separaban de su amor no correspondido. Ella acaba de llegar a su nuevo hogar en donde no es realmente feliz, donde desde el primer día empezara...