3. Un viaje en auto

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El frío que hacía aquella madrugada era impresionante, aunque... Estar fuera a las 4 de la mañana en vísperas de otoño no sea, probablemente, la mejor idea del mundo. ¿Pero qué se le va a hacer? El camino hasta su destino sería largo y entre antes llegaran más tiempo iban a poder disfrutar las aguas de la playa a la que irían.

El plan era partir todos juntos tan temprano como fuera posible. Eran nueve, así que no sería un problema ir en solo 2 coches para ahorrar algo de dinero, en el coche de Trolli irían él, Mike, Sparta y Raptor. Mientras que en el de Víctor irían, además de él, Acenix, Rius, Mayo y Timba.

Se suponía que debían partir a las 4 con 30, pero hubo un pequeño contratiempo:

—Pero ¿dónde está ese hombre? — con brusquedad, preguntó Trollino al aire. El temperamento del chico es bien conocido, y el hecho de que el peli azul fuera ya con 14 minutos de retraso no ayudaba a contentarlo.

—Calma Trolli, seguro que ya no tarda — Mike trató de tranquilizarlo, después de todo era el más apropiado. En lo que respecta a manejar a Trollino, Mike era un arma de doble filo: podía ser su más efectiva anestesia o el mayor estimulante de su mal carácter.

—Que va, seguro que sigue dormido el pringa'o — seguramente el comentario de Sparta iba más acorde a la realidad, y desató algunas risas en el grupo.

—Ya, es que, es Timba — respondió Raptor, acercándose a Sparta con una manta sobre los hombros. Ya a su lado, la pasó también sobre los de Sparta para cubrirlo del frío, Sparta simplemente recibió la atención con placer.

—Venga, que no es tan vago... No debe tardar— argumentó Víctor, quien se encontraba apoyado en su auto, junto a Rius.

—¿Ya probaron llamarle? — Mayo estaba sentado en la parte trasera del auto de Trollino, con la puerta abierta, por lo que sus compañeros escucharon su pregunta sin problema alguno.

—No hace falta, ahí viene — finalmente, habló Rius; señalando en la dirección en la que se acercaba el chico faltante.

—¡Hombre, Timba! —tan animado como siempre, Mike lo saludó.

—¡He, Mikecrack! — exclamó Timba mientras terminaba de llegar, —qué pasa, chicos — saludó al resto.

—Al fin llegas — aquellas palabras de Trolli fueron casi un reclamo, por fortuna Mike se había ocupado de tranquilizarlo un poco.

—Lo siento, es que la cama no me dejaba levantarme —las risas de sus compañeros decoraron aquel comentario y, posteriormente, cada uno subió al auto en el que viajaría.

La diferencia entre el ambiente al interior de los vehículos era impresionantemente grande, y ¿cómo no? Si cuando en uno iban los dos más jóvenes de los chicos y probablemente el más animado de ellos, los ocupantes del otro no eran tan divertidos por su propia cuenta... al menos no cuando tenían tanto sueño.

—Uf, sí que hace frío afuera— dijo Víctor frotándose las manos, luego de entrar al auto.

—Sí, y bastante— le respondió su novio. Rius le pasó una de mantas que estaba sosteniendo y se cobijó con la otra.

—Pues me avisan cuando lleguemos chicos, yo voy a esforzarme— Timba sabía que algo estaba ocurriendo, lo presentía. Pero no había forma en que dijera lo que estaba pensando, "¿y por qué ahora Rius es tan atento con Víctor y dejó de serlo conmigo?" o algo así.

—Llagas tarde y lo primero que haces es dormir, bravo Timba — Mayo se burló un poco, por supuesto que no quería ofender a su compañero, pero eso era algo que se tenía que decir.

—Cállate, pesa'o— y sin esperar más, se tumbó hacía atrás en el asiento para poder dormir. Pero no lo logró.

Continuaba inquieto por el repentino cambio en el comportamiento de albino. Era bien cierto que hacía casi un mes que no se veían y había sido desde el día que lo dejó plantado, pero incluso así... Rius normalmente hubiese querido ir sentado a su lado a toda costa y se hubiese ofrecido para hacer de almohada humana. No como ahora, que sin pensarlo ni un momento se sentó junto a Víctor y procuró atenderlo tanto como antes lo atendía a él.

Y hablando de Víctor, él tampoco estaba como siempre: ni una sola vez pretendió acercarse a Mayo o continuó con sus habituales cortejos. Ahora parecía que Rius era el objeto de toda su preocupación.

Seguramente no solo lo notó él, dejó sus ojos cerrados un poco más y, tras haber sentido que pasaron sobre un bache en carretera, los abrió, fingiendo haber sido despertado por aquel incidente.

Quien sí despertó fue Acenix, que ni siquiera se había molestado en ir al lugar de la reunión para antes de partir por su propio pie, o pata. Desde la noche anterior mantuvo su forma de gato y fue Víctor quien le subió al auto.

—¡Pero qué calle más fea! — exclamó Timba después de "despertar".

—¡Víctooor! — llamó Acenix frotándose lo ojos. Cuando volvió a su forma humana logró sobresaltar a Mayo y a Timba, con quiénes compartía el asiento de atrás.

—¿Qué pasa? — contestó Víctor tras algunas risas causadas por las reacciones de los chicos.

—¿Dónde estamos? — el joven, cómo pudo, pasó su cabeza entre los asientos que ocupaban Víctor y Rius.

—En un auto— y de nuevo, tras unos instantes de silencio, se desató una secuencia de risas grupal.

Timba tomó su teléfono y buscó cierto contacto. Aprovechando que había señal, escribió y envío el siguiente mensaje: "también lo notaste, ¿no? ".

Y el teléfono de Mayo vibró. Este lo cogió con calma, planeaba echar un vistazo y ya, ni siquiera iba a desbloquearlo, pero... Tras ver de quién era, lo hizo. Le lanzó una mirada de extrañéza a Timba y este fingió no enterarse. "Notar ¿qué?", contestó.

"Víctor y el pollo, actúan raro", después de enviar el mensaje, Timba bostezó. "¿Raro?" preguntó Mayo una vez más.

Esta vez fue Timba quien miró a Mayo, parecía algo molesto: "no te hagas, sabes a qué me refiero".

Las expresiones de Mayo no pudieron ser más delatadoras, en su rostro estaba escrito lo mismo que escribió en su teléfono, "Ellos, están siendo demasiado atentos con él otro...", y Timba contestó "¿Verdad? ¿Tú sabes por qué?".

Mayo miró a Timba con una ceja alzada y una expresión un tanto interrogante, "¿Enserio? Si lo supiera no estaría tan preocupado por eso" escribió y luego suspiró.

"¿Celoso por Víctor?", la expresión de Timba estaba entre retadora y burlona; Mayo, después de cierto sobresalto, imitó el gesto del peli azul y contestó: "¿Y tú por Rius?".

—¿Qué tanto se miran ustedes dos? — así que habían sido muy poco discretos. Fue Acenix quien les preguntó aquello tras notar el inusual intercambio de miradas.

El Riumba Is RialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora