Disculpas

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¿Qué fue lo qué pasó? Recapitulemos.

Jungwon estaba tan convencido de que Jongseong era la otra mitad de Heeseung, que mintió reuniéndolos en una cafetería con diferentes excusas; Jay se llevó la de "Heeseung quiere ser tu amigo pero es muy penoso cuando yo estoy ahí", y Heeseung se llevó la más fea, por supuesto, la de "Jongseong quiere tener una cita contigo, dice que eres muy guapo".

¿Que cómo logró que su hermano fuera a aquella "cita"? Ni Jungwon lo sabe, pero por su reacción el día anterior cree que tal vez le atraía Jongseong de forma romántica y solo rompió su corazón al mentirle de esa forma. De solo pensar que ese sea el motivo le provoca un sentimiento extraño. Estaba siendo egoísta por esperar que Heeseung no esté enamorado, pero ¿qué esperaba? Prácticamente lo había arrojado a Jongseong con el propósito de convertirlos en pareja. Se estaba volviendo loco con sus pensamientos y acciones contradictorias.

"Jungwon, te pasaste de ridículo" era lo único que pensaba.

Más tarde ese día, Jibyul estuvo llamando durante horas al teléfono de Heeseung, pero no recibió respuesta de su parte, simplemente llegó cuando ya había oscurecido e ignoró cualquier llamado por su nombre mientras se dirigía a su habitación.

Jibyul no quiso insistir más, decidió darle espacio y mientras tanto, aprovechó a regañar a Jungwon y darle su debido castigo: prohibido salir de casa a menos que sea para ir al colegio. No podía quejarse, su castigo había sido ligero, además, no tenía el derecho de reclamar.

Al día siguiente Jungwon intentó hablarle a Heeseung durante el desayuno, este huyó al notar su presencia. Cuando le habló mientras lo seguía hasta su habitación este lo ignoró y le cerró la puerta en la cara.

Jungwon lo intentó. Pero Heeseung estaba muy enojado o tan dolido con él que no quería hablarle todavía. Así que lo dejaría respirar tranquilo en lo que ideaba una disculpa que fuera suficiente para que lo perdone y todo vuelva a la normalidad. Se arrepentía demasiado de lo que hizo, su mente no estaba en paz.

—Hijo, ¿puedes recoger la mesa? Debo ver a tu hermano. —Más que una pregunta, era una orden de su madre, lo sentía por su mirada, así que asintió mostrándole la sonrisa más angelical que podía hacer.

—Sí, mami.

Jungwon hizo lo ordenado de inmediato, no quería hacer enojar a su progenitora, mucho menos recibir un regaño más, además de que estaba muy ocupada intentando lidiar con los dos y parecía ser que Heeseung había agarrado un resfriado después de irse durante la tormenta con la ropa más delgada que tenía. La tensión por la situación entre su hermano y él se sentía tan pesada e incómoda, jamás pensó que algo así llegaría a pasar.

Su teléfono emitió un sonido que terminó por desconcentrarlo de su labor. Al tomarlo se encontró con una notificación de un mensaje que lo puso nervioso.

Jongseong le había escrito.

Y no era cualquier mensaje, decía: Necesitamos hablar.

¿Necesitaban hablar? ¡No! Jungwon ya tenía suficiente con haber hecho llorar a su hermano. ¿Cómo siquiera miraría a Jongseong luego de mentirle? En la escuela lo evitó a toda costa y logró pasar el día sin enfrentar la realidad hasta llegar a casa.

De seguro Jongseong lo miraría con desprecio, le diría que lo mejor sería alejarse, que dejen de hablar, de ser amigos. ¡Eso no podía hacerse realidad! Tenía tanto miedo.

Jungwon estaba a punto de desmayarse.

Lo mejor sería hablarle al mejor consejero para personas en crisis: Sunoo.

Marcó con urgencia el número de su mejor amigo que después de dos tonos respondió.

—¿Hola?

El Club de Cupido ⋆ JayWonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora