2: casada con la muerte

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Se que han pasado muchas cosas entre nosotras, también se que Merlina no es precisamente el prototipo de esposa perfecta y cariñosa, pero aún así, amor no me falta, y un lugar en su corazón oscuro tampoco.

— Bueno está bien, solo vámonos a dormir — la morena se pone de pie, sosteniendo entre sus brazos a la rubia, mientras se dirige hacia la habitación.

— ¿Eh? — Enid no entendía muy bien, que estaba pasando — ¿Porque me cargas?.

— ¿No dijiste que estabas cansada? Imaginé que no querías caminar, pero ya te bajo — Merlina inclina un poco su cuerpo hacia abajo y de lado para depositar a Enid en el suelo.

— !No, no! Esta bien, agradecería que me cargues — La pelinegra la observó, para luego reincorporarse en su camino hacia la habitación, no sin antes hacer una parada en el dormitorio de Selena.
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Merlina tal vez crea que me oculta a la perfección su fase adorable con Selena, pero la verdad es que ni yo puedo resistirme a los encantos de esta pequeña, me gustaría que fuera así conmigo también, pero supongo que tenerle celos a mi cachorra por el amor que le da Merlina sería algo ridículo de mi parte, aunque así sea.

Siguen hacia su alcoba, dónde Enid entro al baño, y luego de un rato termina su ducha para ir a dormir. Merlina camina hasta el enorme closet y saca la pijama de la chica, y también la ayuda con este.

— No tienes que ayudarme con todo ¿Sabes? Puedo hacerlo sola — Dice Enid, haciendo un puchero mientras observaba de manera infantil a la pelinegra, quien continúo colocándole la enorme sudadera rosa melocotón, para luego acomodarse a su lado.

Es extraño, el cómo hace unos minutos dije que me gustaría que me trate con más cariño, pero cuando lo hace me siento avergonzada, tal vez estoy loca. Me acurrucó a su lado, perdiendonos debajo de las enormes sábanas oscuras, reposando mi cabeza en su brazo, mientras ella me rodea con el otro, hace unos años atrás no sería capaz de imaginarme siquiera estando a su lado, y ahora esta tan arraigada en mi vida que sin ella nada sería igual, siempre ayudando incluso cuando no se lo pido, y dejándome resolver mis problemas por mi cuenta, el tener a Selena nos hizo más unidas, cada día era una batalla diferente, pero siempre salimos adelante juntas, y aunque pasaba mucho tiempo en el trabajo, siempre encontraba la forma de hacerme sentir menos su ausencia. No podría ser más feliz, lo se.

La mano de Merlina frota suavemente la pequeña pansita de Enid, mientras acurruca su mentón en la cabeza de la menor, para luego cerrar los ojos y descansar. Enid coloca su mano por encima de la mano de Merlina, ahogando un grito de felicidad ante la acción de la morena, y sonreír ante las cosquillas que le provocan el contacto.

Aunque tal vez ella sepa hacerme sentir aún más feliz. Realmente te amo Merlina.
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Bien, ya te hice un repaso de las cosas que no debes olvidar — Enid caminaba de un lado al otro, recogiendo sus cosas, se levantó tarde debido a lo bien que descansó la noche anterior — recuerda que hoy debes enseñar a Selena, yo ya tengo que irme — Merlina la toma de las mejillas, deteniendo a Enid en seco. La rubia la observa por un momento, con sus ojos llenos de sorpresa y sus labios entre abiertos.

— Espero que tengas un catastrófico día, Cara mía♡ — Merlina posó sus labios gentilmente en ambas mejillas de Enid, una por una, sonrojada, para luego dar un dulce beso en los labios de la menor. Es solo otra víctima de la maldición de los Addams.

Enid se paralizó, con los ojos cerrados, expectante ante el posible retorno de aquellos labios que calmaron sus nervios con su ligero roce fragante. Al sentir la frente apoyada de la mayor en la suya, se decide a abrir lentamente los ojos, lista para quejarse llenando sus mejillas.

Garras 🖤 Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora