3: Saldando cuentas

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—Debes de estarme jodiendo — Enid observa al joven que alguna vez fue su compañero, sacando sus garras, lista para lo que sea.

— No tiene porqué alterarse, señorita Addams, Merlina me dejó muy en claro que ya no debía acercarme a ti, ni a ella, nunca más, y no pienso romper esa promesa — El chico se retira el gorro, dejando caer su largo cabello, y quitándose las gafas — Se que lo que intente hacer es imperdonable, y no sabes lo mucho que me arrepiento de haber conspirado contra ustedes cuando éramos jóvenes, aún así, pienso redimirme de mis acciones, y espero en algún momento de el futuro, saldar cuentas, y que puedan perdonarme.

El ambiente se sentía diferente, cómo si su conversación estuviera ocurriendo fuera de el plano terrestre, y las demás personas a su alrededor no pudieran notar siquiera lo que estaba pasando entre ellos.

Enid suspira, dejando escapar la pesadez e incomodidad de su pecho, para poder hablar con racionalidad ante la situación, si el no tenía planeado nada en contra de ella, o de su familia, entonces no debía darle demasiadas vueltas al asunto, el problema ya estaba olvidado, ella y Merlina se casaron, Ajax desapareció de el mapa sin dejar rastros, ya no había razón para preocuparse por Xavier, y el ya no tenía motivos para estar celoso o molesto.

— Está bien, acepto que no me agrada el tenerte cerca, menos cuando casi me matas por alguien que nunca me interesó, pero no tengo razones ni ganas de preocuparme por lo que hagas — La chica se acerca, lo suficiente como para que los demás no escuchen las palabras que estaba por decir — Pero quiero que te quede algo muy claro, Merlina no es la única que puede matarte si te pasas de la raya, Xavier.

El chico se tambaleó, llendo hacía atrás, con temor, en los rangos entre Omegas, el estaba hasta abajo en la pirámide alimenticia, y en la cima, con la imponente aura similar a la de un Alfa promedio, estaba Enid, quien no necesitaba hacer mucho más que desprender su olor a ira, para volver un cachorro cobarde al chico, ganando por su autoridad, y reclamando su territorio.

— C-claro que no, no haría algo tan estúpido como volver a ir en su contra — Xavier vuelve a colocarse el gorro, agachando la cabeza en señal de sumisión, y retirándose hacia donde estaba la mujer con la que llegó — ahora sí me disculpas.

Enid observa por un corto periodo de tiempo al joven, que se veía nervioso, notando, el cómo de vez en cuando la miraba por el rabillo del ojo, y volvía a lo suyo más nervioso, ya cansada de el ambiente, retomó su camino hacia su oficina para tomar sus cosas y decidirse a volver a casa antes de la cuenta, no quería pensar en nada, se sentía incómoda y enojada, dejando a cargo de lo poco que quedaba por hacer a Sofía, y conduciendo de regreso a su hogar.

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La chica abre la puerta, caminando con pasos apresurados hasta el cuarto de Selena, pero la pequeña no estaba allí, luego se decide a buscar a Merlina en su habitación, a quien tampoco encontró dónde debía estar, ahora, más enojada, camina hasta el jardín, observando a lo lejos una pequeña luz, producto de una linterna en la capilla. Enid camina hasta el sitio, bajo la luz de la luna, atravesando el jardín de variados colores, hasta llegar al lado de este que solo está decorado con rosas negras, al acercarse al lugar, se detiene a admirar la escena. Merlina estaba dormida en uno de los muebles de verano, con Selena en sus brazos y varios libros con cuentos de terror a sus pies, con la tarántula de la niña descansando en el rostro de la pálida, era algo que no esperaba ver, pero como una especie de magia, la sensación desagradable desapareció, la chica las observa, haciendo una pequeña mueca, para quitarse los zapatos y acostarse al lado de ambas, acurrucada en el pecho de la mayor, escuchando el agradable sonido de la noche, que arrullaba junto a la suya, la respiración lenta y suave de su esposa y cachorra, quedándose dormida, Con una sonrisa en su cara.
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Al día siguiente, Enid despierta en su cama, con su pijama, y una extraña sensación de tranquilidad, buscando con sus manos a Merlina, y al no encontrarla, abre los ojos.

Garras 🖤 Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora