5: ¿Esa es tu esposa?

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El viento azotaba con fuerza aquellos ventanales enormes, sacudiendo estos, y refrescando el ambiente, talvez demaciado.

Últimamente los días eran más fríos, y la sensación de que se acercaba el invierno volvía más ajetreado el horario de la Pastelería Addams.

— Con cuidado, con cuidado — Advertía Sofía, guiando por el enorme pasillos a dos hombres que se esforzaban por cargar una enorme repisa nueva, para las exhibiciones de navidad — Muy bien, excelente, espera.....un poco más a la derecha.

Los hombres dieron un fuerte suspiro,para luego acatar la orden.
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Enid se encontraba en su oficina, intentando concentrarse en su trabajo, pero lastimosamente, su mente la seguía devolviendo al dia anterior, cuando Merlina le rebeló lo que había hecho con el Gorgona.

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— ¿Lo....asesinaste? — Pregunta la menor, con sus ojos abiertos como cuencas, y sus labios ligeramente abiertos.

— Todo ocurrió muy rápido — La morena mantenía su abrazo, acariciando levemente detrás de la oreja de su Omega, sabía que eso calmaba a Enid.

Ajax lo descubrió, descubrió los encuentros de Xavier con la pelinegra, y la ira lo termino de consumir.

— !!!¿Ahora eres su puta zorra?!!!, !!¿acaso esa maldita perra también te está follando a ti?!! — El chico tenía los ojos rojos, llenos de ira, un poco de espuma se veía en su boca, y arrojaba todo lo que encontraba a su paso, siguiendo por el departamento al más bajo.

— !!Ajax espera!!... — El más alto lo tomo de el brazo, jalando hacía su cuerpo a Xavier, para luego golpearlo en el estómago, justo en la boca del estómago.

Por el impacto, el más joven vomitó, con sus ojos llenos de lágrimas, sentía que le faltaba el aire, luchando por respirar, al caer al suelo, su teléfono cayo también, el cual se notaba en la pantalla estar en la aplicación de llamadas.

— !!Definitivamente voy a matarte!!.

Ajax lo golpeaba, mucho, de a poco sus puños se iban manchando de sangre, cada vez más, subiendo encima de el menor, para que este no puedo moverse, mientras lo seguía golpeando.

Xavier ya no podía ver, con sus ojos manchados de sangre, y el dolor que le producía respirar debido a su tabique roto. Si esa era la hora de morir, es algo triste el nunca haber cido amado, que alguien se preocupe por él, y le preste atención.

Pequeños recuerdos llegaron a su mente, y no precisamente de él.

Recuerda caminar por la cuidad, cargando con un montón de cosas que compro mientras salía con Ajax, el nunca lo ayudaba, siempre tenía que cargarlo todo, no importa que tan pesadas estén las bolsas, soltando un gran suspiro salió de la tienda, para luego abrir sus ojos con sorpresa. ¿Enid y....Merlina Addams?

El chico las miro, Enid llevaba consigo pequeñas bolsas, mientras que Merlina cargaba gran parte de las compras, siguiendo de cerca a la menor, que cuando notaba que Merlina se detenía, volvía rápidamente a su lado.

Las miro entrar a una tienda de peluches.

¿A Merlina le gustan los peluches?

¿Entro ahí por Enid?

Lo segundo se veía más lógico, así que, al mirar como las chicas entraban, y la cara de agonía con la que Merlina pasaba por las puertas coloridas de aquella tienda, se le hizo tierno, no puede ser que una persona como Merlina Addams, este entrando en una tienda para peluches, solo por Enid.

Ajax lo empujó.

— No te quedes ahí parado, vámonos — Dice el más alto, para luego tomar rumbo a la estación de autobuses, seguido por el menor, que no dejaba de sonreír al pensar en lo maravilloso que debe ser, que alguien te ame así.

De un momento a otro, Xavier dejo de respirar.

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—....vier....avier....!!! Xavier!!! — El chico dió un gran respiro, retomando la consciencia, y mirando a todos lados un tanto alarmado, todo a su alrededor se veía claro, las paredes, el techo, ¿Dónde carajos estaba?.

— Maldición Xavier, pensé que te habías muerto, carajo — Escucha la voz de la pelinegra, quien se encontraba en la habitación de el hospital, en cuidados intensivos, junto a él.

— ¿Q-que...?  — El chico intento hablar, pero el dolor en su garganta no se lo permitió, haciendo que el menor soltará quejidos de dolor.

Estaba mal.

Con una máquina de oxígeno, muchas vendas ensangrentadas en su cara, junto con un yeso y vendas en ambos brazos, vaya que había cido molido a golpes.

— No intentes hablar, estarás bien, lo prometo — la morena tomo su mano, estaba cálida a comparación con las de él, a pesar de odiar el contacto físico con otras personas que no sean de su familia, Xavier era un caso especial, no quería admitirlo, pero le debía la vida a ese chico, sin él, Enid habría muerto, le debía el seguir allí de pie, y toda su vida, a Xavier.

El menor la observó, con su traje rasgado y pequeños moretones en su cara, se podían ver pequeñas líneas de sangre entre las aberturas de su destrozado traje, había luchado, contra alguien dispuesto a matar.

— Él ya no está, no debes pensar en que volverás a ese infierno — Lo miro, con una pequeña curva en la comisura de sus labios, está era la primera vez, que Xavier la veía sonreír.

***

Enid frotaba su frente, ya cansada de seguir pensando en eso.

— No puede ser, date prisa — Escucho fuera de la puerta de su oficina como personas caminaban rápido, entre pequeñas risas.

— ¿Y ahora que está pasando?.

La rubia se pudo de pie, caminando fuera de su oficina por el gran pasillo, viendo caminar apresuradas a sus trabajadoras, quienes se dirigen a la planta baja, siguiendo detrás de ellas, bajó.

Al entrar en el enorme recibidor, miraba a una multitud de gente cubriendo su vista hacia la puerta de entrada, y rápidamente, su asistente llegó a su lado.

— !Señorita! — Grito en voz baja, acercándose al oído de la menor — ! Hay una Alfa súper sexy en la entrada!.

La rubia la miró. No importa que tan sexy sean o se crean las personas, nadie equipara a su Merlina.

Enid camino hacia la multitud, escuchando a sus trabajadores gritar halagos desesperados por atención, y cuando logró cruzar ese muro de gente, la miro.

Con su característico y ajustado traje color negro, que dejaba ver a la perfección la forma de sus brazos y abdomen, su perfecto rostro pálido marcado, con matices oscuros al rededor de sus ojos, con esa mirada tan profunda, que te ahogas en su seducción, sus largas trenzas negras que la hacían lucir tan elegante, y su jodida sonrisa al mirar a su amada. Merlina no había perdido el toque de verse bien, imponente, dominante, sexy y cautivadora a pesar de los años, aún sabía cómo hacer una entrada.

— Buenas tardes, Busco a la señora Addams.

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Yo no voy a decir nada, y me voy

*Se desaparece como tu papá*

Bay bay 👋🤌🧐

Garras 🖤 Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora