-Tío, ¿Dónde te has metido? Te he llamado en toda la mañana.
-¡Hey! Pues dando una vuelta por ahí…
-Uy, ¿Brandon sin dar explicaciones? –rió James a través del teléfono.
-Quedé con Megan.
*Silencio*
-Jam…
-¿Cómo que quedaste con ella? –lo interrumpió.
-Bueno en realidad, me la encontré en la calle.
-Ahh, ¿y que hicisteis?
-¿Qué te importa, cotilla? –rió.
-Hombre, no sé… Anda conéctate a la Play y hablamos por ahí. Que luego la factura…
-Ya se está quejando… ja ja ja ja.
-Shhh.
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Me adentré en un pozo sin fondo. Grité.
-¿HOLAAAAAAAAAAAAA?-con todo el aire que me quedaba en los pulmones después de la caída.
-¿HOLAAAA?-repetí desganada.
-¿HOLAA? –cada vez más y más.
Me arrodillé. El suelo estaba húmedo y tenía varias hierbas. Quise trepar. Lo intenté, pero no dio resultado alguno. Lloré, grité, reí, trepaba, caída, me levanto, vuelvo a gritar. Así hasta que viene el agua. Un chorro. Dos. Ya van tres. El agua iba creciendo.
Busqué algo para agarrarme, así poder subir flotando junto al agua. No había nada. Solo piedras y hierbas.
Lloré de nuevo. Me senté con las manos en la cara. Notaba el agua por los tobillos, fría, estaba muy fría. Nadie me ayudaba. Estaba sola.
Me desvanecí, me iba. Me iba a morir. Notaba el agua ya por mis rodillas. Estaba de pie sin saber qué hacer. Buscaba algo. Pero no sé el que. Era mi fin. ¿Y a quién le importaba?
Oh, mira unas alas. JA JA JA JA JA JA. –Reía como loca. ¿Alas? No. Eso necesitaba para salir de aquí. ¿Por qué no las tengo?-
¿POR QUÉ?- Grité.
De repente lo oscuro invadió el pozo. Cerré los ojos, los abrí. No veía nada. Estaba todo oscuro. Pude notar el agua comenzando por mis pechos. Ahora estaba más perdida que antes.
JA JA JA JA –reí.
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-SUÉLTAMEEEEEEE –gritaba Megan.
El grifo de la ducha salió disparado de la bañera y mojó todo el cuarto de baño.
Paul reía y lloraba a la misma vez intentado agarrarse a Megan.
-ESTÁS LOCOOO.
-NO ME DEJEEES. PERDÓNAMEEE.
-TÚ ESTÁS MAAAL, SUÉLTAMEEE.
-NO ME DEJES. BÉSAME.
-¡¿QUÉ DICES AHORA, PAUL?!
-BÉSAME, ABRÁZAME.
Megan se asustaba por momentos. ¿Qué decía ese?
Intentó quitárselo de encima como pudo.
-NOOOO –Gritó él.
-Muy bien, la vas a matar –rió maliciosamente.
-¡¿OTRA VEZ TÚ?! –gritó Paul –VETEEEEE DE MI VIDAAAAAA.
Megan cayó rondando hacia el suelo encharcado y topó con el lavabo, dejándola inconsciente.
-¡NOO!
-JA JA JA JA JA JA.
Paul fue directo hacia donde se encontraba esa figura con forma de hombre. Quería cogerlo, atraparlo, retorcerle el cuello y reír. Pero no, terminó chocándose fuertemente contra la puerta. Cayó al suelo, casi justo al lado de Megan. La tapó con una toalla sin ver nada de su cuerpo, ya que estaba de espalda, mientras lloraba y la llevó hasta su cuarto. Allí se vistió y esperó a que despertara. Tenía la nuca caliente, donde recibió el golpe. Aunque no tenía ni una gota de sangre. Oyó su respiración y su corazón, y respiró aliviado.
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-Tío mátalo.
-No, tío. Solo me queda bombas. Y necesito armas.
-¿Y de que hablasteis Megan y tú? –dijo re repente James.
-Pues de nada importante.
-¿No te contó nada sobre ella?
-No, solo hablamos de música, películas y de ti.
-¿De mí? ¿Qué dijo?
-JA JA, ¿Qué te interesa?
-Hombre, habláis de mí. Me llama la curiosidad.
-Le conté cosas sobre cómo eres, simplemente.
-¿Te lo preguntó ella?
-Pues sí. JA JA JA.
-¿De qué te ríes?
-De lo tonto que te pones con las tías.
-Solo hablamos de una tía y se llama Megan.
-No hay ninguna como ella, ¿verdad?
-¿Por qué me preguntas eso, Brandon?
-Porque es lo que piensas tú de ella. ¡MIERDAA PUTO, ME MATÓ!
-Dejo la partida. Luego hablamos, tío.
-Okey.
James quiso mandarle un mensaje a Megan, simplemente para hablar. ¿Eso no la molestaría, o si?
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El agua cae sobre mí,
La cascada romperá nuestra amor,
Infeliz fui creer un para siempre,
El guerrero me dejó, para luchar,
Cogió su espada, y me regaló una flor…
Desperté al ver el rostro de una mujer llena de luz, con cabellos negros y piel suave. Cantaba y estaba a mi lado. Cuando la vi, me sonrió. Y me besó en la mejilla.
