Megan llegó a su casa sin aliento y muy asustada. El chico que casi le metía mano era su hermanastro y vivía con ella. Para variar su padre, solo venía a dormir y su madrastra iba y venía, ¿Qué hacía? ¿Se lo contaba a su padre? ¿O iba directa a la policía? ¿La creerían? Tenía miedo y fue directa a su habitación, poniendo de todo para que ese patán no entrara. No probó bocado y su estómago rugía, pero no se atrevía a salir de su escondite. Ya era las 5 de la tarde, y se despertó. Todo estaba como lo había dejado antes, miró por la rejilla de la puerta y no vio rastro ni escuchó ruidos por la casa, así que decidió salir. Fue al cuarto de baño y se duchó entera, fue rápida por si Paul, entraba y por el grifo no lo escucharía. Se cambió de ropa a toda prisa y quiso salir de casa. Iría por los sitios que hubiera más gente, así no le haría nada. Se acordó que no había cogido nada para comer, pero eso a ella no le importaba. Paró enfrente de un teatro, allí iba la gente para ensayar, se celebraban fiestas del curso y obras dramáticas y demás. Escuchó varios sonidos de guitarras y tal. De repente le entró una arcada, tenía ganas de potar. Así que fue directa al teatro y se dirigió a los servicios.
Una vez que salió, se encontró con ese chico otra vez.
-Vaya, tú otra vez. –dijo él sonriendo-¿qué te trae por aquí?
-Me entró una urgencia de última hora –contestó tímidamente.
-Vaya, pensaba que tocabas también.
-No.
-Yo si toco. Estoy en un grupo. Tocamos el sábado, ¿Tú vienes a la fiesta?
-No.
-¿Por qué?
-No me gustan las fiestas.
-Pero es del curso, es obligatorio venir.
-Me da igual.
-Bueno… yo soy James, ¿Y tú eres…
-Megan.
-Megan… ummm ¿Megan Bryan?
-Sí-se sorprendió ella.
-Creo que estamos juntos en alguna clase ¿no?
-No lo sé. No hecho cuenta de la gente.
James la miró extrañado y luego sonrió.
-Ya veo.
-¡JAMEEEEEESSSSSSSS! –gritó Rachel, cuando lo vio hablando con Megan.
-Ya voy, Rachel-resopló.
-Hasta luego, Megan. Encantado.
-Igualmente.
-¿Y esa tía quién es? –preguntó Rachel celosa, a Brandon.
-Una muy guapa –vaciló éste.
-Cállate.
-Solo daba mi opinión.
-Nadie te la pidió.
-Pues no me preguntes.
James se acercaba en ese instante.
-¿Y esa chica? –preguntó de inmediato ésta.
-Una de clase.
-Eso ya lo sé. ¿Qué quería? –puso cara de asco.
-Nada, informarse de la fiesta.
-Cara de fiesta no tiene.
-¿Y tú de qué tienes cara? –le zampó, Brandon.
-Dile a tu amiguito algo,¿no?
-PARAD, JODER. SIEMPRE ESTÁIS IGUAL. VAMOS A ENSAYAR DE UNA VEZ Y DEJAD LAS COSAS DE CRIOS QUE YA SOIS MUY MAYORCITOS –gritó James, lleno de ira.