Siete días. Siete noches [ Tartaglia x Scaramouche ]

2. Café y lluvia

" Are you falling in love? "

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7:45, su alarma de los sábados ya estaba sonando.

Se removió entre las sábanas intentando buscar su celular para apagar la alarma, terminó cayendo al suelo envuelto en aquella sabana azul claro que adoraba. Encontró el celular y además de la alarma pudo ver entre las notificaciones un mensaje.

[ Tartaglia: ¡Te veo a las 10 en el vestíbulo! Espero hayas dormido bien ^^ ]

Había sido recibido hace al menos 15 minutos antes de la alarma. Se levantó, desprendiéndose de toda su ropa y dejándola tirada por la habitación hasta entrar al baño, somnoliento y cansado, aún dentro de su sueño. Estando una vez listo entró en la regadera, dejando que el agua fría cubriera cada parte de su cuerpo, despertando poco a poco de aquel plácido sueño que había estado teniendo.

Tardó un poco para terminar de despertar y reaccionar por completo, para después poder continuar con aquel placentero baño matutino, adoraba eso, el agua fría recorriendo su piel, obligandolo a despertar de cualquier pensamiento, esa sensación le parecía muy agradable, siempre sería feliz con un simple baño matutino.

Salió del baño con una toalla cubriendo su cintura y otra sobre su cuello mientras secaba su cabello con la misma, mientras se dirigía al pequeño mueble donde aguardaba su ropa. Casi toda si ropa se veía idéntica, pues siempre usaba el mismo estilo que siempre lo había distinguido, ese estilo que Yoimiya y Heizou habían llamado "Skater Emo", aunque él simplemente no creía que fuese así.

Escogió la vestimenta de siempre, para que una vez vestido empezara a ordenar la habitación mientras tomaba una pequeña caja de leche de vainilla de las tantas que tenía en aquel lugar. Una vez tuvo todo listo se dispuso a responder el mensaje.

[ Scaramouche: Estoy listo, bajo en 5. ]

Entonces fue que se dispuso a ir a su encuentro, consigo mismo llevó su cartera, celular y las llaves del cuarto, dejando todo perfectamente ordenado para después salir, bajando las escaleras con cuidado y llegando hasta el vestíbulo del edificio, donde podía ver a Tartaglia en uno de los sofás que había ahí. Su vestimenta era la de siempre, una camisa blanca, jeans rotos, y una gabardina negra, pues aquella mañana estaba haciendo algo de frío.

Apenas estuvo a medio metro suyo se dio cuenta de que el de mayor estatura desprendía un suave aroma a coco, posiblemente algún tipo de crema o loción, le sorprendió ver que en vez del arete de jade llevaba un pendiente de cruz. No tardó en notar la presencia del menor, entonces se levantó.

- ¿Estás listo? - Tartaglia sonrió, tenía algo planeado para ese día, aunque esperaba que no fuese incómodo para el menor.

- Si, aunque desconozco a donde me quieres llevar... Da igual, es mejor a quedarme aquí hoy - suspiró, guardando las manos en los bolsillos de su chamarra, estar abajo le había dejado sentir la fresca brisa matutina, dándole un par de escalofríos.